Capitulo 36

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Harry Potter solía ser una persona agradable y muy cariñosa.

Albus aun puede recordar parte de su infancia, no mucho, pero si lo suficiente como para saber que Harry lo quería. Era esa clase de hombre que siempre se detenía ayudarte, aunque tuviera sus problemas y cosas en que lidiar, siempre solía preocuparse por todos, incluso por aquellos que no lo merecen, y, a pesar de sus errores, que, como cualquier ser humano, es capaz de cometer, siempre estuvo ahi para Albus: el recuerdo que mantiene vivo en su cabeza, a pesar de que sucedió hace tantos años atrás, es de aquel día en que Albus volvió de la escuela muggle llorando, debido a que sus compañeros habían vuelto a burlarse de su tartamudeo. Era pequeño, pero puede recordarlo como si hubiera sucedido ayer; Harry lo abrazo durante un rato largo, para luego preparar chocolate caliente y poner algunas películas de dibujitos animados.

Ese es, a pesar de no ser la gran cosa, uno de sus mejores recuerdos; un día en donde se sintió realmente amado por alguien.

Pero ahora ya no había rastro de Harry Potter en el hombre parado frente a el.

Primero en principal, debido al hecho de que su padre nunca suele enfadarse, al menos, no tanto como lo esta en este momento. Por que realmente esta enfadado, como, a un nivel extremo. Y, segundo, Harry nunca había mirado con tanto odio a alguien como ahora lo hace con Draco Malfoy, quien, por alguna razón que tanto Albus como James desconocen, también se encuentra allí.

Albus evaluó la situación, ignorando el rápido latido de su corazón, para decir;

--¿Qué esta pasando aquí?--James, a su lado, se mantuvo en silencio--. ¿Por que no esta Scorpius aquí?

--Potter tenia que ser--murmuro una voz. Albus no quiso voltear para comprobarlo, ya que estaba mas preocupado por el hecho de que su padre no le quitaba los ojos en encima al rubio (lo que menos quería era que haya una pelea entre su padre y yerno, incluso aunque estos no supieran nada), pero estaba mas que seguro que había hablado uno de los cuadros. Albus no tenia ni la menor idea de quien, ni tampoco se sentía muy ansioso por averiguarlo.

--Siéntense--pidió McGonagall, haciendo aparecer dos esplendidas butacas con un simple movimiento de varita.

Albus no lo hizo, en cambio pregunto;

--Si esta aquí el señor Malfoy, ¿Por que Scorpius no?

Harry Potter pareció enfurecer ante la mención del chico, pero McGonagall dijo, antes de que pudiera hablar:--Siéntense y quizá lo descubran.

Albus obedeció, aunque muy lentamente debido a la conmoción y el miedo que sentía ante lo que podia llegar a ocurrir. Estaba lo suficientemente asustado como para notar que su madre no se encontraba allí. James también obedeció, aunque de mala gana. Ambos se inclinaron hacia en frente, ansiosos.

--Bueno, niños, lamento haber interrumpido su rutina--comenzó McGonagall, solo para ser inmediatamente interrumpida por Harry.

--No debe lamentarlo, es algo serio--aseguro el hombre, mirándola con frialdad.

Draco Malfoy resoplo--Por favor, Potter, no seas ridículo.

--¿Qué no sea ridículo? ¡Tu hijo se esta metiendo con el mío! Y si me llego a enterar de que lo de Amortentia es cierto...

--Vamos, Potter, ¿Acaso me dirás que nunca hechizaste o obligaste a alguien a beber una poción cuando eras chico, incluso por diversion?--Harry boqueo, sin saber que responder, mientras Draco Malfoy se volvía hacia McGonagall--. Lo siento si sueno muy irrespetuoso, profesora McGonagall, pero esto me parece una perdida de tiempo.

--Eso lo decidiré yo, señor Malfoy, gracias--espeto McGonagall, mirando con dureza tanto a Harry  como a Draco. Este ultimo asintió fríamente con la cabeza--. Señor Potter...

--¿Si?--respondieron tres voces al mismo tiempo.

McGonagall parpadeo unos segundos antes de corregirse:--Albus Potter--el chico alzo una ceja--, te citamos aquí, y a tu hermano--añadió cuando James se aclaro la garganta con aire petulante--, para hablarte de un tema que ha tenido bastante preocupado a tu padre en estos días.

--¿Si?--pregunto Albus, sorprendido--, ¿Y de que se trata?, ¿Por que incluye a Scorp-ius?--añadió rápidamente, ante la mirada curiosa del señor Malfoy.

--Resulta, Señor Potter, que tu padre recibió una carta hace unos días, en la cual se expresa la preocupación ante que el señor Malfoy te haya dado la poción Amortentia--finalizo McGonagall, con voz dura.

--¿Que?

A su lado, James se removió incómodo, aunque pasó desapercibido debido a la sorpresa.

Harry miro a su hijo, Albus, con tanta seriedad en los ojos que el chico se echo hacia atrás, sin entender absolutamente nada.

--Escucha--dijo--, se que puede parecer que si, pero tu no lo quieres; él no te quiere. No sé qué esta pasando con ese chico, pero...

--Scorp no me ha dado una poción de amor--Albus se rio de lo ridícula que era la idea.

Scorpius, a pesar de que no es lo que parece por fuera, es el chico mas dulce, cariñoso y bueno que podría existir. Harry Potter debe de estar bajo el hechizo Imperio para poder creer algo así o simplemente deja que los prejuicios se le metan en la cabeza, quien sabe.

Draco Malfoy miró al chico, sorprendido tanto por el hecho de que haya llamado Scorp a su hijo, como porque lo había defendido. Harry Potter, en cambio, no estaba nada contento.

--No puedes saberlo, Albus--le dijo, seriamente--, cuando estas bajo el efecto de una poción no estás en tus cabales ni completamente consciente.

--¡Pero yo lo se!--gritó Albus, exaltando a todos en la habitación--. Amo a Scorpius, papa, y no se trata de ninguna ridícula poción.

Jadeo, furioso. Tardó unos segundos y risitas tontas de James despues, sumándole la mirada sorprendida de su padre y el jadeo sorpresivo de Malfoy, para darse cuenta de lo que había dicho.

POR MERLIN, QUE IDIOTA.

--Yo no...--se rio, intentando no mirar a nadie n particular--. No me refería a eso. Quiero decir...--su voz se apagó en el momento en que su mirada se cruzaba con la confundida, triste y enfadada de su padre.

Ahora sí que estaba en problemas.


No hay razón-- SCORBUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora