Capitulo 28

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Albus se masturbó en la ducha, al llegar a la sala comun luego de finalizar la partida de ajedrez. Comenzó con un movimiento lento, casi tranquilo, aunque no se sentía así por dentro, en lo absoluto. 

Cuando conoció a Scorpius, cuando lo llegó a conocer realmente, en realidad; cuando vió aquella faceta amable, divertida y cariñosa, prometió, poniendo todo su corazón en ello, que no se enamoraría jamás, nunca, ni en sus peores pesadillas. Lo prometió y, por un tiempo, juró que podría cumplirlo. Era algo fácil, se dijo, por que Scorpius tenía a Rose y Jackson, y todas aquellas personas que Albus detestaba a su lado, asi que era algo sencillo odiarlo, por que, cada vez que lo miraba, Albus no podía evitar pensar en ellos y en todo lo malo que le habían hecho. Pero entonces Scorpius se volvió más gentil, comenzó a alejarse de sus antiguos amigos y se acercó más a el, a pesar de las consecuencias que eso podría traerle socialmente. Y a Albus no le importó, todo lo contrario; después de un tiempo se dio cuenta de que lo necesitaba, que lo quería, que de alguna forma llegó a hacer aquello que prometió que no haria. 

Suspiró, tirándose sobre la cama y cerrando los ojos. No podia creer que acababa de masturbarse pensando en Scorpius. Sentía asco de si mismo, como si hubiera violado la privacidad del chico o algo así. Sacudió la cabeza, deseando, por todos los dioses, que Scorpius decidiera quedarse en su habitación a descansar, ya que Albus no creía poder mirarlo a los ojos sin pensar que...

El sonido de unos suaves golpes en la puerta interrumpieron sus pensamientos. Gimió levemente, aunque se puso de pie y caminó lentamente hacia ella. Scorpius le sonrió en cuanto la puerta se abrió, Albus intentó devolverle la sonrisa, aunque se dio por vencido cuando le salió una mueca rara y se hizo a un lado para dejarlo pasar.

--Gracias--dijo el chico, caminando directamente hacia su cama y dejandose caer sobre ella. Al hacerlo, su remera se levantó; no lo mucho, pero si lo suficiente como para que Albus pudiera captar parte de su tonificado abdomen, probablemente gracias al Quidditch, con un leve rastro de vello rubio, que parecia desaparecer en sus pantalones.

Se sonrojó, sintiendo algo calentarse nuevamente en sus pantalones, y se apresuró a tirarse en la cama continua a Scorpius. El chico permaneció en silencio, moviendo sus manos nerviosamente, antes de voltearse hasta posicionarse sobre su estómago y mirar a Albus fijamente, con una media sonrisa. 

--¿Estás bien?--preguntó.

--¿P-por qué n-no lo estaría?--respondió el. 

Scorpius sonrió y se incorporó, abandonando la cama de un salto y comenzando a caminar hacia el. Albus suspiró discretamente, nervioso, sin dejar de observarlo.

--No pareces estar bien--contestó Scorpius, tirándose a su lado lo suficientemente cerca como para ponerlo nervioso--. Te ves nervioso--insitió.

--N-no yo...estoy cansado, eso es todo--contestó finalmente, con el corazón latiendole a mil. 

--De eso venía a hablarte--Scorpius se incorporó--. Va a sonar muy cobarde, pero...,bueno, realmente no me gusta dormir solo. Hablo de estar solo en una habitación--Albus lo miro, curioso, ante lo que Scorpius añadió, sonrojandose;--. Pesadillas. Las eh tenido desde que mi mamá murió. No son tan malas, pero si son lo suficiente feas como para dejarme en vela toda la noche. 

--Hum--murmuré, por que realmente no se que decir; creo que es horrible, al menos para mi, cuando te dicen la tipica frase "No sabes cuanto lo siento"--. ¿Cómo era ella?--aunque quizá preguntar como era tu madre, quien, a propósito, esta muerta, es aún peor. Me maldigo mentalmente durante un rato, antes de mirar a Scorpius con la intención de disculparme, pero el dice:

--Te habría encantado conocerla--cierro la boca, por queme conmueve mucho que piense eso y dejo que continue, por que tiene una sonrisa en el rostro que es tan dulce que hace que mi corazón se encienda de una manera cálida y hermosa--. Era una muy buena persona. Una de las mejores que eh conocido. Era preciosa, también, siempre preocupandose por todos, incluso aunque estos no se lo merecieran--soltó una risa nerviosa--. Recuerdo que cuando era niño solía hablarme de mis abuelos. De Lucius y Narcissa: mi padre no quería que yo los visite, por los errores que cometieron en el pasado, pero mi madre jamas estuvo de acuerdo con ello, incluso a pesar de que hubo un tiempo en que mis abuelos la denigraron por ser nacida de muggles. Entonces, se sentaba al borde de mi cama y me comentaba lo mucho que ellos querían verme, de como me extrañaban y deseaban estar allí conmigo--tomó aire, con las lagrimas asomandose por sus preciosos ojos color plata, mientras que yo lo observaba, procurando no parecer demasiado sorprendido ante esta faceta suya--. Ellos fueron mortifagos, asesinaron personas, torturaron personas, la trataron mal y al principio hiciero todo para que ella no estuviera con mi padre, pero, aun así...ella hizo todo para que pudiera conocerlos, para que viera el lado bueno de ellos--una sola lagrima se deslizó por su mejilla izquierda, la cual Albus limpió con un preciso y suave movimiento de mano.

--Parece tan buena persona--comentó--que se me hace imposible imaginar alguna pesadilla con respecto a ella.

Scorpius sonrió, dejando a las otras lagrimas caer. No eran lagrimas de tristeza, se dijo Albus, sino de añoranza, lagrimas de recuerdos. 

--Las pesadillas son de los días en que estuvo enferma, antes de morir--habló con tranquilidad, a pesar de estar llorando. Con tranquilidad y dolor--. No fueron tiempos muy lindos: no es como si me hubiese podido sentar junto a ella en la cama y acompañarla en el proceso. Fue horrible, en realidad. Ella sufría una especie de demencia que se da en los muggles...--Scorpius soltó un sollozo, uno breve y casi silencioso, pero que partió el corazón de Albus en pedacitos. Casi sin pensarlo, se lanzó hacia el y lo envolvió en un fuerte abrazo. 

--Entiendo, no tienes que contarlo--murmuró--. Pero debes saber que tu madre sigue siendo quien fue antes de la enfermedad. Aquella dulce y buena persona que describiste--Scorpius sollozo con mas fuerza, pegandose a el por completo--. A mi tambien me hubiera encantado conocerla, sobre todo si se parecia a ti--Albus no podía creer que estuviera soltando tales palabras, pero se sentía bien, asi que no se cuestiono mucho. Se limitó a abrazar al chico con fuerza, queriendo demostrarle que el está alli para lo que sea que necesite.

Luego de un rato, ambos se quedaron dormidos.

Holaaa

¿Que les ha parecido? 

A proposito, ¿Alguien de Argentina por aquí? ¡Hemos clasificado! No puedo expresar lo feliz que me siento por la selección y todas aquellas personas que la apoyan. También mando un saludo y un "muy buena suerte" para los otros países. ¡Espero que disfruten este mundial!

No hay razón-- SCORBUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora