La culpa carcomía el cerebro del joven azabache durante el camino a la escuela.
Había sido expulsado de la anterior por meterse a la computadora del director y agregar una semana libre para todos. Así solía ser él, siempre en problemas, pero a los ojos de sus padres era un hijo ejemplar.
Abandonó tres escuelas y lo expulsaron de cuatro, todas por diferentes asuntos. Desde que descubrieran que falsificaba todas las firmas y calificaciones hasta haber vendido droga en la escuela. Si sus progenitores descubrieran al menos una de todas las cosas que hizo seguramente terminaría en un internado encerrado.
El hábil e inteligente adolescente siempre estaba a un maldito suspiro del internado.
Actualmente, con diecisiete años, se encontraba por cursar su primer día en la escuela con más nivel de la ciudad y sus padres se encontraban orgullosos de su nueva 'beca'.
Puras mentiras.
Sarah Orzechowski, su novia, tenía útiles contactos con los que logró que le otorgaran una beca completa en aquel lugar. Era una joven de cabello oscuro, ojos grandes y facciones delicadas. Demasiado enamoradiza.
Y ahí estaba la culpabilidad de Brendon.
La chica había caído a sus pies en el momento indicado, quien sabe cómo, y él había aprovechado esa increíble oportunidad. Aunque le había agarrado un gran cariño en esos tres meses, pero como si fuera una gran amiga.
Bajó del autobús, acomodó su chaqueta y su cabello observando el gran complejo de edificios que componían aquella institución. Con su mochila en el hombro prosiguió a caminar a donde tenía entendido que era la secretaría, y allí consiguió el número de su casillero y sus horarios.
El nerviosismo recorría sus venas al momento en que caminaba por los pasillos y algunas miradas se centraban en él por el simple hecho de ser un alumno nuevo.
Odiaba llamar la atención, lo mejor que había hecho en sus otras escuelas había sido pasar desapercibido entre todos sus compañeros. Si bien podía ser considerado un 'chico malo', no seguía aquel estereotipo de cliché donde todas caían por él y siempre se salía con la suya.
¿No ven que era su octava escuela? Las cosas solían salirle muy mal al hacer sus pequeñas travesuras.
-¡Amor!-Una delicada voz femenina y muy amorosa llamó su atención, logrando que él volteara con una pequeña sonrisa.
Sarah lo miraba con una sonrisa, se encontraba rodeada por un grupo de chicas. Se acercó hacia ellas sin borrar su sonrisa para saludar.
-Hey, ¿todo bien?-Le dio un dulce beso a su novia, sintiendo algunas miradas fijas sobre ellos.
-Claro que si. Mira..-Volteó hacia las adolescentes para presentarlas.-Ellas son Anna, Sophie, Janette y Breezy.
-Uhm, bien, es un placer conocerlas.-Comentó con un asentimiento de cabeza.
-Es ideal para el equipo de futbol, o el de básquetbol... ¡O tal vez-!-La rubia chica que hablaba entusiasmada fue interrumpida con amabilidad.
-Ann, él estará donde quiera, déjalo ser.-Breezy hablo calmada, dedicándole una sonrisa amistosa a Brendon la cual él le correspondió.
La campana sonó indicando el inicio de la jornada de clases, todos se dirigían a sus salones y el azabache se dejó guiar por su novia y dos amigas.

ESTÁS LEYENDO
[Second boys will be first choice] brallon
Fanfiction[brendon + dallon] Brendon consiguió una vacante en uno de los mejores colegios de la ciudad y su intención era seguir pasando desapercibido aunque, para su mala suerte, esto no fue así. Todo empezó con una sonrisa del chico a su derecha. ...