Capítulo 12: ¡Simple, me gustas! ¡Comenzando!

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— ¿Qué piensan de esto? — digo acercándome a mi molesto "enamorado" y a su compinche .

Camus toma el plano y lo extiende sobre su escritorio — Hmm — lo analiza por unos segundos con la mano en su barbilla — le faltan algunas cosas — dice, a lo que yo solo suspiró bajito — me sorprende que no lo sepas después de haberlo estudiado con nosotros —

Shura ríe, algo que es inevitable en él, burlarse — pero está bien Camus — lo mira un poco — arregló las medidas pasadas. Para mí está bien —

— En general si lo está — lo metió en el portaplanos — pero revísalo — me lo acercó  con una sonrisa oculta —

—  En general. Sí en general eres todo un idiota — gruño levantándome de la silla — ¿quieres revisarlo?, hazlo tú. imbécil — agrego abriendo la puerta -

— Milo.. ¿Salud? — el de cabellos verdes levanta su café —

— Muérete —

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— Nena — Aioria chasqueo sus dedos cerca de mi rostro — Vuelve a la tierra, préstame tu escalímetro.

— Es un idiota — gruñi ignorandolo.

— Milo ya se le va a pasar solo dale tiempo — dijo buscando la regla en mi escritorio —

— Bueno esto ya es suficiente tiempo — susurré para que la chica que estaba con nosotros no escuchara, aunque ya no tenía caso —

Aioria rodó los ojos al verme salir de nuestra oficina. Llegué a la cafetería y tomé un recipiente para dispensarme algo de café.

— Hola señorita Milo —Shaina golpeó un poco mi hombro a lo que yo asentí sonriendo — Oye siento no haber ido a tu oficina ¿Qué necesitabas?.

La miré con desdén como diciéndole “es en serio" — Eso era ayer — bufé apoyandome con un brazo en la mesilla y con el otro probando mi bebida.

— Vamos, no seas orgullosa, he estado muy ocupada — yo la volví a mirar como examinandola y luego hablé.

— Hace un tiempo quiero darle un cambio a mi casa y para eso te necesito a tí — Shai alzó una ceja inquisitiva — tonta, yo se construir cosas pero no adornarlas —

— No se dice adornarlas — corrigió tomando dos vasos y colocando uno bajo el dispensador — te ayudaré con gusto, pero ven a mi escritorio en cinco, debo llevarle ésto al jefe.—

Miré lo que hacía — ¿Es para Camus? — ella asintió arrugando la cara — déjame, yo se lo llevo— tomé otro vaso porque era obvio que Shura estaría allí

— ¿En serio? — bebió relajada su capuchino.

— Claro, sé que anda en malos días y todo gruñón, pero quien mejor que yo para bajarlo de esa nube — lo último lo dije más para mí que para ella — Ve a hacer tus cosas, paso en un rato — ella asintió y se alejó.

Caminé rápidamente hasta su oficina y toqué la puerta. Entré con seguridad al escuchar su "adelante".

Al entrar Camus me miró y luego de suspirar volvió la mirada a su computador, ignoré ese gesto y me acerqué a Shura quién estaba sentado frente al escritorio del jefe haciendo nada como siempre — Toma —

Entre El Amor Y El Odio . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora