Capítulo 28: ¡Malos actos de doble lado!

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Escuché un estruendo, como si algo se hubiera caído, me moví aún somnolienta para asomarme y..

¡MIERDA! .

Me arrastré por la cama hasta caer sentada al piso justo al lado del causante de mi espabilar. Mi teléfono se había partido la madre contra el suelo.

¡En buen momento!

Lo tomé y no encendía. La pantalla estába completamente rota, tanto así que algunos vidriecillos de este, quedaron en mi dedo pulgar.

Me levanté de ahí enrollando la parte baja del vestido que aún traía puesto, tiré el teléfono en el sofá y caminé a la ventana,  todavía permanecía algo oscuro, silencioso, perfecto para salir a despejarse.

Miré la hora en el reloj del buró , 5:25 de la mañana.  Ya no podría dormir así que busque ropa deportiva y me dirigí al baño. Me puse el buzo negro y un top de color amarillo, lavé mi rostro de piedrera, arreglé mi cabello, tomé mis deportivas también amarillas,  una sudadera y salí a correr.

Todo estaba tan sereno, tan grato, que no me daba cuenta de cuanto tiempo pasaba fuera. Me deshice de la sudadera que traía puesta para enfriar algo el cuerpo.  El sudor corría por mi cuello y por mi abdomen dormido, obviamente no tenía un olor genial, pues por mis poros brotaba el alcohol. 

Al cabo de un rato me encontraba en el pueblo, ya el televisor de la tienda marcaba las 6:45, compré una botella de agua en el único super 24/7 del lugar e inmediatamente salí de allí rumbo al hotel.

Dejé de correr y jadee agitada, me detuve justamente en la fuente en la que bebimos Saga y yo anoche.
Me quedé mirando ese lugar , recordando como entre tragos Saga intentó besarme y yo me negué, pero, ¿en verdad quería negarme?, ¿no deseaba que me besara?, ¿No extrañaba sus labios carnosos, esos que me volvían loca? ¿No extrañaba esa sensación, por la que pude haber hecho cualquier cosa a mis diecisiete años? .

¡Rayos estaba confundida!, quería como a nada a Camus, quien por cierto ahora seguramente me odiaría, pero ¿y Saga? ¿ Dónde queda ese chico del que me enamoré perdidamente en mi juventud? Ese chico que siempre estuvo para mí y jamás me lastimó, él que me demostró que eramos tal para cuál, que éramos como el hambre y las ganas de comer , ese que dejé atrás sin quererlo, y que ahora está aquí, él que sin que yo lo quisiera llegaba provocando remolinos en mi vida.

Me despertó de mi mundo las risas vulgares de las mismas chicas del bar, frunci el ceño y caminé hacía el interior del hotel , encontrándome a mi amada familia bajando el ascensor.

Saga se acercó — Pensé que aún dormías — dijo en complicidad.

— Salí a caminar un poco — respondí bebiendo de mi botella de agua .

— Iremos a desayunar — indicó papá — ¿te esperamos en el restaurante?

Miré a Sonia jugueteando con la mano de Camus — La verdad preferiría comer en mi habitación padre —Sonreí atenuada — me duele algo la cabeza—me abrí paso entre todos y subí al ascensor. 

— Rubí — giré — Te espero para desayunar en 10 — me guiñó un ojo y se fue —

Al llegar a mi habitación me dirigí a la tina imediatamente, me metí en ella y dejé que mi cuerpo se relajara, ya que mi mente me seguía atormentado con los recuerdos.
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Flashback

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