[..Pv Aioria..]
Respiré profundo una vez más, recostado a la lámpara pública, llevaba allí como unos diez minutos pensando que le diría después de tantos días sin habernos hablado, por mi viaje y porque ella estába algo distante.
Jugué con mi piercing algo cansino, pués no podía entrar al pequeño edificio porque no tenía la llave de la puerta principal. Así que como la otra vez, debía esperar a que alguien entrara.
Me llevé la mano a mi cabello. Caminé de lado a lado mientras me abrigaba pues era una mañana muy fría en verdad.— Esto no funciona — gruñi alejandome hasta llegar a un pequeña cafetería y comprar un café para llevar. Volví al punto inicial y mientras sorbía mi bebida ví que una anciana salía del edifício así que sin pensarlo aproveché para entrar.
Di unos pasos hasta poder subir las escaleras hasta el segundo piso.
En verdad se veía como un lugar cómodo y agradable, llegué a pensar que era un lugar descuidado pero fue una idea errónea.— Marín no olvides lo que te dije — esa voz hizo que mis ojos bajaran del techo y se posaran en ella, quien bajaba las gradas de dos en dos mientras se hacía un moño y sostenía una dona en su boca. La chica rubia que venía con ella me miró algo sorprendida.
— Hola Marín — su rostro era algo confuso.
Ella miró a la chica a su lado — Ahb.. Mucho gusto, me llamo Mii. — extendió su mano algo apresurada al mismo tiempo que sonreía. Marín la fulminó con la mirada y ésta inmediatamente abrió sus ojos y encogió sus hombros — bien. Te veo afuera.
Esperé a que la jóven desapareciera y dije — ¿Ahora sí podemos hablar?
Acomodó el bolso en su hombro— Aioria voy a entrenar y estoy retrasada.
— ¿Podemos salir después? — insistí.
— No lo sé , debo prepararme para la competencia. — humedecio sus labios — hablemos luego sí — frunció los mismos y me sobrepasó dejándome allí.
[…]
Detuve mi auto y bajé de éste rápidamente para esquivar las gotas de lluvia.
Me interné en el recinto preguntando de vez en cuándo a alguna persona sobre la clase de natación en la que estaba Marín, pero al parecer sabía ser invisible porque nadie sabía de ella.Me senté en una de las bancas del pasillo pensando en que haría, no podía escribirle un mensaje o llamarla porque seguro no me contestaría como de costumbre últimamente.
Ni podía preguntar en dirección porque igual ella se negaría a verme, como siempre desde que la busqué en su casa el otro día.
Apoye mis codos en mis piernas y metí el rostro en mis manos —¿Qué haces Aioria Dalaras? —— Así que ese es tú nombre — levanté la mirada posandola en la rubia de enfrente, era la misma chica del otro día— Lo supuse. Mii, por si no lo recuerdas — indicó sujetando la pelota que llevaba. Tenía los ojos azul-violáceo, era alta y delgada. Técnicamente era muy atractiva —
— ¿También haces natación? — pregunté poniéndome de pie.
— Gimnasia rítmica — aclaró — ¿Tú eres el famoso rompecorazones con quién sale Marín?
— No salimos — objete con sonrisa incrédula.
— Por eso dije rompecorazones Aioria — rió un poco al ver mi entrecejo fruncido—Supongo la buscas así que sígueme.
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Entre El Amor Y El Odio .
Fanfic¿Qué hace una chica que jamás llora por los hombres, llorando por uno? ¿Qué hace un chico que jamás se ha enamorado, enamorándose ? Milo Lincer, una chica que no tenía otra intención que no fuese beber, disfrutar y bailar, para olvidarse de los p...