QUE NADIE SE ENTERE

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(MARINETTE)

En la mañana escuché el teléfono de Adrien sonar, y me desperté tan tranquila, hacía mucho que no descansaba tan bien.

—Chloe esta en el aeropuerto —habló mientras se ponía una mano en el rostro, se notaba que no quería que lo despierten.

—Pues ve... —lo empujé y empezamos una pequeña guerra sobre la cama, hasta que el picaporte giro, empuje a Adrien con todas mis fuerzas y caímos de la cama.

—¿Estas bien? —preguntó Gabriel asomando su cara timidamente por la puerta.

—Si —sonreí mirando a Adrien en el suelo, afortunadamente Gabriel no podía verlo, pero si se acercaba más...— vaya que torpe me caí, ¿Qué se te ofrece Gabriel?

—Que bueno que ya estés despierta —dijo acercándose, entonces me pare y Adrien se escondió bajo la cama— he pensado toda la noche y creo que es necesario que hablemos.

—Claro —tomé mi bata para cubrirme— ¿de que quieres hablar?.

—Quizá la boda no sea una buena idea —se sacó los lentes y los guardo en el bolsillo del saco— tal vez haya otra forma de solucionar el contrato.

—¿De que hablas? ¿Anularas él contrato? —sonreí emocionada era como si la mejor noticia del mundo estaría tocando mi puerta— seria grandioso...

—Lo supuse... —me interrumpió, rechinando los dientes— en realidad tú sólo buscas tu libertad, y muy probablemente tus beneficios.

Se acercó y luego me tomó del brazo, con fuerza, reaccionó de una forma muy agresiva.

—¿Qué sucede Gabriel? —lo tomé de la mano con la que me sujetaba— supiste desde el principio, sabias que el matrimonio era para que pueda irme a mi casa —sonreí con malicia elevando mi rostro con arrogancia— ¿acaso no era de tu conveniencia que los derechos de todas mis creaciones pasen a tu propiedad lejítima? vamos Gabriel, no te sorprendas del hecho de que yo no sienta cariño por ti ni si quiera agradecimiento.

Me soltó bruscamente para acomodarse el traje, luego me dió la espalda.

—Averiguaré con mis abogados si hay alguna otra manera de solucionar este asunto —se acercó a la puerta sin darse la vuelta— mientras retrasa la boda un par de semanas y no faltes a la empresa, después de todo eres mi empleada.

—Claro Gabriel atrasaré la boda, pero necesitaré el día para cancelar todo.

—Hazlo en tus horarios libres Marinette, nos vamos en diez minutos.

—Pero no me he vestido y ni si quiera he desayunado...

—Ese no es mi problema, eres mi empleada y recibirás el trato que le doy a todos, y sí no llegas hoy a tiempo tendré que despedirte —sonrió con satisfaccion y maldad— ¿leíste que sucede si fallas al contrato?

—Sabes que no tengo el dinero Gabriel... —suspiré tragando él nudo de mi garganta— pero no te preocupes estaré en cinco minutos en la entrada.

Gabriel cerró la puerta y me senté en la orilla de mi cama a llorar, oprimía con fuerza las sabanas como si ellas fueran las culpables de todo lo malo que me pasaba.

—Marinette... —dijó Adrien que salió bajo la cama luego me abrazó— tienes que explicarme lo que sucede...

—¡Vete! —me levanté y fuí directo a mi closett tenia muy poco para arreglarme y salir— eres la persona que menos quiero ver.

Al terminé de vestirme lo más rápido que pude, salí hacía la entrada pero él automóvil de Gabriel no estaba, sí bien me había obsequiado un coche yo no sabía manejarlo perfectamente, llegaría tarde.

De pronto mi teléfono sonó, leí él mensaje de Luka, sin prestar atención, pero respondí.

>>¿Podrías hacerme un favor?, llévame hoy al trabajo estoy retrasada y mi empleo depende de eso.<<

Antes de leer su respuesta Adrien apareció con su coche, tocando la bocina.

—Vamos Marinette, yo te llevaré y hablaré con mi padre —ví mi reloj y faltaban quince minutos para llegar, jamás lo lograríamos por él tráfico, y aunque Adrien hable con su padre seguro Gabriel no entenderia razones, se notaba muy enojado.

Estaba resignandome a la situación y subir al coche de Adrien, cuando alguien de la entrada me grito.

—Hey Juana... apresurate sí no quieres que el viento te desordene ese hermoso peinado que te dejo la almohada ¿Qué es un peinado gótico?