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(MARINETTE)

— Señorita, el juez de paz a llegado —grito Nathalie desde el otro lado de la puerta, le pedí que pasará para ayudarme con él vestido.

— Nathalie, ¿me veo bien? es que no me siento bien.

— Se ve muy bien señorita —respondió fría sin si quiera verme—, pero para sentirse bien debería estar feliz, después de todo es su boda, un día muy feliz en la vida.

— No soy feliz Nathalie —suspiré— yo no quiero esta boda, no quiero a Gabriel, solamente quisiera salir corriendo ahora.

— Entonces no se case.

— Es cuestiones monetarias, y no me refiero a que me interesa el dinero de Gabriel, sino que: sí no me caso con él debería pagar dos millones de euros.

— Sé sobre el asunto, sin embargo usted no creerá que Gabriel... es decir el señor Agreste ¿sería capaz de hacerle algo así? Él simplemente se emocionó con la idea de tener una compañía al lado, pero sí eso no sucede no acabará amargado y vengativo, lo conozco muy bien, en el fondo es muy bueno.

— Tienes razón, voy a cancelar la boda.

— Sí es lo que quiere esta bien, pero debe decidirse pronto, porque todos los invitados están esperándola.

Salió, y sentí que fue el mejor concejo que nadie podria darme en aquel momento.

Baje las escaleras, con el vestido el ramo —por sí acaso— me acerque hacía el altar donde me esperaban todos, la música empezó las cámaras se posaron sobre mi, me acerqué hasta Gabriel, NO PODIA, NO DEBIA HACERLE ESO, FRENTE A TODA ESTA GENTE LO RIDICULIZARIA, SOLO LEVANTE LA MANO PARA QUE LA CEREMONIA CONTINUE.

— Damas y caballeros asistentes a la ceremonia —empezó él hombre— estamos aqui reunidos para ser testigos de la unión de estas dos personas, Gabriel Agreste y Marinette Dupain-Cheng. ¿Gabriel eres libre de contraer matrimonio con Marinette?

— Si —afirmó Gabriel.

— ¿Marinette eres libre de contraer matrimonio con Gabriel?

— Si —respondí porque era una pregunta fácil, en realidad si era libre de casarme con cualquiera, la pregunta difícil seria cúando diga: ¿Aceptas a este hombre como esposo? Ojala no reviente en lágrimas ante tanta gente.

La boda continuó, con todas esas palabras de recomendación, que se dan cuando uno se casa, no es que me haya casado antes, simplemente he leído varios fanfics, al igual que ustedes.

De vez en cuando giraba la vista para encontrar a mis amigos pero de ellos ni sus luces, quería ver a Nath, ¿Nathaniel donde estas?

Leimos los votos, luego nos entregamos los aros, aparentemente nadie llegaría.

— Sí hay una persona que se oponga a esta unión que hable ahora o calle para siempre —dijó el juez acomodando sus manos delante de si una sobre la otra— por favor guardemos silencio.

Un silencio ceremonial invadió el lugar y nadie si quiera respiraba, al menos yo no estaba respirando, mis amigos no estaban, nadie iba a oponerse, no podía ser cierto.

— Como no hay nadie que se oponga los declaro... —hablaba el Juez cuando el rechinar de las puertas lo interrumpió ellos estaban ahí al fin.

— Yo ¡YO ME OPONGO!

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Sí alguien de ustedes me dice quien es la persona que se ha opuesto... les escribo un One shot con el personaje que quieran. 😉 nos leemos en la gran final.

QUE NADIE SE ENTEREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora