QUE NADIE SE ENTERE

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(MARINETTE)

—Entonces ¿el desfile se llevará a cabo en Inglaterra? —pregunté a la secretaria que tenía del otro lado de la línea, una noche antes de mi reencuentro con Adrien, discimulando mi emoción por volver a verlo.

Cruzaba mis piernas y las movía cual columpio al borde de la hermosa cama donde dormía todas las noches dentro aquella habitación finísima.

—Así es, debe viajar mañana en la mañana, señorita sus pasajes están comprados y el hotel reservado... —habló la mujer y oia todo mi itinerario del otro lado.

—De acuerdo Sophi —sonrreí y empecé a murmurar— y ¿mis maletas?

—También están listas Marinette, incluso te encargué dos trajes de baño y un babydoll... por si acaso...

— ¿Heee?, ok nos vemos en cuanto regrese —colgué, ahogando el grito eufórico que quería salir de mi garganta para celebrar mi suerte, luego me dirigí hacía el despacho del "jefe" y golpeé la puerta tres veces, era como nuestra clave.

— Adelante —oí desde adentro e ingresé.

— Señ... Gabriel —dije respetuosa tomanfo asiento frente a él del otro lado de su escritorio de madera, a pesar de tutearlo yo lo trataba con mucho protocolo— mañana viajaré a Inglaterra para el desfile de temporada.

— Estoy al tanto pequeña —musitó, odiaba ese sobrenombre que me había puesto, pero al menos me trataba con cariño apoyo sus brazos sobre la superficie que nos separaba— ¿has escogido bien a las modelos que te acompañaran?

—Claro que sí Gabriel, estoy segura que todo saldrá bien como siempre...

—Como siempre que tú lo organizas, pequeña —suspiró tranquilo extendió su mano y tomó una de las mías—, eres de gran apoyo y muy importante para mí.

—Gracias, ahora me iré a dormir para no estar con ojeras —retiré mi mano con delicadeza, nerviosa me puse de pie y salí de su oficina, pero antes de cerrar la puerta el comentó.

—Saluda a Adrien, por cierto estará presente en el desfile, es hora de que retome el negocio, ya que terminó sus estudios y regresará al país a fin de año.

— De acuerdo —respondí cerrando la puerta, mi corazón se aceleró.

Acaso después de tantos años ¿Adrien todavía me causaba esa emoción?, me sentí tan feliz que subí dando brinquitos por la escalera hasta mi habitación, me lancé sobre la cama y tomé una almohada para tapar mi boca y al fin gritar.

*FLASHBACK*

— Adrien... te amo... —dije en medio del patio del instituto, y salí corriendo mientras él se quedó inmóvil ahí por un rato, una actitud infantil, de acuerdo pero apenas tenía 14 años.

Después de ese día no quería verlo a la cara de nuevo, pero mi mejor amiga me insistió en enfrentarlo. Un día; Alya se encargó de que yo y Adrien nos viéramos a solas. Ese día fue el más hermoso, él me tomó de la mano y me preguntó si era cierto lo que le había dicho, afirmé sus sospechas, mientras él se reía y no podía estar más avergonzada.

—¿Quieres ser mi novia? —preguntó tiernamente frente a mí bajo la torre Eifel, mi mundo se pintó de rosa, ¡que felicidad!.

— Claro que sí —acepté contenta, él se acercó a mí, despacio me dió un beso, «mi primer beso» muy tierno en los labios y se fue.

Salimos por unos días que fueron los más felices de mi vida, él me tomaba de la mano delante de todas, me llevaba al cine y me decía que me amaba.

Hasta que una tarde se acercó a mi, sin explicaciones solo dijo: "Perdoname, pero aunque traté de enamorarme de ti no lo conseguí, no quiero seguir ilusionandote Marinette, trata de ser feliz"

Me rompió el corazón, estuve triste por mucho tiempo. No podía asimilar que él me había mentido pasamos tantas cosas que me era imposible pensar que no me quería.

*FIN DEL FLASHBACK*

Él se fue dos meses después a Inglaterra, —cuando terminó las clases— ¿y yo?, yo me quedé dolida hasta entonces, incluso con otros novios jamás logré olvidarme de él, la más clara prueba era que estaba gritando como loca porque lo volvería al día siguiente...