QUE NADIE SE ENTERE

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(GABRIEL)

-Paso la noche con su hijo señor -escuché del otro lado de la línea y mi furia se apodero de mi cordura, golpeé el escritorio, y colgué sin despedirme.

Hace un año cuando Marinette llego jamás imaginé que el respeto que le tenía derivaría en cariño, al principio creí que la estimaba como a una hija, por eso me preocupaba por su bienestar, sin embargo cuando escuche esa frase, me dí cuenta que lo que sentía por ella era algo más profundo, imaginarla con alguien más me tenía enojado, pero eso no fue lo peor en ese mismo instante decidí que ella debia ser mia a como de lugar.

Llame a mi hijo para saber su versión y compararla con la versión que me diera Marinette al llegar.

-Adrien, ¿Cómo estuvo el desfile?

-Papá, bueno yo estoy bien... -suspiro entristecido y se noto a pesar de la distancia- el desfile salió muy bien considero que supero tus expectativas.

-Y ¿Marinette? ¿Qué hicieron? me refiero a si le enseñaste el país -disimule mi conversación para no ser tan evidente- ¿Consideras que es confiable?

- Si papá, salimos a cenar y luego un paseo por las calles de Londres, la traje a mi departamento por la noche para descansar, porque el Hotel nos quedaba muy lejos -luego se calló por unos segundos para continuar hablando- en fin en la mañana temprano ultimamos detalles, eso fue todo.

-Supongo que Chloe estaba en tu departamento, esa noche -afirme, y la respuesta me sacaria de dudas.

-Si, tu sabes que Chloe y yo estamos muy unidos ultimamente así que muchas veces se queda aquí.

-Bueno, esperó que formalicen su relación pronto.

-Ahora que lo mencionas... papá he considerado en casarme, te dare una sorpresa en tres meses cuando regrese a París.

-Por su puesto hijo -dije más calmado- cuidate, hasta entonces, adios.

Después de colgar me sentí aliviado, creía en mi hijo él no solía mentir, luego llame a mi informante, nuevamente.

-¿Donde queda la oficina del abogado que ha estado consultando Marinette y cual es su nombre?

Después de obtener la información, salí hacía la oficina del legista. Al entrar al lugar una señorita me atendió y finalmente ingrese frente al hombre letrado. La conversación fue breve, yo sólo quería averiguar la intensiones de mi empleada.

-¿Cuánto? -terminé preguntando despues de haber solicitado la ayuda del hombre.

-Es antiético señor -afirmo el licenciado, mientras yo cruzaba los brazos.

-¿Cuánto? -insistí, no podía irme sin su alianza.

Después de poner su precio le firme un cheque -era lo más seguro para mi- la extensión de los ceros, a pesar de ser muchos, no me precieron tantos comparados a lo que estaba adquiriendo.

Tres semanas después...

-Gabriel -toco detrás la puerta mi pequeña Marinette- ¿Podemos hablar?

-Adelante...

-Ire directo al grano, he consultado un abogado ultimamente -suspiro penosa- es que a pesar que no quiero dejar de trabajar yo quisiera poder vivir en mi casa, entonces quise anular el contrato que firme, el abogado me dijo que lo que me costara la anulación del contrato es muy elevado, pero que podría renunciar a mis derechos intelectuales de todas las creaciones que he tenido en la empresa, de ese modo podría compensarte los dos millones de euros ¿Qué opinas?

-Sería muy insensato de mi parte, tu podrías exigir esos derechos en cualquier momento y todo estaria a tu favor, -cruce mis manos antes de proseguir- a menos que esos derechos pasen a mi propiedad legítimamente.

-No me interesa lo que tenga que firmar, yo te daré esos derechos legitimamente Gabriel.

-¿Estas segura Marinette?

-Si Gabriel no me interesa, simplemente quiero anular ese contrato.

-Bueno es incomodo para mi de hecho no se si yo quiera acceder a algo de tal magnitud.

-Por favor Gabriel, te juro que no objetare absolutamente nada y seguiré en la empresa, como hasta ahora, ¡Por favor!

-Bueno, realmente no estoy de acuerdo pero, ya que te veo tan insistente accedere a tu petición -Suspire apenado quitándome los lentes del rostro- ¿Cuando y como crees que deberiamos casarnos?