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(ADRIEN)

Regresé a la fiesta y todo el mundo empezó a felicitarme no sabía la razón pero en mi humilde forma de ser, acepté todas las felicitaciones. De pronto oí al DJ, congratular en los microfonos por mi compromiso, no podía quedar más sorprendido y confundido, tampoco podía negar nada, sería contradictorio y perjudicial para nuestros planes.

Chloe, se lanzó emocionada sacó mi máscara, y me dió un beso, delante de todos, delante de ella: Marinette.

— ¿Cuando creen que será la boda? —preguntó una señorita con una cámara, seguro era de alguna revista.

Los flashes se posaron sobre nosotros, pronto mi padre tomó a Marinette de la mano y la trajó al lado nuestro.

«Hermosa Familia Gabriel»

Escuché decir a varios de los invitados, mientras aplaudían.

«Que joven y linda esta tu madrastra Adrien»

Oí a alguien de la concurrencia, luego me alejé abruptamente, ¡Marinette no podía ser mi madrastra!, yo la quería como mi mujer, esta maldita confusión tiene un nombre: Luka Couffaine.

«No voy a perderte» —mandé un texto a Marinette, cruzando mis brazos sobre una de las mesas, sí bien hubiese querido salir de ahí no podía desaparecer ahora, no seria una gran idea.

Pronto mi padre y Marinette se acercaron a la mesa, ella se sentó frente a mi, con sus ojos azules enfocados en mi.

—Vaya sorpresa hijo, al fin decidiste casarte —hablo mi padre rompiendo aquel incomodo silencio.

— Si, aunque no me siento tan feliz ¿Cómo te sentiste tú cuando le propusiste matrimonio a Marinette? ¿Te dió nervios que ella dijese que no? —pregunté buscando la verdad en su mirada, él jamas le propuso matrimonio, simplemente forzó la situación.

— Son nerviosismos muy comunes Adrien, no te sientas inseguro por eso —afirmó esquivando mis preguntas.

— Además sabemos que ella es una arribista, quizá enredó a tu padre con mentiras Adrien —habló Chloe y Marinette se levantó de la mesa saliendo del lugar.

— Sí vamos a casarnos Chloe estaría bien que empieces a cerrar la boca, y respetes a mi familia, Marinette ahora es mi madrastra... —lo dije forzando la palabra era horrible que lo haya dicho, ví a Chloe con ira, hablaba sin saber y sin temor de herir, me levanté hacía Marinette ya no me interesaba que ellos me vieran.

— ¡Espera! —le dije tomándole de una mano, ella se soltó delicadamente y rápido.

— ¿Que sucede contigo? Todos nos están viendo, ve con tu prometida, yo regreso en seguida solo iré al baño —murmuró con una sonrisa en el rostro sabía que todos nos estaban viendo— luego hablamos tú y yo.

Regrese a mi lugar como ella me lo habia pedido y la noche siguió su curso.

Después de la fiesta envíe a Chloe; quisiera decir que al demonio, pero sólo fue a su casa, mi casa estaba vacia, incluso la servidumbre ya había limpiado todo el lugar, en mi habitación terminaba de escribir a Nath para que nos veamos en media hora en su departamento.

De pronto Marinette entró, con una bata encima, se acercó dejándome boquiabierto.

— Te has portado muy mal mi niño —susurró, y todo mi ser se redujo a nada.

—¿Que? —murmuré confundido.

— Ahora eres mi niño, no se te olvide que pronto seré tu madre —dijo ella más calmada y sentándose a mi lado— gracias por pedirle a Chloe matrimonio, ha sido una carga menos con tu padre.

— Sí lo sé, ahora él no puede dudar de tu fidelidad ni desconfiar de mi.

— Asi es, sin embargo no quisiera que te cases con ella —me vió a los ojos y luego clavo su vista en mis labios, no podía desperdiciar esta oportunidad, ¡la besé! ella tomo mi rostro con sus manos delicadas, me asfixio con su pasión, tanto que mi corazon se detuvo en un instante, fue cuando volvi a la realidad y recordé mi reunion con Luka y Nathaniel.

— Debo salir un momento, cuando vuelva, quisiera pasar la noche contigo. 

—¿A donde iras? —inquirio con esos ojos travieso que me provocaban.

—Yo también puedo tener secretos —respondi con un guiño, ella no insistió.

Salí de casa para ver a Nath y Luka, cuando entré al departamento de Nath, Luka tomó un cogin del sofá, para defenderse por si yo pensaba golpearlo, después de lo que había hecho era lo más seguro, pero me senté con una risa enorme en el rostro.

— Gracias Luka, Marinette está feliz por lo que hiciste —presumí irónico— está tan feliz que personalmente, vino a agradecerme a mi habitación, y no te imaginas que bien me lo agradeció y como se veia en aquel baby doll, es más ahora mismo iré a quedarme con ella toda la noche.

— Seguro infeliz —rechinó los dientes— veras que no hay rencor, mejor vamos a brindar por que todo salió bien y por que Marinette está feliz.

Abrimos una botella, después de una copa me iría con ella.

QUE NADIE SE ENTEREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora