- ¿Le gusto la comida que le deje anoche, vecino? -le pregunto una chica, usaba un pequeño vestido color hueso, ojos grandes y cabello negro hasta los hombros. Estaba seguro que llevaba tiempo parada frente a su puerta. -Lo preparé con mucho amor. -lo dudaba, aquella mañana quiso comerlo, pero al abrirlo olía un poco raro y estaba seguro que hasta tenía un tono verdoso. No dudo ni un segundo en desecharlo.
-Lo siento, no pude hacerlo, mi perro se lo comió.
-Pero no tiene perros.
-Uy, más triste todavía. -cerró la puerta de su casa-Bien, me voy.
No le hizo caso a los quejidos de la chica que lanzó, malhumorada de su falta de tacto. Siempre era lo mismo con ella, no era que quisiera ser de esa forma, pero era mucho peor dándole por su lado, seguro no se la sacaba de encima y era lo que no quería, menos ese día que estaba de un extraño humor. Se despertó con la imagen de aquel chico en su cabeza, en esa sonrisa, en esos ojos...
-Es solo un chico, nada especial, por todos los cielos. -se reprendió, quitándole el exceso de nieve a su coche una vez en el estacionamiento. Se metió al coche, dejo su celular sobre el asiento del copiloto por si sonaba y vio ahí la bufanda de aquel chico, olvido regresarla y ahora seguro lo iba a tachar de ladrón. –Como si de verdad fuera a volver a verlo.
Era muy improbable que dos personas que por casualidad se encontraron lo hicieran de nuevo, es decir, había millones de personas en la ciudad, más en el país, en el mundo...bueno a lo mejor estaba exagerando un poco. A veces solo uno se encontraba con gente momentánea. Nada más.
Al fin llegó a su trabajo, media hora tarde para ser exactos, tal vez había estado pensando un poquito más en Ji Yong que tomo el camino equivocado. Odiaba cuando eso pasaba, la distracción e imperfección era algo que indiscutiblemente detestaba con todas las fuerzas de su alma, pero bueno...ahora solo tenía que terminar de prepararse su café de la maquinita, echarle media cucharada de azúcar, ir a su oficina y ser feliz. Solo unos pasos más...unos...
- ¡Hyung, que bueno que llegaste!
Maldita vida.
-No sabes cuánto te hemos estado buscando, Dong Wook esta como loco de un lado para otro, ya conoces como se pone, oh dios, también tu teléfono no ha dejado de sonar, ya he tomado quince mensajes de un tal Lee... ¿acaso está enfermo? Me habla tan rápido que apenas pude anotar su apellido.
-Hola, Eric, buenos días.
-O cierto...hola.
-Lee es muy hiperactivo, nunca tomes sus mensajes solo escucha y trata de agarrar la idea que te quiere decir porque no es muy bueno al teléfono.
-Sí, ya lo noté.
- ¿Qué pasa con Dong Wook?
-Al parecer su esposa no lo dejo dormir hoy en su casa.
-No está casado-murmuro, tomando un poco del vaso de su café-Solo vive con su novia.
-Ah...con que era eso.
-No todos se han puesto la soga al cuello como tú, Eric.
-Más bien no han encontrado a la persona con la que quieran pasar el resto de su vida y...
-Oh, por dios, no empieces con esas porquerías que se me revuelve el estómago.
-Tan amargado, como siempre.
Caminaron hacia su laboratorio, Seung Hyun sacó su celular para comprobar que su amigo ya había mandado mensajes y sí, tenía treinta mensajes de Lee, al parecer quería que se vieran esa noche para cenar y contarle algo asombroso, una nueva conquista, seguramente. Guardo el celular, soltando un suspiro, este día prometía ser largo.
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THE FEELINGS PAINTED IN THE SKY
Fanfiction"Hay personas mágicas, te lo prometo. Las he visto. Se encuentra escondidas por todos los rincones del planeta. Disfrazadas de normales. Disimulando su especialidad. Procuran comportarse como los demás. Por eso, a veces, es tan difícil encontrarlas...