Noche Fría

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—Me sorprendí que después de tanto tiempo, aceptaras salir conmigo. —comentó Chae Rin, sentándose junto a él, cruzó sus largas piernas para mostrar la abertura del vestido que las dejaba a la vista de todos.

—Tenía ganas de verte.

—Te creería si al menos pareciera que te esforzaras por mantener una conversación conmigo, pero ni siquiera has bebido lo que traje para ti. —miró sus manos que sostenían la base de la copa de vino de la que ella hablaba.

—Lo siento.

— ¿Qué es lo que pasa? Solo aceptas salir cuando sabes que estará Ji Yong o necesitas hablar con alguien que no es tan cercano a ti.

—Tú eres una amiga cercana.

—Sabes a lo que me refiero. —suspiró sintiéndose un poco avergonzado de que realmente se había visto como un tonto enamorado corriendo tras Ji Yong. —Dilo ya, Choi.

— ¿Qué tan común es que las historias de los padres vuelvan a repetirse?

Tenía que preguntarlo, desde la última vez que vio a Ji, se preguntaba, entre otras muchas cosas, si él sería como su madre ¿iba a dejarlo de un día para otro? Aun cuando estuviera enamorado…porque tal vez en algún momento él pensaría igual, pensaría que el amor no era suficiente.

—Es muy probable. Mírame, soy la viva copia de mi madre. Estando con diferentes parejas cada día, no comprometiéndome con nadie y siendo feliz. No tengo ningún problema con ello. Pero ¿por qué preguntas eso?

—Curiosidad.

— ¿Cuándo la curiosidad nos ha llevado por un buen camino? No seas tan curioso, amor. No todos queremos saber las respuestas a las preguntas que hacemos. —miró a su amigo de soslayo—Sé que algo paso ¿Acaso tiene que ver con la llegada de la madre de Ji Yong?

— ¿Él ha estado bien?

—Distraído. Sin embargo, no es nada fuera de lo común, el chico no ha visto a su madre desde niño.

—Ella no me cae bien.

— ¿Qué persona, aparte de Ji Yong, te cae bien?

—Nadie.

—El sentimiento es mutuo, amigo. —ambos sonrieron un poco. Había olvidado que extrañamente ella era muy parecida a él, para su desgracia.

—Explícame algo.

— ¿Qué? —volteó a ver a su amigo.

— ¿Por qué se siente tan vacío de repente? —casi imperceptiblemente se llevó la mano al pecho.

—Solo tú sabes la respuesta, querido amigo.

Y eso era lo peor, que sabía porque se sentía de repente así. Aceptaba que era una persona que se sumergía en su oscuridad muy rápidamente solo que esta vez le estaba causando muchos más problemas que antes.

—Odio esto. —murmuró, bebiéndose el vino de una sola.

Nunca tuvo una relación de ningún tipo, a veces llegaba a sentirse tan sumamente solo pero aun así sentía que no existía la necesidad de tener a alguien a su lado. Todas las personas con las que se encontró en su camino eran siempre lo mismo, gente que iba y venía, a veces les escuchaba haciendo promesas que obviamente jamás cumplieron. Eran todos unos mentirosos. Sin embargo, llegó a entenderlo, no tuvo problema en aceptar la realidad.

Al final todos se iban.

Todo tenía su final.

Es por eso que construyó su vida entorno a él mismo, completamente satisfecho con lo que era, con lo que escogió, apegado a sus propios deseos, a pesar de que muchas de las cosas eran guiadas por su familia, pero al fin y al cabo era independiente. Aprendió que no todos eran tus amigos, que no a todos les interesaba lo que pasaba con tu vida, ni mucho menos si en el momento en que se estaban viendo, te sintieras peor que basura. La gente era egoísta. La vida era egoísta ¿Por qué diablos él no iba a serlo? Estaba seguro que iba a estar bien así, nadie iba a lastimarlo, nadie nunca iba a hacerle promesas estúpidas, nadie lo haría llorar. Su sensible corazón iba a estar bien…tenía la certeza de eso.

THE FEELINGS PAINTED IN THE SKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora