Lluvia

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—No puedo creer que hayas dicho eso justamente cuando estaba con Seung Hyun. —se quejó Ji Yong. Ambos llegaban a su casa después de un largo día de trabajo.

—No tiene de malo que él sepa que tienes más opciones.

—Es que no tengo más opciones. No quiero más opciones.

Minzy iba a replicar cuando la puerta se abrió, su madre junto con Sang Hyuk que le ayudaba con unas bolsas del mercado. En cuanto el hombre vio a Ji Yong sus ojos se iluminaron, dejo las cosas que iba cargando a un lado, corriendo hacía el fotógrafo.

—Ji, estoy tan contento por nuestra cita.

—Es solo una salida de amigos. —aclaró con amabilidad.

—Oh, claro.

—Bueno, chiquillos, los dejamos que necesitamos preparar la cena. —ambas mujeres se retiraron.

—Sé que todo esto es solo de amigos, Ji.

—Lo siento si he sido grosero, pero no quiero que se den malos entendidos.

—Lo entiendo. Vas a ver que nos vamos a divertir mucho.

—¡Tal vez podamos invitar a Minzy! Así salimos los tres y nos ponemos al día.

—Adoro a Minzy, pero me gustaría que solamente fuéramos tú y yo. —se acercó más al joven, invadiendo su espacio personal.

—Sang...

—Sé que has salido de una relación en estos momentos, pero te pido que no me cierres la puerta para poder entrar a tu corazón, Ji Yong. Eres una persona encantadora y me gustas mucho. Siempre me has gustado.

—No puedo corresponderte.

—Ji, por favor, no hables ahora. Solo dejemos que las cosas sucedan ¿sí? No voy a presionarte ni nada de eso. Además, no tienes por qué temer, yo jamás te haría sufrir.

Ji Yong no supo que hacer o decir así que solamente asintió, bajando la mirada porque por mucho que dijera, era obvio que Sang Hyuk estaba decidido a intentarlo, por más trabas que pudiese ponerle.

—¡Oh! Ya se me había olvidado darte esto. —sacó una caja de chocolates de su portafolio—Espero que te gusten.

—¿Tienen relleno?

—Claro, a mi príncipe le gustan los chocolates con relleno.

—¡No hagas eso! — se rio. —Ya vete, anda.

—¿No me vas a invitar a cenar?

—No. Quiero dormir.

—Yo puedo dormir contigo.

—¡Sang Hyuk! —se paró para empujarlo hacía la puerta.

—¡Sin malas intenciones!

—¡Yah!

—Todavía que te traigo chocolates.

—Entonces lo has hecho para tener algo a cambio.

—No, pero contigo no perdería la oportunidad de tener algo. —Ji se rio negando con la cabeza, tomo su mano, dándole palmaditas en su palma.

—Ya, gracias por los chocolates. —Sang sonrió, tomo su mano, dándole vuelta, se agachó un poco, lo suficiente para que sus labios pudieran depositar un suave beso en ella. Ji se sorprendió por la acción, eso no lo había visto venir. Sang alzó la mirada para ver ese hermoso rostro.

—Eres un hombre tan hermoso, Ji Yong. —le aseguró, dando un paso hacia atrás—Muy hermoso de verdad.

Ji Yong le vio irse con una sonrisa en el rostro. Él se quedó parado por varios minutos viendo calle abajo hasta que cerró los ojos, negando con la cabeza.

THE FEELINGS PAINTED IN THE SKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora