Atardecer

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Veía a los niños correr de un lado a otro, el más grande de todos los demás niños reía a carcajadas, moviéndose con uno de los osos de peluche, los niños seguían al joven con gran alegría. Le gustaba la forma en la que Seung Ri se comportaba, como es que tenía una personalidad tan bonita, tan infantil y a la vez tan madura. Estaba seguro no existía una persona como él, no que pudiera sonreír tan bello como él.

Mientras esperaban a que los padres llegaran, él guardaba los expedientes de los pacientes que tuvo más temprano, preguntándose cómo es que Ri se vería siendo padre ¿tendría esos sueños? Recordaba haber escuchado a su madre hablando con él de tener una buena persona a su lado y aún seguía sin entender. Cada vez que veía a Ri, que hablaba con él, que lo veía, que lo sentía a su lado un poco más de lo normal, no lograba entender cómo es que existían chicas que podían rechazarlo. Lee Seung Hyun era un ángel, pero para su pesar, un ángel que estaba para que le rompieran sus hermosas alas. El amor era cruel para todos. Y eso era algo que debía mantener en mente, por el bien de su vida.

— ¿En qué piensas, Bae? —alzó su vista hacía Seung Ri que estaba frente a él.

—En ti. —Ri sonrió de oreja a oreja.

— ¿De verdad? ¿Y eso? Sé que soy un encanto, pero es raro.

—Solo me quede pensando en algo.

— ¿En qué?

— ¿Te gustaría tener hijos algún día? —pregunto Young Bae.

—Me encantaría, aunque al paso que voy, seguramente me quedare como un papá soltero.

—¿Papá soltero?

—Sí, al menos que quieras apuntarte. —Bae se rio, dándole un pequeño zape.

—Si me apuntara, me bastaría contigo. Ya serías mi bebé.

— ¡Hey! Ya soy muy grande.

—Claro que sí. —ambos se quedaron viendo por un rato hasta que el ambiente se puso un poco incómodo. Ri carraspeo, coloreándose de carmín.

—No sería tan malo ser papá soltero o vivir soltero toda la vida.

—Pensé que estabas en busca de la persona indicada.

—Mamá está preocupada por eso.

— ¿Por qué?

—Porque no quiere que este solo. —Suspiró—Mi papá murió y nos dejó solos ¿sabes? Ellos se amaban tanto, pero...de repente todo llega a un fin. Ella solo quiere que el día que se vaya con él, yo no me quede solo.

—No te quedarías solo. Me tendrías a mí.

— ¿Te quedarías toda la vida a mi lado?

—No creo que pueda ser de otra forma.

Seung Ri le miro asombrado, esas palabras sonaban tan bonitas, como es que deseaba que alguien se las dijese y ahora las escuchaba de él, de su jefe, su amigo, Young Bae ¿por qué hacía que su corazón latiera muy fuerte? Seguramente el pediatra ni siquiera se imaginaba la revolución que estaba causando en su interior desde esa vez que durmieron juntos. Ahora solo deseaba estar con él, añoraba poder llegar al trabajo, tocarlo, hacerlo reír ¿sería posible que...?

—Te traje algo. —dijo Bae, sacando algo del bolsillo de su bata. Era una pequeña cajita llena de dulces que iban desde gomitas hasta chocolates.

— ¿Y eso? ¿Me estás tratando de enamorar o qué?

— ¿Lo lograría? —Rio—Pensé que merecías algo por tu gran trabajo.

—Gracias, Bae.

— ¿Sabes, Ri? Mereces mucho amor. Sé que eres la persona más bella, tienes un enorme corazón.

THE FEELINGS PAINTED IN THE SKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora