Luego de hablar con Charles, mientras tomaban una taza de té. Abrieron el bar.
Más calmado, pero aún con ese peso en el corazón, Peter atendió a los clientes, hasta que su turnó acabo.
Salió de noche del bar, despidiéndose de Charles y camino hasta una parada de bus.
Llegando justo a tiempo a su tercer trabajo. El club nocturno.
Cansado entró por la puerta de atrás, donde el guardia le sonrió como siempre.
Pasó su tarjeta, notificando cuando había entrado al trabajo y se dirigió a los casilleros. Dónde dejó su chaqueta y se preparó para salir a atender mesas.
Se dió una rápida mirada, ajustando su cola de caballo y tomó aire.
Cruzo la puerta, que lo llevaba a una de las barras y tomó su bandeja con tragos servidos.
Listo para atender.
Entrando las dos a.m un guardia de seguridad lo llamó, diciéndole que tenía visitas.
Peter tragó saliva, temiendo que sea Logan y se dirigió a la mesa privada donde fue llamado.
Casi suspiro de alivio cuando reconoció al alfa rubio que le sonrió cual tiburón, mientras le extendía su copa.
-¿Qué haces aquí? - preguntó de mala gana, tomando la copa vacía.
- un pajarito me contó que había alguien acosandote - respondió el alemán.
- no hay nadie acosandome papá.
Erik lo miró un momento, para luego dirigir su vista a una bailarina.
- es bueno saberlo - susurro - ¿Cómo está tu hermana?- preguntó entonces.
- Wanda está bien.
- ¿De verdad? - cuestionó.
- bueno, últimamente está rebelde - respondió.
- será la edad - comento su padre con humor, mientras cruzaba sus dedos.
Peter suspiro.
- quizás.
- estoy seguro que si, a esta edad se ponen a contestarte, dejan de escuchar y de obedecer. Luego se largan de casa con su hermana de ocho años en los brazos.
- y ahí está - contesto con sarcasmo Peter - me preguntaba cuando comenzaría con tu usual reproche.
Erik sonrió, todavía sin mirarlo.
- ¿Aún no te has cansado de hacerme el malo? - preguntó.
Peter suspiró.
- no voy a permitir que nos arrastres a tu mundo. A tus juegos. - respondió.
Erik lo miró. Para ponerse de pie.
- ya sabes dónde buscarme si me necesitan - susurro.
- no te necesitamos - respondió el omega.
Erik hizo una mueca.
- Auf Wiedersehen Sohn.- se despidió colocando una mano en su hombro.
Resignado al silencio, Erik lo soltó, encaminándose para irse.
- Auf Wiedersehen, Papa - respondió en un susurro Peter, con la mirada gacha.
Erik sonrió, marchándose.
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Cuando llegó a casa Peter suspiro. Se sacó la chaqueta y se encaminó a la nevera.
Miró el reloj de la pared, que marcaba las cinco de la mañana y tras comerse un trozo de pizza se dirigió al cuarto de su hermana.
Abrió levemente la puerta, viéndola dormir e hizo una mueca.
- bien - susurro, al menos estaba sana y salva en casa.
Se dirigió a su cuarto, cerrando la puerta y tirándose en la precaria cama, cuyo colchón ya estaba desgastado.
Suspiró con alivió, más que dispuesto a dormir.
Cosa que logró sin problemas, hasta que a las seis de la mañana su celular sonó, despertandolo.
Peter tomó su teléfono maldiciendo y contesto sin ganas.
- ¿Quién es? - preguntó medio dormido.
- buenos días a ti también - respondió Logan del otro lado de la línea, logrando que Peter se enderezada en la cama - he mandado a un auto para buscarte. - declaró cortando.
Peter miró su celular unos segundos, para maldecir mientras se ponía de pie y comenzaba a buscar ropa.
Rápidamente se dirigió al baño, donde tomó una ducha de agua tibia y salió secándose el cuerpo.
Estaba colocándose los pantalones cuando una bocina sonó desde abajo. Se asomó por la ventana de su cuarto y vio al hombre rubio del otro día esperándolo.
Peter maldijo, cerrando la ventana en un fuerte golpe y tomó su remera blanca, para luego ponerse con dificultad los zapatos.
Salió de su cuarto y tomó una hoja para escribirle a Wanda una nota, donde le decía que iría temprano al trabajo y saco de su billetera un billete de cincuenta dólares. Dudando un momento, antes de ponerlo sobre la hoja.
Finalmente tomó sus llaves y su chaqueta y salió.
Cuando Visión vio a Peter salir del edificio le sonrió.
- buenos días - saludo, abriendo la puerta del auto.
Peter suspiró, entrando a bordo, dispuesto a pagar la deuda.
Durante el viaje las palmas de la mano comenzaron a sudarle y, muy vergonzosamente, su estómago gruñó.
Cosa que el rubio escuchó.
- lo siento - susurro.
El rubio solo le sonrió con tranquilidad.
Finalmente el auto llegó a su destino y Peter tembló, mientras pararon frente a un gran reja.
Cuando el auto volvió a arrancar Peter se dijo que podía hacer. Tenía que hacerlo.
Se lo repitió como si fuera un mantra hasta que el auto se detuvo en la gran puerta.
El rubio bajo del auto y aún con esa sonrisa tranquila, que a Peter comenzaba a ponerle los pelos de punta, abrió la puerta para que el Omega bajé.
Una vez fuera del auto fue guiado a dentro de la mansión, hasta al comedor.
Extrañado Peter se puso en alerta, cuando unos pasos llamaron su atención.
Quién se había marchado fue Visión y cuando Peter pensó que se quedaría solo, por otra puerta entro Logan.
Con su aspecto de hombre peligroso y con cara malhumorada.
- siéntate - ordenó, tomando asiento.
Peter miró todo el lugar, contando sus opciones, para finalmente tomar aciento, resignado a que no tenía tales opciones.
Miró el rostro de Logan por al menos dos segundos, hasta que una puerta fue abierta y una mujer apareció con un carrito y una sonrisa.
Al detenerse tomó una bandeja y colocó el desayuno frente a el alfa, para después dejar la bandeja y tomar otra. Dejando el desayuno está vez, frente al omega.
Por alguna razón Peter se sintió incómodo, moviéndose en su asiento.
- ¿Por qué...
- desayuna conmigo - ordenó, interrumpiendo al peli-plateado.
Quién frunció el ceño, bajando la mirada a la mesa.
No había nada más incómodo en la vida que comer frente a una persona que no conocías.
Pero, el tenía hambre así que...
