12.

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Pietro estaba deprimido. Y no era para menos, pensaba Charles.

Quien luego de dejarlo en su departamento, después de asegurarse de que estaba bien, no lo había vuelto a ver.

Pues Peter no había vuelto al trabajo y no contestaba sus llamadas.

Al que si había visto recientemente fue a Erik, con el cual había llevado una horrenda discusión.  Hasta que el alfa logro callarlo, solo con palabras.

- No son tus hijos, Charles.

Y el Omega no tuvo mas que responder, enmudeció ante la firme mirada de Erik. Pues era cierto. El Charles Xavier, no podia tener hijos.

La vergüenza lo llevo a bajar la mirada. Pero estaba seguro de que Erik se arrepintió por las palabras dichas.

Sobretodo cuando sabía a ciencia exacta quien era el culpable de tal echó.

Era tan irónica la vida, cuando eran jóvenes Erik y el hablaban de tener hijos, de formar una familia. Y ahora discutían a gritos, por niños que nisiquiera eran suyos. O al menos no de Charles.

La conversación quedó por terminada, en el momento exacto en que ambos se negaron a seguir hablando.

Y cuando Erik tomo su abrigo y se fue, Charles lo agradeció en silencio.

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Las noticias en las Vegas volaban rápido. O eso creía Logan, cuando, mientras jugaba póker, sus oponentes comenzaron a hablar sobre lo que Lehnsherr le había echo a su hijo.

Nadie fue preciso con su información, solo soltando palabras como 'pobre chico'. O cosas por el estilo.

Pese a eso, James solo necesito escuchar el nombre de padre e hijo, para exigir toda la historia.

Y quedó realmente sorprendido al enterarse de cómo Erik Lehnsherr castigo, y humilló, a su propio hijo.

Se sintió furioso, pero se calmó cediendo le pasó a la preocupación, abandonando la partida, para subirse a su coche.

Y en menos de cuarenta minutos estaba tocando la puerta de Pietro.

Cuando el peli-platiado le abrió, le quitó el aire. De pronto Logan se sentía débil.

Peter tenía los ojos rojos, se lo veía cansado y más pálido de lo usual. Estaba destrozado.

Logan no tuvo palabra alguna que decir, el ya no quería hablar y menos cuando el aroma del Omega lograba entristecer lo tanto.

El alfa quería llorar. Era increíble lo que el olor del albino podía provocarle.

-¿Que puedo hacer? - le pregunto con la voz quebrada. Peter negó. - lo que quieras, solo pídemelo. - insistió destrozado

- no quiero nada de ti James - susurro, con la voz pastosa - nada bueno viene de personas como tú. De personas como mí padre.

Logan asintió, entendiendo su punto. Tomó aire, por qué sentía que le faltaba en los pulmones.

- yo... No quería esto para ti. - susurró.

Peter lo miró con pena. El lo sabía, sabía que Logan no buscaba lastimarlo. Si lo hubiera querido hacer, lo habría echó hace tiempo.

-¿Que es lo que quieres?, Logan. - preguntó cansado.

- sinceramente... A ti - admitió, sus ojos parecían a lo de algún cachorro lastimado.

Frente a él no estaba el alfa mafioso y calculador, frente a el, estaba Logan, un hombre que presentía que iban a romperle el corazón.

- lo siento, pero no - se disculpó.

En ese momento el teléfono de Logan sonó, este lo tomó, medio perdido. Rechazando la llamada, para después mandarle un mensaje a su hermano.

'No estoy disponible, Haste cargó'.

James no iba a dar más explicaciones, después de eso apagó el teléfono. Entonces miró a Pietro, quien había permanecido en silencio.

-¿Puedo pasar? - preguntó tímidamente.

Peter miró sus ojos, antes de asentir y hacerse a un lado, para cederle el paso. Logan entró y el Omega cerró la puerta.

El lugar era pequeño, lindo, pero frío. O al menos así lo sentía Pietro, desde que su padre se había llevado a Wanda.

Finalmente Logan lo encaró, se miraron por un tiempo, hasta que James cortará la distancia y le plantará un beso. Un beso que Pietro correspondió.

Sinceramente lo habían esperado desde hace mucho.

Al separarse Logan apoyo su frente en la de Peter, ningúno se atrevió a abrir los ojos. Ninguno quería enfrentar la realidad.

Logan acarició el rostro del peli-platiado, para luego besarlo tres veces más. Ante las caricias Peter suspiro, dejándose hacer.

Realmente el alfa no estaba exigiendo nada, no tomaba con desesperación, lo hacía con miedo. Sabiendo que Pietro no le pertenecía.

Soltó el rostro del chico, deslizando sus manos por su cuerpo, hasta sus caderas. Donde las dejo reposar.

Finalmente los amantes se atrevieron a abrir sus ojos, Pietro se miraba como un ángel, tan puro entre las manos de James, quien temeroso susurro:

- déjame hacerte el amor, entonces te dejaré libre.

No era un trató, era una súplica, un último deseo y Pietro no se negó, asintiendo.

Logan soltó el aire que había retenido, por primera vez en su vida está asustado.

Merced.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora