-¿Lo estás diciendo enserio? - preguntó el peli-platiado.
Charles asintió.
- vámonos lejos. Lejos de estos problemas. Peter, tú no perteneces a este mundo.
El Omega tomó aire, procesando la oportunidad que se le estaba dando.
- Pero... ¿Y tu bar? - cuestionó.
Charles hizo una mueca, quitándole importancia.
- de todos modos está al nombre de tu padre - respondió el castaño.
Pietro asintió, tomando su abrigo.
- tengo que pensarlo - murmuró.
- hazlo rápido - pidió Charles, abriéndole la puerta.
Pietro se despidió, dirigiéndose a su departamento a paso apurado. Necesitaba hablar de esto con Logan.
Cuando llegó, se asombro de encontrarlo vacío. Logan se había marchado y había dejado una nota.
Lo cual decía 'tengo que atender un asunto, llegaré tarde'. Cosa que no le dio muy buena espina al albino.
Tomó su teléfono llamando al alfa, el cual lo mandaba a buzón de voz. Hasta que rindiéndose, se dejó caer en el sofá.
Sinceramente estaba cansado y la oferta de Charles era tentadora. Le había propuesto ir a Minnesota. A vivir una vida tranquila, sin la gran sombra de su padre.
Tras estos pensamientos, Peter se cuestiono, ¿Por qué estaba dudando?. No había luchado lo suficiente, ¿Ya?. El buscaba ésto y ahora la oportunidad estaba en sus manos. ¿Entonces?.
¿Por qué dudaba?.
La respuesta se la dio sus ojos, cuando sin pensarlo, miró directamente la nota. Y lo supo.
Estaba esperando a Logan.
Logan, quien lo había agobiado noche tras noche, en el club. Buscando comprarlo de alguna forma. Logan quien era jefe de un grupo mafioso, al cual su hermana le debía dinero. Logan, quien había tomado ventaja de este echó, para tenerlo bailando para el. Quien lo manejo como un juguete, durante el último echó.
Logan, de quien se había enamorado.
Ante estos pensamientos, Peter se puso de pie y fue a su cuarto. Tenía una oportunidad entre manos y no se la perdería por un romance.
Después de todo, no importa cuánto amor halla, no terminaría bien con gente como Logan. Con gente como su padre.
Charles era la prueba viviente. Por qué si, Pietro sabía la historia. Así como sabía cómo había terminado Charles.
Lastimado de por vida y atado a un hombre, teniendo que ver cómo este forma su propia familia. Y aún así, cuando Charles tuvo la oportunidad de marcharse a Londres, para vivir. La había dejado ir.
¿Y por qué?, Por amor, ¿Y como terminó?, Siendo condenado a su padre.
Peter no quería eso, se negaba a terminar así, a ser arrastrado a eso. No importa por quien, Logan y su padre eran de la misma calaña.
Logan podía ser dulce, si. Pero eso no quitaba que en sus manos haya sangre y que, a pesar de todo, aún fuera el jefe de una mafia.
Las personas así tenían dos caras. Podían ser excelentes padre, si quisieran. Pero siempre serían personas controladoras y estafadoras.
Peter no se quedaría por eso. El no sería el Charles de Logan. El no dejaría pasar la oportunidad.
Había peleado mucho, para que él y Wanda fueran libres de su padre.
De pronto el Omega paro. Se había acordado de Wanda, quien estaba nuevamente bajo el manto de su padre.
Termino de empacar, las pocas pertenencias que tenía y salió del departamento, dejando la llave en el mostrador.
De todos modos, el no volvería a necesitarla.
Cuando llegó con Charles y le contó sobre buscar a su hermana, este hizo una mueca. Pero al final pareció ceder.
- está en casa de tu padre, puedes ir, el de todos modos no se encontrará. - murmuró sin mucho ánimo, guardando las maletas en la cajuela.
Manejo hasta la recidencia, donde aparcó. Charles no pensaba poner un pie ahí.
Por lo tanto, Peter tuvo que juntar valor para hacerlo el mismo.
Llegó hasta la gran entrada, cohibido. Pero, apenas los hombres de su padre lo divisaron, le abrieron las puertas como si nada.
Después de todo, está seguía siendo su casa. La casa donde se crió.
Necesito tomar mucho aire, para ingresar. Pues no había puesto un pie ahí hace años.
Al parecer alguien le había avisado a la única Lehnsherr en casa, de que él estaba de visita. Pues apenas llegó a la sala, su hermana estaba bajando las escaleras.
- no me lo puedo creer - soltó Wanda, auténticamente feliz.
Pietro la recibió entre sus brazos, sin siquiera dudarlo y la abrazó con fuerza. La había echado de menos.
- me alegra saber que estás bien, pero no hay tiempo para eso ahora, tenemos que irnos, Charles está afuera esperando, vámonos - susurro Peter, tirando de la mano de su hermana.
Está no se movió un paso, provocando que el platinado la mirase.
- yo me quedó - soltó.
