Vimos alrededor de 15 cosas alimentándose de un cuerpo, rápidamente cerramos la puerta, y empezamos preguntarnos que hacer en este momento tan crítico, no podíamos subir ni bajar debido a esas cosas, estábamos atrapados en el 1er piso sin nada que hacer más que sentarnos a esperar que iba a pasar.
—¿Qué paso? ¿Como entraron esas cosas aquí? —pregunta Eduardo muy asustado—.
—No lo sé, no había forma de que entraran, nosotros bloqueamos la única entrada y salida de este edificio. —digo tratando de pensar como entraron aquí—.
—¿Alguno de ustedes fue mordido? —pregunta Aurixana revisando nuestros brazos y piernas—.
—No. —contestamos todos al mismo tiempo—.
—¿Porqué lo preguntas? —dice Eduardo confundido con la pregunta de Aurixana—.
—Por que en el edificio central donde yo estaba, a varias de las personas que estaban ahí las mordieron y poco tiempo después se transformaron en esas cosas. —contesta Aurixana sentándose en el piso—.
—Bueno... A un integrante del grupo donde estaba fue mordido. —dice Lukas—.
—Si es verdad lo que dice Aurixana, entonces todas las personas que estaban en el salón fueron infectadas por ese estudiante. —digo yo—.
—Si, puede ser eso, pero como es que son tantas de esas cosas si solo eran 6 personas en ese grupo, y eso contando a Eduardo y a Lukas. —comenta Gabriel—.
—En el salón que yo estaba cuando todo empezó habían 10 personas, eso explicaría porque hay tantas de esas cosas. —digo respondiendo la duda de Gabriel—. ¿Ahora que haremos? —pregunto asustado ante la situación—.
—Bueno lo mejor sería deshacernos de esas cosas. —comenta Eduardo—.
—¿Pero cómo? —pregunta Aurixana—.
—No podemos usar el hacha ya que esta bloquea el paso a las otras cosas que se encuentran abajo. —digo pensando en que podríamos hacer en esta situación—.
—Dejemos de decirles “cosas", ellas antes fueron humanos. —dice Lukas algo molesto—.
—¿Y como quieres que les digamos? —pregunta Gabriel—.
—¿Caminantes? —pregunto—.
—Si, ¿porqué no? —dice Lukas—.
—Esta bien entonces vamos a decirles “caminantes", pero eso no cambia la situación en la que estamos. —dice Eduardo muy molesto—.
—Tranquilo Eduardo. —le dice Aurixana—.
—¡¿Como quieres que me tranquilice?! —Grita Eduardo—.
—Calla te, los caminantes te escucharán. —le digo tratando de calmarlo—.
—¡No me voy a calmar, perdimos a todas las personas que queríamos, María, Diego, James a...!
No pudo terminar lo que iba a decir ya que Gabriel le había dado un golpe y este había hecho que Eduardo se desmayara, sin embargo ya era muy tarde, pues los caminantes ya habían escuchado los gritos y estos habían empezado a golpear y empujar la puerta mientras que Lukas y yo tratábamos de evitar que los caminantes accedieran al lugar donde estábamos nosotros.
—¡A la cuenta de tres toman a Eduardo y corren hacia la planta baja! —le grito al grupo—. Uno, dos, tres ¡Ahora!
Gabriel y Aurixana tomaron a Eduardo y después le dije a Aurixana que me lo diera y que ella corriera a abrir la puerta de algún salón junto con Lukas, al abrir la puerta del salón la cerramos lo más rápido que pudimos y la bloqueamos con algunas sillas que estaban en el salón.
—¿Ahora que haremos? —pregunta Gabriel—.
—No lo sé —dice Aurixana—.
—La ventilación. —dice Lukas—.
—Buena idea Lukas. —dice Aurixana—.
—Tendremos que despertar a Eduardo antes de subir por la ventilación. —digo sentándome en una de las sillas—.
Pasó una hora para que Eduardo recobrara la conciencia, después le explicamos lo que había pasado y lo que íbamos a hacer, pocos minutos después empezamos a discutir lo que íbamos a hacer.
—Entraremos a la ventilación y saldremos por la parte de atrás del edificio, primero irá Lukas para asegurarse de que no haya tantos caminantes, ¿Esta bien? —digo abriendo la tapa de la ventilación—.
—Esta bien. —dijeron todos—.
Lukas entra a la ventilación y esperamos para ver que pasa, unos minutos después escuchamos golpes en la ventilación y enseguida le digo a Eduardo que pase, Eduardo entra y poco después va Gabriel, Aurixana y por ultimo yo.
Al salir del edificio notamos que no habían caminantes en esa parte del edificio fuimos corriendo hacia el edificio oeste donde se encontraban los salones de James y Diego, nos fuimos cerca de la pared que rodeaba a la universidad para evitar encontrarnos con los caminantes, tuvimos suerte al no encontrarnos con estos, al llegar al edificio nos fuimos por la parte de atrás para entrar por la ventilación, debido que la entrada estaba rodeada de caminantes, decidimos entrar porque la puerta al parecer estaba bloqueada y los caminantes no podían entrar.
Hicimos lo mismo que en el otro edificio, primero fue Lukas, después Eduardo, Gabriel, Aurixana y por último yo, al abrir la puerta del salón nos encontramos con un pequeño grupo de personas, son 3 personas para ser exactos.
—¿Como entraron? —pregunta un chico un poco bajo de estatura, con una gorra y unos lentes—.
—Entramos por la ventilación. —contesta Eduardo—.
—Esta bien, sean bienvenidos a este edificio. —dice el mismo chico que hace poco nos había hecho esa pregunta—.
—Tenemos que presentarles a los demás. —dice una chica alta, con cabello corto hasta los hombros de color negro.
—¿A los demás? —pregunto esperando que sean mis amigos—.
—Si, James, María y Diego, los encontramos en uno de los salones poco después de que todo esto empezara. —dice un chico alto con cabello corto y negro—.
—¡No puede ser son nuestros amigos! —dice Aurixana emocionada—.
—Vamos rápido a verlos. —les digo a los chicos que acabábamos de conocer—.
Los seguimos hasta llegar a la cafetería del edificio al entrar vimos a James y María sentados en las sillas y a Diego acostado en la mesa.
Corremos hacia donde estaban ellos y enseguida James y María se levantan, los abrazamos y les preguntamos que había pasado.
Relata James:
Primero empezamos a escuchar muchos gritos afuera del salón, así que decidimos salir porque el profesor no se encontraba ya que él había salido debido porque la directora lo había llamado para resolver un inconveniente, al salir vimos a muchos estudiantes gritando y otros siendo devorados por otros estudiantes al voltear vi que todos mis compañeros habían empezado a correr hacia la salida, yo decidí encerrarme en un salón y ahí fue cuando me encontré a Diego y a María.
Relata María:
Después de salir del salón de arquitectura me dirigí hacia el edificio oeste para entregarle un cuaderno a Diego ya que él me lo había prestado y olvidé devolvérselo, a mitad de camino hacia el edificio vi que la gente empezaba a correr y ahí fue cuando apresure el paso y llegue al edificio oeste, subí al primer piso y ahí fue cuando me encontré por primera vez con una de esas cosas la empuje y esta cosa cayo aproveche el momento y corrí hacia el salón de Diego y este estaba vacío solo estaba Diego de rodillas, llorando y diciendo cosas sin sentido.
—Ya entiendo. —digo yo—.
—¿Pero qué le paso a Diego? —pregunta Eduardo algo preocupado por Diego—.
Todos esperábamos la respuesta y en un momento empieza a hablar María.
—A Diego...
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Caminando Entre Muertos
Science FictionDesde los primeros días de la humanidad el ser humano se ha centrado en una cosa: Sobrevivir. Sobrevivir ante cualquier problema o adversidad que se le presente en la vida. En éste mundo sobrevivir es algo que hacemos sin mucho problema, pero ¿Qué p...