Capítulo V

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     Fue largo el camino, mucho el tiempo perdido. Todo para intentar encontrar a alguien, un par de seres, cuyo paradero les era totalmente desconocido. Se sentían atrapados, buscando una aguja en medio del pajal. El universo era enorme así que tardarían años enteros en recorrerlo completo, y al mismo tiempo, tenían el reloj en su contra. Era cuestión de tiempo para que alguna de las gemelas cayera, y aunque sus intereses parecieran egoístas, un peligro mayor les perseguía. No eran ellas lo importante, era su poder. Es entendible que, como casi cualquier ser vivo, lucharan contra la muerte como si se tratase de su peor enemigo, pero aceptar el final era algo que no estaban dispuestas a hacer ni teniéndolo frente a sus narices. Si ellas caían, caía detrás unas de las mayores fuentes de poder en todo el universo. A diferencia de la materia, el poder se perdía al morir su portador, no podría recuperarse. Y, ¿se imaginan? Si ellas se iban, este universo perdía una enorme cantidad de material que, algún día, podría significar la muerte apresurada del mismo. Ni hablar de sus seguidores, aquellos que las veían como seres superiores no solo por habilidad, también por lo que representaban, hasta las consideraban diosas en algunos mundos no tan lejanos al suyo. No te imaginas morir a un dios, no de forma permanente al menos, ni una vida sin su presencia. Y la estabilidad de incontables civilizaciones dependía de sus creencias, creencias que ellas dos sustentaban. Entonces, con ese temor latente, recorrían otro planeta.

     Una de las habilidades que ellas sí poseían, quitada a un viejo ermitaño hace ya algunas décadas, era la capacidad de reconocer los poderes ajenos con tan solo ver los ojos de quien desearan descifrar. Liam mencionaba con gracia el abanico tan amplio que poseían de poder, y que aun así no pudiesen viajar a través del tiempo. Opal se sonrió ante la mención de tal idea, iba ella caminando a su lado.

—Tal vez no lo sepan —comenzó, ganándose la mirada de los tres mellizos, su hermana seguía revisando la zona. Ella se detuvo a tomar un pequeño descanso, Liam se quedó a su lado oyéndola mientras los otros dos seguían a la morocha—. Pero las habilidades de un ser viviente no son aleatorias ni electas, dependen de la raza, de la familia, la cruza, el lugar de origen, entre otros.

—Salvo la suya, que como nosotros nacieron en un laboratorio.

—Exacto. Pero, por su parte, son muy raros los seres con la habilidad de viajar en el tiempo dado a que esta puede ser altamente peligrosa. Un simple cambio es capaz de desencadenar en la destrucción de lo que sea, o su posible inexistencia. —Sacó de su bolso, uno pequeño que llevaba oculto entre las ropas todo el tiempo, una golosina. La colocó sobre su lengua, la expresión que apareció en su rostro reveló un ligero placer al respecto, indicando la gran acidez que esta poseía, siendo estas sus favoritas. Luego volvió a Liam—. Son seres puros, sabios, disciplinados, imperturbables... e incluso a lo largo y ancho del universo, existen muy pocos con esa descripción.

     El chico asintió, analizando lo que acababa de oír. Ella comenzaba a respirar algo más hondo, a sentir el cuerpo más pesado, pero por miedo a retrasar su misión intentó ocultarlo. Entonces oyeron que alguien los llamaba, uno de los hermanos de Liam, advirtiendo que Rose tenía algo. Tras dirigirse una pequeña mirada uno al otro, ambos se encaminaron hacia donde estaba el resto del grupo, encontrándose a la mayor (por unos segundos) de las hermanas un tanto alterada. Al igual que con su contraparte, el iris de Rose podía variar entre las tonalidades roja y negra, la segunda opción advertía que sus instintos la controlaban, su «lado salvaje», o que cualquiera de sus emociones fuese demasiado intensa. Ahora sí, su cuerpo no variaba más allá de esos tonos oscuros. Sonreía por sobre todo con una expresión tranquila.

—Nathan tuvo una gran idea —dijo ella, agrandando levemente una sonrisa no tan amplia, sus ojos eran demasiado atrapantes como para que cualquiera mantuviera mucho tiempo la mirada sobre ellos. Derek cedió por esa misma razón, volteando hacia un lado, parpadeando un poco, intentando quitarse la sensación angustiosa del cuerpo—. Sabes mejor que yo qué tipo de persona estamos buscando. Estos tipos fomentan el desarrollo de la sociedad y alientan al crecimiento de su pueblo. Son filántropos, genios de intereses para nada egoístas y... bla, bla, bla. ¡Es que, claro! Ni siquiera hay que ir preguntando, basta con mirar a nuestro alrededor. Y, si encontramos un sitio en demasiada paz, vemos qué nos dice la gente del pueblo.

Critical Mistake © #O&R1 // EN AMAZONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora