Las ladronas experimentaron, al dejar caer los cuerpos inconscientes, una amarga sensación en el pecho. No de culpa, sino ese sentimiento que las solía invadir cuando hacían aquello en épocas antiguas, lejanas a su actualidad.
—¿Funcionó? —cuestionaron los chicos, uno observando los cuerpos, los restantes a ellas, todos al unísono.
—Es extraño —mencionó la rubia, o albina, dando paso a su hermana para realizar un ligero ademán, expresando su concordancia—. Creí que sería diferente, pero...
—Es como ver puertas —completó la morocha, siendo ahora Opal quien asentía—. Son muchas puertas, me basta pensar en un momento para hallar varias de distintos colores y con diferentes carteles.
Se referían a algo mucho más profundo, si nos ponemos técnicos. Nada de lo que hubiesen visto antes, en realidad, era comparable con lo que ocurrió al preciso instante en que dicha cualidad invadió sus cuerpos. Bastaría con decir que lo comprendieron de inmediato, como si dicho poder viniese con manual de instrucciones incluido, por lo que todo les quedó claro al instante. Las puertas mencionadas no eran otra cosa que dimensiones alternas a la suya, miles y millones de ellas, distintas tal vez por poco más que un ínfimo detalle, pero diferentes al fin. Múltiples y casi infinitas versiones de un mismo momento, cualquiera en cual se les ocurriese pensar. Daba igual si lo hubiesen presenciado o no, las gemelas tuvieron disponible en sus ahora tan bastas mentes una innumerable lista repleta de añares completos. Si habían ya nacido o no, si se hallaban del otro lado del universo en ese entonces, daba igual. Conocieron de pronto todo aquello como si fuera parte de su propia historia, cada dimensión, cada realidad, igual que a la propia. Mas había detalles, cosas que limitaban un poder de semejante trascendencia. La condición primera que les permitiera ver, saber y visitar alguno de esos mundos o cualquiera de los sitios al que quisieran de esos universos, era su propia existencia. Allá donde no hayan nacido, ni lo fueran a hacer nunca. Si faltaban años para su invención o hubieran muerto hace centenares, daba igual, allí podían ir. Pero aquellas realidades donde no habría jamás rastro alguno de alguien que pudiera ser considerado ellas, estaban todas fuera de su alcance.
De pronto notaron otros detalles que les hubieron de parecer curiosos, pues no todo resultó como lo imaginaron antes del momento en que conocieron la verdad del deseado poder. Debían hacerlo juntas, sino no podían. Llegaron a creer que se relacionaba con un seguro, así no se perdían solas en tiempos de los cuales no pudieran escapar, y estuviesen siempre acompañadas. Tal vez, solo era necesaria una conexión así pues una sola mente carecía del poder necesario para atravesar tiempo, espacio, dimensiones enteras por sí misma y adentrarse en la consciencia que le correspondiese. Porque esa era otra cosa: ocupaban sus cuerpos. No estaban seguras de cómo funcionaba en casi de no estar vivas al momento del viaje, como aquel al cual pensaban dirigirse en cuanto les fuera posible. En realidad, por más que estuviesen al tanto de cómo funcionaba y el procedimiento a seguir, consideraron también estar pasando por alto mucha información que, a lo mejor, les quedaría clara una vez llegado el momento, tras vivir determinadas situaciones. Y si bien se les generaron incontables dudas al respecto, mayor era el universo entero que se les hubo abierto frente a los ojos. Una manera de percibir la existencia que jamás imaginaron, conocimientos profundos de realidades ajenas a la suya, ideas por completo revolucionarias que cambiarían desde ese mismo momento toda forma de ver las cosas que hasta entonces pudieron haberse planteado. Nada, pero por completo y en absoluto nada, volvería a ser como antes a partir de ese preciso instante en que ese líquido tibio tocó sus paladares. De ahí en más, todo lo que creyeron saber fue brutalmente desplazado y reemplazado. Fue tan solo un segundo lo que les tomó perder de vista su previa visión del todo, ya no eran siquiera capaces de entender cómo pudieron vivir tantos años con ideas tan equívocas, creyéndose entonces dueñas de verdades absolutas. Y, para colmo, no se les ocurrió en ningún momento echarle un vistazo a lo que les deparaba su futuro inmediato. ¿O era ese un precio a semejante grado de sabiduría? ¿Debían vivir sabiendo que lo conocían prácticamente todo, excepto sus propios destinos? ¿Es que acaso la idea de no saberse verdaderamente capaces de cambiar la condena que tenían ya escrita era castigo suficiente para quienes podían estar al tanto de todo lo demás?
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Critical Mistake © #O&R1 // EN AMAZON
Fiksi Ilmiah¿Qué ventajas trae la eterna juventud? ¿Es tan emocionante como dicen la vida eterna? ¿Hasta qué punto llegaría alguien por un inmenso poder? Cuando posees cables en vez de venas, un chip en lugar de conciencia, y chispas donde habría emociones, l...