CAPÍTULO 15

709 82 35
                                    



Después de aquel día en el que Mérida finalmente pudo montar a "Marcail" (nombre que decidió ponerle Mérida porque significa perla) las cosas en Berk se volvieron un poco más habituales, ahora que la chica ya podía hacer casi las mismas cosas que la mayoría, empezó a socializar más con el resto de los habitantes.

En los juegos era buena aunque definitivamente le faltaba mucho para ser la mejor, si bien su dragón era fuerte e incluso dos veces más veloz que un dragón promedio, Marcail insistía en ser testaruda, no dejarse dirigir y también ser algo torpe porque no terminaba de acostumbrarse en llevar a la pelirroja sobre su lomo.

Los días pasaban tranquilos, dentro de lo que podía ser tranquilo en un pueblo vikingo, era así casi para todos pero Hiccup seguía teniendo esos sueños que desde el primer día no hacían más que inquietarle.

...Alterado fue el destino, busca en el interior, remienda el vínculo que el orgullo modifico"

"Si poder es lo que quiere, poder es lo que tendrás, si estas dispuesto a sacrificarlo todo Kendrick"

"No me importa yo lo haré"

"En cuestiones de magia no puedes pedir algo que no estás dispuesto a pagar en igual valor"

"¡Adairaaaaaaaaaaa, nooooo!"

"¡ Meridaaaaaaaaa!"

El ojiverde despertó con la frente empapada en sudor, la respiración agitada y un peso en su pecho enorme, tardó unos segundos en saber dónde se encontraba, evidentemente se había quedado dormido en su silla frente a su escritorio y no en su cama.

Se puso de pie notando que era noche, posiblemente no habría pasado mas de dos horas desde que había oscurecido completamente, era hasta cierto punto un alivio que no hubiera sido arruinada toda su noche.

"Esos sueños"

Todo por Eret, ahora le tenían menos tranquilo que antes, nada tenía sentido y aún así no podía dejar de preocuparse a cada instante de su vida en lo que podría pasarle a Mérida y a la vez culparse a si mismo, si es que realmente corría la joven más riesgo por haberla traído a Berk.

Había pensado preguntarle mas a Eret pero simplemente no tuvo las agallas, algo en la mirada del joven le hizo saber que la historia que rodeaba a ese tal Kendrick no lo ayudaría a tranquilizarse.

Tenía miedo.

Decidió dar una vuelta por el lugar y al salir nuevamente notó que no se encontraba Chimuelo, se pregunto que tanto se había estado desconectando del mundo de sus pensamientos que incluso había dejado de estar al tanto de su mejor amigo.

Camino un rato y sin darse cuenta estaba a unos cuantos metros del dormitorio de Mer.

- Shhh.- escucho el sonido proveniente de la pelirroja y por un segundo creyó haber sido descubierto.- Marcail, Chimuelo dejen ese balde en paz que no puedo dormir.- les dijo la chica con una alegría tal que parecía más aliento que reclamo hacia los dos alegres dragones que no dejaban de corretearse lanzándose un cubo de madera.

Los dragones empezaron a correr alrededor de ella como habían estado haciendo esas ultimas noches a fin de obtener de la joven su "recompensa".

- Bueno ya, pero no den tantas vueltas que me mareo. – dijo sentándose en el piso frente a una improvisada chimenea al tiempo que ambos dragones se sentaban uno a cada lado.

La joven respiro profundo y empezó a cantar la nana que tantas veces había escuchado de labios de su madre mientras la acurrucaba entre sus brazos.

Destino y LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora