Destino y Libertad

CAPITULO 5

=...Pero es que en serio, hay que ser muuuy valiente!! =

Sì tuviera que utilizar una palabra de su extensa lista de quejas pesimistas para describir esa expedición sería "Nefasta".

De primera instancia un pudo salir el primer dìa porque, por más que lo intentó no encontró todas las partes de su traje especial para montar a chimuelo, y después de mucho buscar se dio cuenta de que Brutacio y Brutilda los habían usado para asar tocino pues según ellos le daba un sabor especial y le gustaba más a su dragón.

El segundo día partió ya algo tarde y todo se arruino cuando empezó una especie de tormenta que lo obligo a refugiarse en la Isla "Estomago Estruendoso" (vaya talento que tienen los vikingos para eso de poner nombres) a escasos 50 minutos de haber salido de Berk.

El tercer día fue atacado por lo que el llamaría "abejas con cuerpo de dragón" era unos 50 dragones muy pequeños escasos 15 cm de altura, pero tenían casi todas las características de un "Clase embestida" y sus rugidos asemejaban a un mosquito gangoso, aparentemente estaban interesados en las provisiones que Hiccup llevaba consigo. Ese fue un día largo para chimuelo y su jinete.

El cuarto y quinto día avanzaron lo suficiente como para llegar al anochecer a su destino, a pesar de terminar con unas marcas rojas en sus manos y mejillas resultado de haber dormido accidentalmente sobre una especie de hiedra venenosa.

No sabía como sería regañado por Astrid una vez que llegara un par de días después de lo acordado, pero rezaba por que tuviera compasión a todas las tragedias que les habían ocurrido.

Al sexto día se alejó un poco de chimuelo para comprar unas provisiones y sentía que todos le miraban raro (cosa que me extraña, con esa ropa, esa forma de hablar y su prótesis supertecnologica para aquellos tiempos era como para que nadie lo notara XD).

Al salir de una de las tiendas le pareció ver a unos tipos enormes y de mala cara cubiertos de barro y paja correr enfadados, eso no fue lo que le llamo del todo la atención, después de todo era un vikingo entrena dragones, lo que lo sorprendió es que alcanzo a notar que iban en persecución de una jovencita de clase humilde aparentemente y de un cabello semejante al fuego. Solo la vio de espaldas pero era como si algo en su ser brillase, al final de cuentas siguió con su labor de compras y olvido hasta cierto punto el suceso aunque guardando culpa. "¿Qué tal si se trataba de una pobre chica acosada por esos tipos? ¿Y si la pillaron y ahora le están lastimando?" intentó quitar eso de su mente de camino de regreso con su amigo.

- Chimuelo, ya regrese, no creerás cuanta comida he traído. Mañana después de recolectar un poco de las hierbas naranja para el asma, tendremos un festín.

El dragón estaba como durmiendo y de hecho roncaba bastante más fuerte que nunca en su vida.

- Ya despierta, traje algo de postre.- lo toco firme pero cariñosamente en la cabeza.

Pero el dragón no se movió, Hiccup pensó que probablemente estaba demasiado cansado así que no hizo intento por despertarlo hasta la mañana siguiente.

Sin embargo al séptimo día el chico estaba muuuy preocupado, chimuelo no se despertaba, continuaba respirando y roncaba bastante fuerte pero no se paraba, le examino el hocico y noto rastros de una especie de mora. Estuvo casi dos horas dando vueltas en el bosque buscando hasta que dio con ellas, por la evidencia chimuelo las comió por sí mismo pues su olor era bastante dulce y apetitoso, ya revisando la fruta no tenía nada de malo, era una especie de mora mas pero como solía decir, cada dragón es un mundo, y al parecer el suyo tenía una especie de reacción somnífera ante esas moras, empezó a preocuparle cuanto tiempo estaría dormido su dragón más que nada porque no estaban en un sitio demasiado seguro y si no podían salir volando las cosas se podrían feas.