Destino y Libertad

Capítulo 16

"Alterado  ...

...Hijo, ¿qué fue lo que hiciste?!
Solo quería que estuvieras orgulloso de mi...
¿Y ahora qué? ¿Tendremos por rey a un monstruo?...
Remienda el vínculo..
Tal vez nuestros futuros no estaban destinados a permanecer juntos..
...Yo no quería que pasara nada de esto, ¿Me oyes? ¡yo ..."

- ¡...no quería que pasará!-  levantó de golpe su nuca de la almohada sintiendo como le faltaba el oxigeno y notando que solo había sido un mal sueño, posiblemente no el peor pero si el más vivido desde hace unos años, allí estaba, en su habitación aun oscura y apenas alumbrada por la luz de la luna, un cuarto demasiado grande para alguien que antes prefería estar afuera la mayor parte de su tiempo pero ahora mismo apreciaba que fuera del tamaño suficiente para esconderse un par de semanas sí era necesario.

Las primeras veces que lo hizo, es decir, que se autoexilió en su cuarto fue casi como morir lentamente, ahora empezaba a sentarle un poco menos doloroso, solo un poco menos.

Esperó paciente mientras miraba la ventana a que se asomaran los primeros rayos de sol que le indicarían que era hora de empezar los arreglos pendientes, partiría en cosa de dos días para cortejar a una princesa que sabía de sobra que ahora tendría cien razones mas para verlo como el candidato menos adecuado. ¿Asustado? Ojalá fuera solo miedo y nerviosismo, pero parecía mas un golpe de realidad, ese sueño justo en vísperas de hacer su viaje tenía sabor a  mal presagio, pero no cedería a la depresión, ya había pasado meses sumido en ella y eso no se solucionaría creyendo en cosas que aún no pasaban.

Solo esperaba que McGuffin y Deenwall estuvieran de peores esperanzas que él, egoistamente eso lo haría sentirse mejor.

- "Tal vez nuestro futuros no estaban destinados a permanecer juntos.." - repitió en voz baja como si las palabras le dijeran algo, para ser honesto así era por que fue una voz que no reconoció y la cual sonaba mientras unos claros ojos azules lloraban con tal desconsuelo que casi le partió el alma, Mérida tenía ojos azules pero será que su voz ahora sonaba así de tersa, bueno, han pasado cuatro años, muchas cosas podrían ser distintas. El joven Macintosh, cuyo nombre de pila era Kendrew cubrió con molestia la mitad de su rostro apenas entraron los primeros rayos de sol por la ventana para colocar el parche de cuero en su ojo antes de empezar a alistarse, deseando olvidar aquel sueño.

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Estaba  demasiado intranquila por los acontecimientos que se sucitarían, por que antes de su viaje  a Berk no tenía nada que perder y ahora sentía que lo perdería todo, a sus primeros verdaderos amigos, al su primer dragón por que, esta claro que no la llevaría a Dumbroch donde seguramente sería atacada; al lugar que la hacía sentir libre y con escencia propia pero, más importante, dejaría de lado a Hiccup, ¿Que no había dicho antes amigos? Bueno sí, pero es que Hiccup era algo más que un amigo cualquiera, era la primera persona que le había respondido negativamente a la afirmación que ella siempre había tenido de su destino y de aceptar con tristeza lo que el futuro le tenía deparado, por que de algún modo sentía que de haber sido otras las circunstancias tal vez... no, no había nada más y no valía la pena siquiera pensar en otra cosa que no fuera el ahora y el presente.

¿Cómo se podía estar tan confundida en las primeras horas de la mañana?

Había pedido a Patán que le dispensara de no ir a desayunar con el por que tenía algo importante que hacer, pero solo quería estar sola, pensar, hacerse a la idea de que en unos días regresaría a Dunbroch y comprometerse y prepararse para ser la nueva heredera al trono, extrañaba a sus padres y a sus hermanos, se preguntaba cómo estarían, puesto que estaba a kilometros de distancia de su castillo era obvio que había cesado de enviar correspondencia como le había  prometido a su madre y por lo tanto estaría muy preocupada.