Trillizos

Carmesí

El peliblanco caminó por horas, aveces en círculos, otras veces intentando ir hacía la zona que el conocía como la palma de su mano. Pero no sabía ni donde se encontraba, por lo que seguía desorientado.

- Intentar volver a casa no es opción... Y los Larcade deben odiarme por como les grite ¿¡Porque soy tan idiota!?- Si, quizá haya sido una decisión tonta, pero ¿Alguien siquiera puede culparlo? Estaba muy mal tanto física como emocionalmente. Es decir ¡Aun le dolían las heridas tratadas! Sus propias "hermanas" hicieron eso. Con solo recordar los golpes e insultos que recibio el su última paliza le daban ganas de vomitar.

Para cuando se dio cuenta, ya se estaba presentando el ocaso. Y el se encontraba solo en mitad de una calle que no conocía. Pero a decir verdad, no tenía miedo. ¿A que le debería de tener miedo? Al final y al cabo ya no tenia a nadie, aunque sin embargo aun debatía si quería o no morir.

Siguió caminando sin rumbo, para encontrarse en medio de un callejón.

- Lo que faltaba, terminar en medio de un puto callejón...- Susurro- Bueno, supongo que puedo dormir aquí. De igual manera dormí en la intemperie 4 meses ¿Que diferencia hay?- 

Antes de buscar un "Buen" lugar para asentarse, se paró un segundo para pensar. Sus emociones estaban descontroladas, pero hoy se sentía indiferente, mientras que ayer tenía miedo. 

Ya no tenía miedo, ni tristeza, tampoco felicidad. Pero tampoco sentía que tenia una ambición. Se podría decir que únicamente seguía su instinto.

Se lo paso pensando en eso como por 30 minutos, hasta que llego a una conclusión. Afrontó la realidad. Pero no sabía que gracias a eso, logro llegar a su parte rota.

- John, ¿Eso es un puto niño?- Logró escuchar tras suyo. A decir verdad, no le sorprendía ver a unos drogadictos por ahí.

- ¿Y yo que mierda voy a saber? Vamos a revisar- Volvió a escuchar, haciendo que se de vuelta.

Pudo ver a tres sujetos fumando algo. Tenían pinta de punks, como Luna. Estos se acercaron y lo empujaron.

- Así que un pequeño espía- Dijo el líder de ese grupo.

- Bueno, no nos gustan los mirones. Debemos darle una lección ¿Verdad John?- Comentó otro de los tipos

- Tienes razón Brad- Contesto 

Los tres hombres aprovecharon que estaba en el suelo y lo comenzaron a patear con todas sus fuerzas. Pero el no se quejo. ¿A quien le pediría ayuda? Ya no tenía a nadie.

- ¿Te haces el fuerte? Vamos a ver que pasa si hago esto...- Murmuro Brad- ¡John, pásame la jodida botella de cerveza!- 

John le paso la botella de vidrio, y el tipo la rompió contra el suelo haciendo un arma corto-punzante. Acto seguido levanto al niño que a duras penas podía mantenerse de pie y le puso el filo muy cerca de la garganta.

- ¿Sigues siendo temerario pequeña perra?- Le dijo- No creo que dures mucho en las calles si sigues así...- El sujeto fue interrumpido por los gritos del albino, quien agarro la botella y inconsciente mente la apretó en su palma.

- ¡VAMOS MALDITO, MÁTATE!- Exclamo- ¡NO TENGO FAMILIA, NO TENGO AMIGOS Y NO TENGO RAZÓN PARA SEGUIR EN ESTE MALDITO MUNDO!-

El joven se estaba prácticamente apuñalando la mano en ese punto. La sangra brotaba de su palma sin que se de cuenta.

- Ese grito puede llamar la atención a los policías ¡Corran!- Dijo uno.

- Mike tiene razón, vayámonos- Comentó Brad en total calma.

Y así los hombres corrieron lejos de esa zona. Dejando al pobre albino solo cubierto de SU sangre.

El chico se quedo quieto para a los segundos volver en sí. Miro sus manos y dejo caer un grito de horror al verlas cubiertas de sangre, al igual que sus ropas, cosa que hizo que se sobresalto un poco para luego comenzar a reírse.

- Soy patético. Completamente patético- Susurro para si mismo- Un desastre. Me abandonaron dos veces, y me apuñalo a mi mismo... ¿No es eso completamente estúpido? ¿Porque sigo con vida? ¿Algo más grande que nosotros me mantiene con vida para pagar mis errores? No lo se.-

Miro para abajo y se dio cuenta que su sangre también manchaba un poco el suelo.

- Genial, tengo que buscar un nuevo lugar donde dormir para que no crean que cometí un homicidio... Si es que no me muero por falta de sangre primero- Murmuro con un tono sarcástico.

Y así volvió a caminar hacía las afueras del callejón. 

Pero cuando estaba por cruzar la calle, vio dos autos que se acercaban a el. Uno era una Van y el otro un auto común y corriente, por el cual se podía ver claramente unas cuatro cabelleras blancas.

Nota del Autor: Espero que les haya gustado el capitulo. Disculpen la tardanza y corto pero tuve un pequeño bloqueo.

Ademas quiero que el encuentro entre los Loud y los Larcade sea a lo grande 7w7