Trillizos

Horizontes

En el curso de los trillizos, casi todos se encontraba prestando atención a la clase o mirando un reloj, mientras deseaban que de la hora del receso. La palabra clave aquí es casi.

Las peliblancas estaban preocupadas por su hermano. No sabían que había pasado en el baño. Aun así, se sentían -dentro de lo que cabe- bien al mismo tiempo. El en verdad se preocupaba por ellas, ¡no las odiaba! Se los había demostrado verdaderamente en esta ocasión.

La que tampoco estaba prestando mucha atención a su profesora era Emily. En parte, era porque odiaba esa clase. No entendía para que le serviría saber que era un insumo. Pero también estaba absorta en sus pensamientos. ¿Por que Lincoln era así? ¿por que vivía con los Larcade?

Ella sabía que era un niño feliz, claro, según su hermana mayor Carol Pringley. La vez que lo vio por primera vez, le resulto un chico bastante gracioso, más por como se 'hizo bolita' cuando Lori lo agarro de brazo para que no escapara de lo que, según lo había oído decir, 'la infernal charla de chicas'. Pero una nueva pregunta apareció en su mente, ¿porque se achico cuando lo agarraron del brazo esta vez? ¿tendría algún dolor muscular? Agitó su cabeza ante esa idea. Había visto sangre en la manga.

Mientras seguía pensando, la campana sonó. Se oyeron muchos suspiros de alivio en la habitación.

- "Clase aburrida" -Pensó, mientras buscaba a sus mejores amigas.

Al encontrarlas, las encontró muy pensativas en los pupitres. Un poco preocupada y curiosa por todo lo que había pasado antes, se decidió a preguntar. 

- Chicas, antes de salir al patio quiero preguntarles algo.-

Las dos peliblancas voltearon a verla- ¿Que cosa Emy? -Dijeron las dos al unísono.

La chica tomo aire y soltó su duda- ¿Que le pasa a su primo? -

Sus caras pensativas se fueron, cambiando por expresiones dudosas. Linka y Liberty se miraron, y se notaba que estaba determinadas a decirlo. 

- Te diremos, pero DEBE ser un secreto. -Dijo Liberty. Emily agito la cabeza como afirmación, se sentó en un banco cercano y miro a su amiga.

- Niñas, no puedo dejarlas aquí solas. Tienen que salir. -Les reprocho la maestra, mientras juntaba sus cosas.

Las chicas suspiraron, esa profesora era muy molesta- ¡Por favor, es un segundo! -Pidieron las tres al mismo tiempo. 

- Mmm... -Dudó- Esta bien, pero no toquen nada que no sea suyo. ¡Las, ohm, cámaras las vigilan! - Grito mientras salía.

Las jovencitas volvieron a lo suyo- Para empezar, el es nuestro hermano. Gemelo, para ser precisas -Explicó Linka-  Fuimos separados de pequeños. El tuvo que ser adoptado por una familia de inadaptados -Comenzó a enojarse- Ellos lo descuidaban y lo golpeaban -La furia se transformaba en tristeza poco a poco, mientras sollozaba- E-explica t-tu Liberty, no me gusta hablar de e-eso... -

Liberty miró a su hermana con pena. Y la abrazo mientras la otro lloraba- La separación que tuvimos fue por ciertos problemas económicos. -Siguió la explicación- Nos re-encontramos hace poco, cuando el caminaba en la ruta completamente magullado -Las lágrimas se iban formando- Y a-ahora el esta m-mal. ¡Esos malditos l-lo destrozaron! -Las dos chicas comenzaron a llorar a lágrima viva- Si hubieses visto sus lastimaduras... Literalmente le quitaron un trozo de la piel de su espalda. -Abrazó a su hermana, mientras ambas lloraban.

Shockeada, la rubia-castaña miró a sus amigas- ¿Cual era el apellido? -

- ¿Eh? -Preguntaron las dos, mientras intentaban calmarse- Era L-loud, creo -

- M-mierda -Murmuro Emily.

Con Lincoln 

El joven ya había llegado al consultorio, y estaba esperando a que lo llamaran. No tenía ganas, pero no quería causar problemas, ¿que tan egoísta sería desobedecer a los que los soportaban?

En su espera, comenzó a meditar de su existencia, como hacía cada vez que se aburría. Pero esta vez era por una duda que lo calcomia.

¿Porque la había defendido?

No sé le había ocurrido que sería por recuperar la confianza. No podía ser. Eso era para idiotas. Crear lazos solo lo hacía dependiente de las personas.

¿Quizá fue solo un instinto? Era su respuesta más convincente. Él sabía que estaba roto. No sé podía permitir volver a confiar.

Aunque extrañaba poder ser el mismo...

No

No volvería a caer en los trucos que su mente le jugaba.

Sí quería ganar, tendría que encontrar una salida del laberinto. Dejando cicatrizar sus heridas.

Ver nuevos horizontes, quizá.

A/N: ¡Muy buenas! Esta nota es para avisar que el nombre de la madre Carol fue cambiado por Kelly debido a una confusión mía. Espero que no sea una molestia.