Confianza

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Kelly estaba preocupada e impaciente. Debía llegar a la escuela, ya que habían llamado diciendo que su hijo había tenido un ataque de pánico, pero ella sabía que había algo más. Lo logró ver el primer día que el albino había aparecido. El tenía alucinaciones, ataques de pánico e insomnio. Lincoln creía que nadie lo sabía ya que lo ocultaba, pero su madre no era idiota y a los pocos días se percato de su situación, sin embargo no actuó. En parte, la matriarca Larcade no sabía en que clase de infierno mental vivía el muchacho. 

La mujer esperaba que eso no afectará a su hijo recién reencontrado. Una fase que pasaría dentro de las primeras semanas. Se aferró a ese pensamiento a sabiendas que el trauma era fuerte y estaba desgarrando la mente del chico. Fue un gran error.

Día a día empeoraba. Prácticamente dormía 14 horas semanales, claro, si podía dormir. Las pesadillas lo atormentaban y a veces sentía como si el traje de ardilla siguiera allí. Las alucinaciones no era tan comunes, pero cuando tenía una era horripilante. Los ataques de pánico acompañaban los delirios frecuentemente. Todo eso era ocultado por una mascara de indiferencia y seriedad innecesaria. Funcionando la mayor parte del tiempo. Nadie sabía que le sucedía ni lo que pensaba.

La familia esperaba que se abriera a ellos y contara sus problemas, pero nunca lo hizo. Con eso se vieron obligados a llevarlo a terapia. Y cuando los padres hablaron con la doctora se encontraron con lo que temían. Sufría de un trastorno, pero aún podía tratarse. No sabían que era específicamente pero se trataría como pudiesen.

Y ahora la llamaban para decirle que su hijo, había tenido un ataque de pánico en la escuela. Donde según creen es el peor lugar ya que sufre de acoso, sin embargo nunca lo había comentado y todo lo sabían mediante las chicas. Se quejaron en la institución, y ellos dijeron que se harían cargo, pero al parecer no hicieron absolutamente nada. Cambiarlos de institución no era una opción fácil pero si la mejor, lo malo radicaba en que esa escuela era la única de la zona, y si querían sacarlos de ahí les costaría tiempo y dinero. Royal Woods no era un pueblo tan grande, no había demasiados colegios.

Volviendo con la matriarca Larcade, ella ya estaba en la recepción de la academia. Se encontraba visiblemente preocupada, esperando a sus retoños y rezando a todo dios que estén bien.

Un hombre viejo, de unos 55 años se acerco. Tenía pinta de ser un profesor.

—Señora, me temo que tengo que informarle lo que sucedió—

—¡Por favor, dígame que paso!— Estaba algo desesperada, en la llamada no le habían explicado casi nada.

—Su hijo Lincoln golpeo a uno de sus compañeros, tendrá que asistir a una reunión usted, su hijo y la madre del otro niño con su hijo también. No sera hoy debido a que su hijo después de eso sufrió de una especie de ataque, se encerró en el baño y a los pocos minutos grito algunas cosas— Comentó mientras se acomodaba los anteojos— Entramos y lo encontramos tirado en el piso, no sabemos que sucedió pero el no hablo del tema... Más bien, de nada. No quiso compartir nada de lo que paso. Sugiero que lo lleven a terapia, será mejor para el.

—Sabemos que no esta bien, y esta asistiendo a terapia. Nos preocupa que siga así...—

  — Les deseo suerte, el es un buen muchacho a pesar de todo. Estudioso, aplicado y ama a su familia— Terminó el doctor, mientras se retiraba. 

A los pocos minutos vio una cabellera tan blanca como la nieve se acercaba. Lincoln era un desastre, pelo «mas» desalineado de lo normal, ropa arrugada, sus ojeras eran más pronunciadas y lo que más llamo la atención, ojos rojos signo de haber estado llorando.

Buenas tardes hijo, vamos— Saludo la mujer, sin conseguir respuestas.

En total silencio, los 2 caminaron hacía el auto. Al llegar, abrieron las puertas y se sentaron. La madre arranco el coche, mientras el momento incomodo seguia.

Kelly se dispuso a romper el silencio— ¿Que sucedió exactamente?—

El joven sin vacilar, contesto rápida y secamente— Ya deberían de habértelo contado, supongo—

— Si cariño, ya me dijeron que sucedió...  — Miro hacía el albino que la miraba como si fuese idiota— Pero necesito saber tu versión antes de castigarte, sería completamente injusto.—

El niño la miro extrañado— ¿Pedirme mi versión de la historia?— Contesto/preguntó, con su ahora típica voz apagada— Los Loud nunca me dejaban contar mi versión, ellos simplemente me ignoraban... Supongo que es lo que recibo por ser el único varón y por encima de todo, el del medio— Termino con una risa. Sin embargo, no era inocente como la de cualquier otro niño. Estaba maltrecha, seca y vacía. 

Kelly, un tanto nervioso asintió. Le angustiaba la situación de su hijo, se sentía tan culpable por dejarlo. Tenía que hablar con la doctora Lopez cuanto antes. Sabía que su recuperación sería lenta, pero esperaba que fuera lo mejor posible. No quería tener que dejarlo en algún centro de cuidados, no lo alejaría de vuelta. Serían una familia unida fuera como fuera.  

Llegaron a la casa, el joven bajo su mochila y se dirigió a su habitación. La tiro por donde sea y fue directo al baño para ponerse unos verdaderos vendajes.

Arremango su chaqueta naranja, quito todo el papel y toco sus cortadas un poco. Le traían malos recuerdos, pero era su manera de desahogarse. Estaba bien mientras fuera su forma ¿no?

Le dolía tanto alejar a esas personas que le daban un techo, ¿por qué las alejaba?. Ya no sabía que hacer. No quería seguir todo esto, lo destrozaba por dentro. Pero no podía. Su confianza destrozada le decía que se encerrara, nadie era de fiar. Nadie volvería a conseguir su confianza.

Entonces ¿por qué la protegió? 

Nota del Autor: Buenas otra vez, espero que hayan disfrutado el capitulo. Lamento que sea corto, pero prefiero que sean concisos para dar más intriga xD

Me gustaría aclarar que Lincoln se comparta así por otra razón, no solo por el traje. En esos 4 meses le hicieron muchas cosas sus hermanas, y otras personas. Todo se desvelara en futuros capítulos.

Próximo capitulo: Corazón Irrompible...



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