Anécdotas

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Cuando Lori comenzó a despertar, estaba tendida en un lugar bastante incomodo. No lograba recordar bien donde estaba o que había pasado, ni porque el lugar se parecía tanto a Vanzilla. Mientras que sus sentidos se agudizaban nuevamente, podía escuchar unas voces hablando de algo. 

—Entonces se supone que ese señor que buscó a Lincoln es nuestro ¿tío? —una voz, que reconocía muy bien, dijo—. ¿Es como la tía Shirley?

—Por última vez sis; Si. Ella es como la tía Shirley, solo que en lugar de ser hermana de papá es hermano de mamá. —un extraño acento británico se oyó.

La hermana con síndrome de Napoleón se logró orientar. Se levantó de los asientos en donde estaba recostada y recién en ese momento notó que su maquillaje estaba torcido. ¿Había estado llorando mientras dormía? No recordaba bien que había pasado antes de desmayarse. Caminó por la van hasta llegar hacía donde estaban las voces de sus hermanas.

—¿Que sucedió? —preguntó, mientras largaba un pequeño bostezo—. ¿Hacía donde íbamos?

Las dos hermanas estaban por responder.

—Lori, querida, dime que recuerdas —Rita se adelantó a decir antes que sus hijas.

—Estábamos yendo en Vanzilla, hasta que... —Lori dejó de hablar, y parecía haber recordado procesado algo—. Espera, ¿¡Leni estaba hablando de ese tipo de pelo blanco!?

Luna suspiró, mientras que Leni miró a Lori extrañada.

—Deja que te explique, hija —la mujer con anchas caderas se levantó—. Toma asiento. —la hermana mayor se sentó, anonada por lo que había escuchado de su hermana menor anteriormente, y Rita inició—: Papá no era el hombre más santo. Desde pequeña lo supe. Muchas veces, en fiestas escolares o eventos parecidos, yo podía verlo coqueteando con muchas mujeres. Y no es que me molestase en su momento, ya que en primer lugar no lo entendía y en segundo lugar el era un hombre viudo, y tenía derecho de estar con las chicas que quisiera. Nunca le había tomado demasiada importancia por lo menos hasta que, en algún momento de hace unos 35 años, una mujer comenzó a venir a casa mucho más seguido. Pop-pop me la presento y me dijo que era su novia. Se llamaba Chloe y tenía unos pocos años menos que papá. 

Lori interrumpió a su madre.

—¿Que tiene eso que ver con Lincoln, mamá? —preguntó la hermana mayor de once hermanos, interrumpiendo a su progenitora. 

—Estoy llegando a eso querida —contestó la señora Loud—. ¿En que iba? Ah, cierto. El tiempo paso, y Chloe un día se embarazó. No recuerdo mucho lo que sucedió en el tiempo del embarazo, pero cuando mi hermanito Lysander nació, era un niño muy sano. Para cuando el nació, yo tenía unos 7 años. Pero todo se torció después de que Pop-pop tuviese una aventura con otra mujer, y Chloe se fue de la casa llevándose a Lysander de tres años con ella —Rita puso la cabeza gacha—. Después de eso, solo lo logré ver dos veces; Cuando el tenía seis años y... Esa vez.

La señora Loud dejo escapar unas pequeñas lagrimas, mientras dejaba de hablar. Lori, por su parte, estaba analizando la información.

—¿Que sucede con esa historia mamá? ¿Porque nos dices eso? —preguntó algo desesperada Lori, mientras jugaba con sus pulgares nerviosamente.

— ¿¡Acaso no lo entiendes, Lori!? —sorpresivamente, Luna explotó—. ¡Mamá ya lo dijo, Lincoln es en verdad el hijo de Lysander! Es nuestro primo, Lori, ¿acaso no lo recuerdas? 

—¿Eh... que? —tartamudeó la rubia mayor.

Luna la tomo de sus hombros, ya bastante exasperada, mientras la zarandeaba.

TrillizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora