Vayanse

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Ese mismo día 15:00

Lo primero que Lynn tenía que hacer era encontrar a Lucy. Ese día no tenían escuela, por lo que no creía que estuviese fuera de su casa. Ademas ella no salía casi nunca de su casa, ni tampoco era muy vista por sus hermanas. 

Bien, eso podría parecer normal para alguien tan depresiva como Lucy, pero ella salía de vez en cuando con sus amigos del Club de Poesía. Ahora no se dignaba ni en salir de la ventilación, ¿¡Que demonios!? ¡Ahora comía cuando nadie estaba en la mesa! 

Estaba muy rencorosa con su familia. Sin embargo, eso no le impediría a Lynn buscar a su hermana para que le ayude.  

Mientras se movía a su habitación para comenzar la búsqueda, repasó su plan desde el comienzo:

Primero hablaría con Lucy ya que sería un dolor de muelas buscarla después. Ademas, esta tendría que guiar a Lana y a ella por el conducto.

Lo segundo sería encontrar a Lana, quien probablemente seguiría haciendo chillidos tristes mientras intenta jugar con Charles. Cosa que no le iba muy bien.

Luego de entrar a la habitación de Lisa, la convencería/obligaría a salir. Juntos buscarían a Lola que parecía ser las más afectadas. La tratarían de ayudar y convencer para que, al llegar sea donde sea que este Lincoln, ella pueda sobornar a las personas de allí para que les permitan hablar con su hermano.

¡Luego de eso su hermanito las perdonaría y serían una familia feliz de nuevo! ¿No?

La deportista alejó su pensamiento infantil de como todo terminaría bien. No pudo evitar sentirse decepcionada de si misma al ver que aun seguía creyendo que sería tan fácil...

Había veces donde ella misma no podía creer que el volvería. Sería más fácil rendirse, pero aun así le rompía el alma tener que hacerlo. Le dolía el pecho pensar en lo mucho que había sufrido su hermano. Algunas veces había llegado a tener ataques de pánico pensando en donde y que haría su hermanito solo en la calle.

Pero ahora mismo era mucho más fácil pensar que aun estaba sano y salvo en alguna parte. Y ella misma creía que los Larcade parecían ser mucho mejores personas que ellos, y en general, mejor familia. 

Pero no podía aceptar que las dejara. No aceptaría ese hecho. 

¡Nunca lo aceptaría!

Caminó decididamente a su propia habitación. Tocó la puerta levemente, esperando una respuesta de su hermanita.

- S-sal, no pienso abrir la puerta... -Una voz ahogada se escuchó desde dentro de la habitación. Era notoriamente la voz de la pequeña gótica, más sin embargo no era como siempre. No era completamente uniforme. Más bien parecía contener un poco de enojó, junto con una tristeza muy grande.

- Vamos Lucy, abre la puerta. Quiero hablar contigo, ademas, es mi habitación también -Dijo bruscamente, forzando la manija para entrar al lugar.

- ¡Te dije que salgas, maldita sea! -

Eso fue lo primero que escuchó Lynn, justo antes de que le cayera un bate en el medio de la frente. Justo después de eso, comenzaron a caerle almohadones encima.

- ¡Vete maldita! ¡VETE, VETE, VETE! -Gritaba Lucy, en una furia arrasadora.

Junior no pudo moverse ni decir nada. El primer golpe la había aturdido bastante. 

TrillizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora