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La casi inexistente dignidad que aún me queda fluye poco a poco fuera de mi cuerpo mientras la sangre se agolpa en mis mejillas recordándome el asqueroso ridículo que protagonicé ayer por la noche. Decir que me avergüenzo no es nada comparado a lo que en verdad estoy sintiendo en estos momentos. 

¡Quiero morir!

Sin resurrecciones. Sin segundas oportunidades que me lleven a tener una vida nueva y libre de estupideces, porque no importa si vuelvo a nacer, mi vida seguirá siendo un desastre y sé que fracasaré  como siempre lo hago.

Terrible. Terrible. Terrible. ¡Es terrible!

Harry me ha contado cómo se dieron las cosas entre nosotros en nuestro primer encuentro. No hizo falta que entrara en detalles cuando cada escena vivida a su lado se fue rebobinando en mi cabeza a medida que los hechos se fueron desprendiendo de sus labios. Desde el primer instante en que su boca se abrió para hacerme saber que habíamos bailado y que un rato más tarde me encontraba tendida e inconsciente sobre el jardín delantero del chico Tomlinson, quise que Thanos hiciera acto de presencia para convertirme en partículas de nada con la gema de poder. O que, al menos, Voldemort lanzara contra mí un irrefutable abadakedabra*.
Cualquier cosa hubiese estado bien si eso significaba borrar mi existencia de la faz de la tierra pero, desafortunadamente, eso no pasó. Nadie se apiadó de mi mísera alma avergonzada.

—Y... ¿desde cuándo conoces a Louis? —. Estoy encendiendo mi teléfono, debido a la incomodidad que se ha extendido por todo el lugar después de su relato, cuando su pregunta me hace mirarlo otra vez.

Hace un rato ya que nos hemos trasladado a la estancia casi por inercia, luego de que él mismo preparara algunos rápidos snacks -asegurándose de que pueda ingerir cada ingrediente-, para volver una conversación tan bochornosa en la más amena posible, acordando que después de ello por fin me marcharía a casa. Pero sus esfuerzos por hacerme sentir en un ambiente familiar no están funcionando, no en especial cuando al parecer ha dado inicio a mi interrogatorio.

—Siendo sincera, desde hace tres días —respondo, buscando una nueva posición sobre el enorme diván de terciopelo, que ha resultando ser bastante confortable, evitando a toda costa el contacto con sus ojos.

—¿Tres días? —. El asombro tiñe su rostro de forma sutil al tiempo en que sus dedos hurgan hasta el fondo de un paquete de gomitas.

—Sí. Su novia sufrió un intento de asalto y con... un amigo, tratamos de ayudarle.

—Así que tú eres esa chica de la que me habló y la que también ha estado saliendo en los medios sin una identidad.

Una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios, después de llevarse el dulce a la boca, pues parece satisfecho con saber quién soy.

—¿Medios? —pregunto, al borde de sufrir un milésimo colapso nervioso.

¿De qué rayos está hablando? ¿Por qué nunca me entero de las cosas? ¿Sabrán mis amigos a lo que se refiere?
¡Mis Amigos! ¡Joder! ¡Van a matarme!

—Estás por todas las redes sociales —explica, pasándome las palomitas a pesar de que no se las he pedido—, pero afortunadamente ni Louis ni Eleanor han confirmado lo ocurrido.

Como quien no quiere la cosa, me esfuerzo por ocultar mi ansiedad haciéndome de un puñado de uno de los tantos deliciosos motivos por los que me encanta el cine.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2023 ⏰

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