Capítulo 4

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Con gesto desdeñado, lanzó el móvil sobre las sábanas. Ahora mismo le daba igual si éste impactaba contra la pared y se rompía. Necesitaba un baño, relajarse. Tomarse una media hora de su tiempo para él, para pensar en sí mismo y en la "mierda" por la que estaba pasando.

Entró al cuarto de baño, abrió el grifo y se sentó en el borde de la bañera esperando que el agua alcanzase la temperatura óptima. Tocaba el agua, dejaba que la misma se escapase entre sus dedos, tal y como se le escapó de las manos lo que sentía por Todoroki.

—Me cago en la puta... —masculló.

No soportaba sentir, no sabía sentir. Si ni sabía dar un mísero abrazo, ¿Cómo se había enamorado? ¿Y encima del soso de Shōto? ¿Qué tenía ese mitad-mitad qué ocupaba gran parte de sus pensamientos?
Por más que pensaba, menos lo entendía. Menos quería sentir y más quería pasar, pero no podía hacerlo. Sabía que era incapaz de controlarlo. Por el amor de Dios, iba a ser héroe, no tenía tiempo para hacer el panoli con esa sarta de sandeces.

Llenó la bañera, entró, cerró los ojos y se hundió en el agua por unos segundos, dejando la mente en blanco lo máximo que pudo, pero apenas aguantaba sin que la imagen del de hebras bicolor pasase por su mente.
Tomó la decisión de ducharse rápido, ya que al parecer ni eso le ayudaba a disipar sus pensamientos. Él estaba ahí, constantemente dando vueltas a sus anchas por la cabeza de Bakugō. Sea lo que sea, ahí estaba. Pensando en todo como si del recuerdo más feliz y más triste a la vez se tratase. Lo tuvo ahí y no se dio cuenta de lo que sentía hasta ahora. Ahora que ya no está.

La cena estaba lista, por lo que no pudo irse a la habitación hasta después de la misma.
Una vez estuvo en sus cuatro paredes particular, se sentó en la cama. Observando el teléfono con desdén. Una luz parpadeaba en la parte superior, hecho que significaba que tenía una o más notificaciones por leer y, por motivos más que obvios, deseaba que la notificación fuese solo de una persona.
Lo tomó entre sus manos y, sin más preámbulos, desbloqueó y vio que volvía a tener un mensaje del mitades. Se sentía aliviado, jodidamente aliviado. Esos momentos eran los únicos que estaba tranquilo durante el día, que se olvidaba de todo lo demás. Esos estúpidos momentos que hablaba con Todoroki.

❝Nada en especial, ¿Qué tal las cosas por la academia?❞

❝Como siempre.❞

No, como siempre, no. Las cosas habían cambiado desde su maldita partida, desde que sentía su ausencia, desde que se había dado cuenta que estaba enamorado de ese "idiota".

Se quedó con el móvil en la mano, abstraído. Sin reaccionar unos minutos hasta que obtuvo respuesta.

❝Vaya, con que nada nuevo, ¿No?❞

❝No.❞

❝Veo que no tienes ganas de hablar.❞

—Vii qui ni tinis ginis di hiblir mimimi... —repitió para sí mismo en tono casi inaudible antes de responder a Todoroki.

❝Pues la verdad es que no sé qué quieres que te diga.❞

❝Pues si no lo sabes tú...❞

La conversación se tornó incómoda para el blondo. No sabía de qué hablar con el medio albino. No sabía cómo sacarle una conversación sin que se notase que tenía ganas, que se moría de ganas de hablar con él.

❝A ver, estúpido mitad-mitad, ¿qué demonios quieres?❞

❝Si vas a estar así de borde, me voy a dormir.❞

—Este tío es tonto o se lo hace —murmuró.

❝Estoy como siempre.❞

❝Sí, borde. Como siempre. Cualquier día te da un ataque.❞

❝Me estás tocando las pelotas.❞

❝Más quisieras.❞

—Definitivamente es tonto —dijo para sí mismo a la vez que rodaba los ojos.

❝...❞

❝Bueno, dejando el tema, ¿cómo está Midoriya?❞

—Ahora por qué me pregunta por el imbécil de Deku...

❝¿Por qué no se lo preguntas a él...? Tienes su número.❞

Algo de esa pregunta despertó sus celos, despertaron sus ganas de tomar a Izuku por el cuello de la camisa y pedir explicaciones, pero no tenía sentido alguno. Midoriya era un amigo para Shōto, por lo que concluyó que era normal que preguntase.

❝Porque tú eres más cercano a él, ¿no?❞

❝Si tú lo dices...❞

❝Eres un borde. Buenas noches.❞

❝Pues buenas noches.❞

El orgullo le impidió retener al heterocromo, pero todo tiene su consecuencia y la consecuencia fue el no dormir bien.
Miraba el techo, con la tenue claridad de la luna que se colaba a través de su ventana, pensando en si la había fastidiado de nuevo, en si debía hablarle distinto, en qué hacer. Ni idea tenía de sentimientos, ni idea tenía de cómo reaccionar ante ellos. Su carácter siempre había sido fuerte, explosivo y ahora se sentía acorralado por un afecto que no era capaz de controlar ni de llevar en condiciones.

—Definitivamente esto es una mierda... —susurró cubriendo su rostro con la almohada.

Dormía a ratos. Otros se despertaba y se ofuscaba al ver la hora que era y lo poco que quedaba para que la alarma sonase. Sin más y lo único que podía hacer, era esperar la llegada de la tarde siguiente, volver a hablar con él y tratar de tranquilizarse. Tanto con él mismo como con Todoroki.

Te echo de menos, idiota (hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora