Capítulo 6

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El entrenamiento no fue actividad suficiente para sacarse al heterocromo de la cabeza, ya que pareciese que lo único que funcionaba contra ello era dormir, por lo que llevó los ejercicios hasta quedar agotado para, una vez en casa, tirarse a la cama y dormir. Ignorando así la cena y cualquier otra actividad que, desde su punto de vista, no servían para nada en ese momento ni lograban mantener su mente en ninguna de sus actividades cotidianas.

Resopló al cruzar la puerta de su casa, dando un golpe en la misma. De nuevo estaba cerca de su móvil, con ese vehemente deseo de tomarlo entre sus manos y ver que él le había escrito. Volvió a resoplar, ignorando cualquier queja por parte de su familia por el anterior golpe en la entrada, adelantando sus pasos en dirección a la ducha como si nadie hubiese en el lar.

—Mañana le podría pedir a Aizawa que, en vez de borrar putos quirks, me borre al imbécil de Todoroki de la cabeza. Maldita sea, ¿qué puta basura es esto? —farfulló.

Pensar tanto en solo una cosa o en solo una persona, realmente le enervaba, le bullía la sangre. Obviamente sabía las razones de esos pensamientos, pero no los aceptaba. Se negaba a aprobar esos sentimientos hacia Shōto.
A ratos se preguntaba qué estaría haciendo, si realmente estaría bien, si tenía ganas de volver a ver a sus compañeros de clase, si el motivo que les dio el profesor era la razón real de su partida, si por un casual el medio albino sentía algo por él. Tenía muchas preguntas y pocas respuestas. Tanto de sí mismo como por Todoroki. No podía hablar de ello con nadie, con nadie tenía la suficiente confianza para hablar de esto y desahogarse y, por unos segundos, le pasó ''el otro idiota'' por la cabeza. Deku.

—Una mierda hablo con el estúpido nerd —sentenció a la vez que frotaba sus cabellos con la toalla.


Salió del baño, negándose a sí mismo cenar debido a su cansancio tanto físico como mental y se fue a su dormitorio. Lo único que deseaba era tumbarse, cerrar los ojos y en menos de dos minutos dormirse, pero el teléfono estaba ahí, sobre la cama y sentía que en cierto modo le decía: ''Mírame y echa un vistazo a ver si te habló.''

—¡NO ME DEJAS VIVIR! —gritó centrando sus orbes escarlata en ese artilugio.

Con la diestra lo agarró y desbloqueó un momento y, lo que vio, no le gustó nada. No le había escrito y, siendo las horas que eran, lo encontró un tanto extraño.

—Las diez y este ni me ha hablado... Pues que le jodan, yo no pienso hacerlo —masculló.

Lanzó el móvil sobre la cama de nuevo, pasaba de todo y todos ahora mismo. Solo quería descansar y eso es lo que hizo. Se quedó dormido en menos de cinco minutos hasta que el sonido de la alarma llamó un nuevo día para Katsuki.
Se quejó entre dientes, pero agradecía haber podido dormir. Al menos por esa noche.
Volvió a mirar el teléfono y no tenía nada nuevo por ver y, sea por lo que sea, le molestó. A ratos creía que tanto él como su mente necesitaban unas vacaciones.
La mañana hubiera sido como todas las anteriores, pero algo cambiaría al llegar a la puerta de la academia, algo que le gustó menos que no recibir ningún mensaje de Todoroki.
Todos los alumnos se encontraban fuera de la Yūei, siguiendo instrucciones de Aizawa junto All Might, los cuales trataron de lidiar contra ciertos villanos que estaban atacando a la academia.

—Tiene que ser una broma... —musitó.

El blondo se situó al lado de Kirishima y Uraraka, que intentaban calmar sus nervios y preocupación. No era la primera vez que estaban siendo atacados, pero todo había estado tan calmado las últimas semanas que la situación les pilló por sorpresa.

—¡Bakugō! —gritó el de cabello bermejo—. Necesitamos acabar con esto todos juntos.

El llamado miró de reojo a Kirishima, esbozando paulatinamente una sonrisa con aires de suficiencia.

—No he madrugado para que cuatro imbéciles me toquen las narices —bufó.

Deku se encontraba cerca de él, llamándole mentalmente para que no hiciese nada imprudente antes de las órdenes de sus profesores, las cuales no tardaron en llegar.
Todos estaban impacientes por atacar, por sacar a relucir sus habilidades, pero algunos con más miedo que otros.
En las afueras de la academia había villanos, héroes, curiosos y periodistas por doquier como si del centro de la ciudad se tratase.
Dicho enfrentamiento entre villanos y héroes, acabó mejor de lo esperado. Algún rasguño, alguna herida que otra, pero con la entrega de los villanos a la policía.
Katsuki y el resto de compañeros se sentaron en el suelo, ligeramente cansados, viendo cómo eran grabados y fotografiados por aficionados y periodistas.
Obtuvieron el resto del día libre tras algunas curas por parte de Recovery Girl, por lo que pudieron regresar a sus casas y descansar en condiciones.
Bakugō no tenía ganas de hablar con el resto de alumnos. Había estado más de la mitad del combate pensando en cómo sería haber luchado junto a Todoroki en ese momento, pero no estaba y eso le ofuscaba de tal manera que evitó integrarse en el grupo. Luchando solo, imprudente, llevándose más de un golpe.
Chasqueó la lengua, se levantó y se dispuso a volver a su casa. No sin antes ser frenado por Midoriya y Uraraka.


—Kacchan... estás... ¿bien? —cuestionó nervioso el pecoso.
—Déjame. Me largo.
—P-pero... —musitó la castaña.
—Os podéis meter en vuestros asuntos y dejarme a mí, plastas.

Y aceleró el paso, alejándose de ellos.
—Lo que me faltaba... Todo el puto día libre... —dijo para sí mismo.

Al llegar a casa tuvo la suerte de encontrarse solo, sin que nadie le molestase. Seguramente le atosigarían con el tema de la academia.
Fue tranquilamente a su habitación y se lanzó desganado sobre la cama, notando cómo el teléfono le vibró. Tal vez sería Kirishima, tal vez Deku o alguien de clase preguntando por qué se había ido así.
No tardó en tenerlo entre sus manos, leer y sentir como de nuevo, una punzada en el estómago se apoderó de su cuerpo.

❝Eh, Bakugō. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?❞

—Menos mal que eres tú... pedazo de idiota —susurró.

❝Claro que estoy bien, ¿quién te crees que soy?❞

❝Bueno, bueno. Usted perdone...❞

❝¿Cómo te has enterado?❞

❝Las noticias...❞

❝Pues si ya lo has visto, ¿por qué narices preguntas?❞

❝Quería saber si estabas bien.❞

❝Estoy perfectamente.❞

❝No sé por qué, pero cuando te vi en las noticias no me pareció eso, sinceramente.❞

❝Mira, mitad-mitad. Deja de tocarme los cojones. Me voy a duchar.❞

❝¿Perdona por preocuparme por ti?❞

—Preocuparse por mí... —soltó entre suspiros.

Al leer eso no pudo contener un leve sonrojo ni sonreír cual adolescente enamorada y, aunque odiase ponerse así, eso era inevitable. Inevitable leer esas pequeñas cosas una y otra vez, recordarlas, pensar en si lo diría de verdad, lo diría para vacilar o porque solo quería ser amable.

❝Pues preocúpate... no sé... por el inútil de Deku.❞

❝También le pregunté.❞

❝Vaya, pues qué bien, oye. Me importa lo mismo que una mierda.❞

❝¿Siempre tienes que ser así?❞

Apretó el móvil con fuerza, no sabía por qué se estaba enfadando cada vez más y más, así que pensando mejor en el tema y en sus evidentes celos por ver que esos dos se llevan tan bien, dejó el teléfono. Ya contestaría luego.

—¿Simpri tinis qui sir isí? Mimimi, que te jodan —masculló.

Tenía gran parte del día libre, por lo que se predispuso a aprovecharlo al máximo. Sin olvidarse, por supuesto de qué responder a Todoroki cuando llegase el momento de hacerlo.

Te echo de menos, idiota (hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora