Te echo de menos, idiota (hiatus)

Capítulo 26

La mañana llegó sin piedad. Ese día tenían un examen importante que hablaría sobre su progreso como futuros héroes profesionales. No le gustaba la idea a casi ningún alumno, pero es un hecho que cualquier estudiante se tenga que examinar. Lo que menos gustaba era que acabarían tomando clases extra si no eran capaces de superar la prueba y/o si era demasiado flojo a criterio de los profesores. El campamento, salidas, todo se vería afectado si no mostraban un avance en sus singularidades. No por nada era una escuela prestigiosa.

La mañana transcurrió sin grandes diferencias con las anteriores, la más destacable eran las caras de cansancio de los alumnos, en unos más que en otros.
Aizawa los días anteriores al examen, había puesto hincapié en qué pasaría con los resultados, dando así lugar a una práctica extra para pulir sus habilidades en caso de mostrarse aún dentro de un huevo que no acababa de eclosionar. Y tenían miedo de pasarse parte de los días con clases extra. El examen era en su 80% práctico, pero en un 20% se debía aplicar la teoría aprendida, por lo que no sería fácil del todo.
Llegó la hora de examinarse. Uno por uno quisieron sacar sus habilidades a relucir, pero no para todos fue un camino de rosas fácilmente transitable que da calma y sosiego. Fueron examinándose de dicha convocatoria y, por los gestos del profesor Aizawa, se notaba que no estaba yendo según sus expectativas.
Llegó el turno de Midoriya, ligeramente cansado, pero dando lo mejor de sí en la práctica. Era de los alumnos que más progreso mostraban con el transcurso de los días, siendo así, junto a Bakugō, de los alumnos que más alto estaba en cuanto a clasificaciones a pesar de que el último llevaba unas semanas regular académicamente y anímicamente hablando. Teoría: bien, práctica no tan bien. Seguía teniendo palpables sus debilidades, pero con buen progreso. Lento, pero un progreso al fin y al cabo.
Llegó el turno de Katsuki Bakugō. Uno de los que más ganas tenía de ver el profesor en el examen, pero no acabó de gustarle la ejecución del mismo. Llevaba tiempo notando a su alumno abstraído en sus pensamientos, su práctica había disminuido en cuanto a nivel y, sinceramente no lo veía positivo. En caso de recibir nuevamente un ataque en la academia de héroes, no le veía capaz de salir ileso como la anterior, más el hecho de exámenes y prácticas importantes que estaban por llegar.

«Tus ataques se han vuelto más débiles, más apagados y tus movimientos más lentos y distraídos... ¿Qué te está pasando, Bakugō?» pensó el profesor durante el examen del susodicho, observando cada uno de sus movimientos.

Notó que le faltaba un estímulo para atacar. En otras circunstancias o quizá un tiempo atrás, en ese examen Bakugō sería de los que más brillase. Hoy ese brillo era tenue. Quería convencerse que era fruto de haber estado entrenando y el cansancio hizo hendidura en él. Le pareció extraño siendo Bakugō y tras ver la actitud del mismo durante los últimos meses, pero no lo descartó.
Una vez finalizados todas las pruebas en el espacio creado por el profesor Cementoss, Aizawa dio su veredicto. Parecía que fuese generalizado el resultado, el cual no le gustó en absoluto.

—Una vez finalizada la prueba, no cabe duda que necesitáis perfeccionar vuestras habilidades. No sé qué os está pasando, si os estáis relajando o qué, pero el resultado no es positivo —centró sus irises en los de Bakugō—. Vamos a tomar clases extras generalizadas. La teoría ha sido bastante mejor. Midoriya, Iida, Yaoyorozu. Habéis sido los que mejor habéis aplicado la teoría, pero os falta chispa en la práctica.

Toda la clase se miró con decepción y cansancio.

—Si vais a ser héroes profesionales, necesitáis dar más de vosotros mismos, por lo que decido, junto a All Might y Ectoplasm...

Los alumnos tragaron en seco, esperando impacientes una respuesta por parte de su tutor.

—Tomar clases extra. En otra situación hubiese expulsado a todos sin remordimientos. Podéis marchar.