Capítulo 3

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Mantuvo el pulgar a escasos milímetros de la notificación del mensaje. ¿Y si eran malas noticias?

-A la mierda -soltó para sí mismo.

Pulsó sin pensarlo más y procedió con la lectura:

❝Hey, Bakugō. Hace tiempo que no hablamos, así que me preguntaba qué tal te va todo y esas cosas, aunque supongo que no esperabas que te escribiese después de tanto tiempo, pero bueno... Tal vez ni obtenga respuesta de esto.❞

-No te soporto -soltó leyendo una y otra vez el mensaje del medio pelirrojo.

Debería dar una respuesta o esperar a mañana. Su última conexión fue cuando envió la nota. Es decir, hace unas horas. Probablemente la contestación sea en vano, ya que quizá Todoroki no iba a leerla hasta el día siguiente, pero si no respondía, seguramente sería incapaz de conciliar el sueño esa noche.

-A la mierda -dijo para sí mismo.

Comenzó a escribir. Tampoco es que fuese a redactar demasiado. Una frase bastaría para que no le notase extraño como el resto de sus compañeros. No tenían demasiado trato, por lo que una línea sería más que suficiente.
Cabe destacar que recibir un mensaje por parte del bicolor, fue una efímera chispa de alegría para él, sumándole las múltiples veces que lo había leído esbozando una inocente e inconsciente sonrisa en el rostro.

❝Estoy perfectamente, imbécil.❞

Fue lo único capaz de escribir y, al enviar la escueta frase, lanzó el móvil a un lado de la cama, tumbado en la misma, llevando ambas manos a la nuca y enfadado. Enfadado por la demora de un mísero mensaje por parte del "mitades".

«De todas maneras, no va a responder ahora.» pensó sin apartar la vista del teléfono que se encontraba sobre su sábana.

Poco duró la tranquilidad del momento, pues la vibración del aparato tardó poco más de 5 minutos en llegar, haciendo que Katsuki se reincorporase y agarrar el móvil entre sus manos con rapidez, pero se detuvo antes de desbloquear. Se acomodó, apoyando la espalda en el cabecero de la cama. Contó hasta diez, desbloqueó el artilugio y deslizó la parte superior de la pantalla para ver la notificación. Sí, era del chico "Mitad-Mitad".

-Me cago en ti y en todo lo que me pueda cagar ahora mismo, Todoroki -murmuró, quejándose.

Quería responder, leer tranquilo, pero algo le decía que debía darse unos cinco minutos o diez para abrir ese maldito mensaje y responder. No quería contestar con tanta velocidad, ya que el otro igual pensaría cosas del tipo"Oh, no aguanta sin hablarme." O tonterías de esas.
Trató de distraerse con algún juego y/o aplicación que tenía, pero los minutos pasaban increíblemente lentos.

«¿Hasta el tiempo trata de joderme ahora? ¿Tanto te cuesta avanzar?» pensó a la vez que golpeaba colérico con el pulgar la hora que marcaba la pantalla.

4 minutos fue capaz de aguantar antes de abrir con los nervios a flor de piel, las manos sudorosas y un leve dolor en el estómago (según él era dolor. Cosquilleo para los amigos).

«Es un puto mensaje, joder...» realmente sus reacciones le ponían más nervioso de lo que ya se hallaba.

Sacudió su cabeza y centró su atención en la lectura del breve texto que le había enviado el medio albino.

❝Me alegra que estés bien, Bakugō. Yo también lo estoy, pero espero poder volver pronto a la academia.❞

De nuevo, leyó el mensaje unas cuantas veces antes de responder, aprovechando que el adverso no se encontraba en línea en ese momento.

❝Nadie te ha preguntado.❞

Se mantuvo en línea. Dibujando, nuevamente, una inocente e inconsciente sonrisa en su semblante.

Se dejó caer hasta reposar la cabeza en la almohada, habiendo leído la friolera de 20 veces el mismo mensaje sin darse cuenta que el adverso volvía a estar en línea, hecho que le causó una suave sacudida en el abdomen.

❝Era para romper el hielo.❞

-Este es tonto -farfulló y volvió a escribir.

❝Deja de bromear, inútil.❞

Desde ese momento, la conversación entre ambos fue seguida, sin pausas. Con la excepción de Katsuki, que de vez en cuando se ponía nervioso y tenía que repasar lo que estaba escribiendo.

❝No me refería a mi quirk...❞

«Menuda estupidez acaba de soltar.» pensó, pero esa estupidez bien que le hizo sonreír.

❝¿No me digas? No soy tan idiota como para no entender eso.❞

❝Nadie te ha dicho que lo seas.❞

❝Así me gusta.❞

❝Bueno, dejemos el tema. ¿Qué tal te va todo?❞

❝De puta madre, como siempre.❞

Anhelaba preguntarle cómo estaba él y/o si iba a tardar mucho en volver, pero se contuvo esas ganas. No sería muy suyo empezar un interrogatorio de ese estilo.

❝Me alegra que esté todo en orden.❞

❝Ajá.❞

❝En fin... Me retiro por hoy. Debería descansar y creo que tú también. Buenas noches, Bakugō.❞

❝Muérete.❞

Y ambos se desconectaron a la vez, dando por finalizada la plática. Demasiado rápido desde el punto de vista del joven de cabello blondo. Quién sabe si mañana volvería a escribirle.
Deseaba conversar más, pero su orgullo estaba por encima de ese deseo. Como mínimo había conseguido hablar unos minutos con él y eso le bastaba para poder dormir tranquilo, al menos por esta noche.

La mañana siguiente, lo primero que hizo Katsuki fue mirar el teléfono, pero nada. No iba a reaccionar mal, simplemente iba a dejar las horas pasar.
Una vez en la academia, decidió guardar el móvil por el resto de la jornada. Se prometió a sí mismo no prestar atención a ese aparato hasta llegar a casa, a pesar de querer sacarlo cada dos por tres y curiosear si le había escrito.

La mañana pasó con alguna diferencia en relación a las demás, en la cual Midoriya clavaba alguna que otra mirada al de irises escarlata a ver si había una mejora en su conducta y aspecto, ya que la noche anterior había hecho de ''stalker'' viendo a ambos en línea a ratos y echando un vistazo a la última conexión de uno y del otro antes de ir a dormir, pero valió la pena, porque era la misma y eso solo podía significar una cosa: que sí que habían hablado. Hecho que se notaba en el ambiente. Bakugō había gritado en más de una ocasión, deseado la muerte a más de uno, llevándose alguna riña de Aizawa y de Iida durante la mañana por su comportamiento. Vamos, como eran las mañanas antes de la marcha de Todoroki.
Izuku pretendía acercarse a su compañero de clase y decirle que se alegraba en cierto modo de ese cambio de humor, pero esperaría unos días a ver si se disipaba poco a poco la tristeza que emanaba Katsuki y acercarse a hablarle en el momento indicado, ya que se predispuso a analizar la situación los días posteriores.

Finalmente, tras las clases y el entrenamiento, volvió a casa para seguir con las rutinas de entre semana: ducharse, cenar, repasar e irse a dormir.
Cerró la puerta de su habitación, dispuesto a seguir sus rutinas, pero algo cambiaría. Echar un vistazo al teléfono antes de irse a la ducha. Suspiró y desbloqueó el móvil, teniendo de nuevo una notificación por parte del heterocromo que llegó un par de horas atrás.

-Al final le voy a dar tantas hostias al móvil que las va a sentir hasta Todoroki -musitó. Cabreado de nuevo.

El cabreo no tenía motivo más que sus propias reacciones al ver un simple mensaje que no decía nada del otro mundo como para que de esos detestables nervios, le temblasen hasta las piernas.
El mensaje en cuestión era el siguiente:

❝Hey, Bakugō. Buenas.❞

-¿Por esta birria me tengo que poner así? Enserio, cualquier día exploto el móvil de mierda -murmuró.

❝¿Qué cojones quieres?❞ respondió sin pensar para irse a dar un baño. Si Todoroki contestaba, ya lo vería después. Necesitaba relajarse y olvidar por un momento que nuevamente, el "maldito emo" le había hablado.

Te echo de menos, idiota (hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora