❝ COMIENZO ❞

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•───────CAPÍTULO 1───────•

COMIENZO. 

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¡Malditos seres inferiores! ¿Cuándo se darán cuenta los dioses de su error? ¿Por qué soy el único que se ha dado cuenta de esto?

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¡Malditos seres inferiores! ¿Cuándo se darán cuenta los dioses de su error? ¿Por qué soy el único que se ha dado cuenta de esto?

Zamasu vagaba perdido en sus pensamientos, se sentía atrapado, ser un aprendiz solo le permitía seguir órdenes; en cambio, si fuera un Supremo Kaio-sama, todo sería más fácil para él.

La vida que llevó como aprendiz fue muy difícil de manejar, escuchando todos los días las oposiciones de su maestro y su parloteo incesante era algo que lo odiaba en todos los sentidos. Zamasu tendría que aguantar eso todos los días y la paciencia se le estaba agotando.

....

En ese futuro distópico, aunque la masacre de Black había devastado toda la ciudad, aún quedaban sobrevivientes que se refugiaban en las entradas subterráneas de la ciudad, con la esperanza de que esta entidad hostil y despiadada con extrañas habilidades de las que eran inconscientes e incapaces de comprender, no los encontrara.

—¿Qué te hemos hecho para que destruyas todo? —preguntó el único chico capaz de pararse frente a ese destructor, y enfrentarlo.

Black observó cómo el chico desenvainaba una espada de hoja afilada que brilló en el aire con un sonido chirriante. Trunks era el único que podía enfrentarlo, pues sus habilidades eran similares a las del que los estaba atacando.

Trunks era un sayajin, un guerrero mestizo hijo de un extraterrestre y una científica humana.

—Oh, vaya —habló Black después de un rato—, ¿todavía tienes el descaro de preguntar? Simple mortal.

Ese tono arrogante y altanero que caracterizaba a Black hizo hervir de odio a Trunks, quien lucía impotente y sin esperanzas de acabar con él.

Se quedaron mirándose a los ojos desde su altura, estaban arriba, tan alto que nadie podía oírlos. Los ojos de Black brillaron bajo su semblante sombrío, miró a través de Trunks como si quisiera penetrar en su alma y leer sus pensamientos.

Black cosió una sonrisa y se acercó volando a gran velocidad hacia el sayajin, Trunks trató de cubrir y desviar todos los ataques que recibía; a simple vista era fácil de ver como no era capaz de repeler todos los golpes, su fuerza y sus habilidades no se comparaban.

Trunks se deslizó hacia atrás por el aire, quedando a centímetros de Black, quien se detuvo para mirarlo.

—Eres solo un obstáculo para mis ideales —dijo Black enojado, alzando la voz tan fuerte que resonó en los confines de la ciudad destruida.

—¿De qué ideales estás hablando? No eres más que un falso heraldo de la justicia. —Trunks gritó y sintió como su propia voz raspaba su garganta.

Los ojos de Black se agrandaron y su expresión se agudizó cuando vio una increíble ola de ráfagas de energía que venían hacia él desde las manos de Trunks. Reflexivamente, se cubrió con los brazos, levantándolos a la altura de la cara, pero su fuerza lo venció y lo arrastró hasta que descendió al suelo y se arrastró por las desoladas calles de la Capital del Oeste.

Trunks lo observó desde allí y antes de volver a hacer ningún movimiento lanzó un grito que rebotó en miles de ecos, una especie de aura envolvió su figura, y su cabello se balanceó hacia arriba hasta quedar completamente rubio, el poder que emanaba de su cuerpo aumentó de manera considerable con los segundos, su energía rebosante de su propio ser, sus ojos destellando de odio.

—¡Esa transformación! —gritó Black para sí mismo sin apartar la vista de esa magnífica imagen.

Sí, eso le trajo recuerdos que no eran vagos en absoluto, sino que estaban tan claros en su mente como si hubieran sucedido hace poco tiempo. Black sintió una lluvia de imágenes en su memoria que llovían y nublaban su juicio, su corazón latía tan fuerte que sentía que se saldría de su caja torácica.

La vez que Son Goku había visitado el planeta del Supremo Kaio-Sama del universo diez, esa vez que su cabello se volvió dorado, esa vez que Black fue humillado por primera vez.

Cada vez que Black recordaba esa pelea, cada vez que la imaginaba, su poder se intensificaba, su odio aumentaba. ¿Cómo un simple mortal pudo obtener la victoria en el primer encuentro que tuvo con el aprendiz de un dios? Black ardió con esa sensación de desconcierto en su interior. En ese entonces era débil, era incompetente, era frágil.

"Malditos mortales".

❝ SEAMOS DIOSES: Black x Zamasu ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora