❝ DIGNO DE LOS DIOSES ❞

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•───────CAPÍTULO 13───────•

DIGNO DE LOS DIOSES.

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Luego de la dura pelea contra Black, Goku y sus amigos regresaron al presente

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Luego de la dura pelea contra Black, Goku y sus amigos regresaron al presente. Yashirobe fue quien los sacó de la batalla, ya que estaban perdiendo. Black transformado había resultado ser casi invencible para ellos.

Los personajes regresaron al presente en la máquina del tiempo fuera de los ojos del enemigo, lo que les permitió viajar de forma rápida y segura.

Después de haber regresado y atendido las heridas de Vegeta y Goku, se encontraron en el balcón de la Corporación Cápsula, donde también estaban Beerus y Whis.

—Señor Bills, ¿visitaremos el décimo universo de nuevo? —preguntó Goku levantando una ceja.

El dios asintió y colocó su mano derecha en la espalda de su ángel. Hizo un ademán indicándole a Son Goku que hiciera lo mismo; pero con la espalda. Sin embargo, antes de que pudieran irse, Bulma decidió hablar.

—¿Están planeando matar a Zamasu? —preguntó Bulma.

Beerus asintió una vez más.

—Voy a matar al aprendiz del supremo kaiosama de este mundo, para salvar la vida del Trunks del futuro, y también la de los mortales. Aunque también lo hago por el tiempo y las reglas de Zen-oo-Sama — aclaró Beerus—. Sin embargo, te diré algo, perdonaremos a Trunks solo por esta vez.

La fría mirada del dios de la destrucción hizo que Bulma se estremeciera por completo.

....

Black preparó un poco de té y tomó asiento para esperar que Zamasu decidiera acompañarlo. Mientras tanto, estaba reflexionando sobre el hecho de que sus deseos por estar en el cuerpo de un mortal lo superaban. A pesar de eso, no le desagradaba del todo la idea ni lo que había hecho.

Desde que Black había cambiado de cuerpo con el mortal, se sentía muy extraño. Sintiendo constantemente esa impía necesidad de contacto, no pudo evitar sentirse sucumbido al profundo deseo de satisfacerse con su propia imagen del pasado.

Unos pasos sacaron a Black de sus pensamientos, dejó escapar un suspiro, Zamasu tomó asiento frente a él.

—Zamasu —sonrió.

Black lo miró, sus ojos brillaron, Zamasu le dio un pequeño cierre en su ojo derecho que logró capturar a Black, le había guiñado un ojo.

—Cada día estamos más cerca de nuestro objetivo, pero los humanos continúan pecando contra los dioses al usar el viaje en el tiempo en nuestra presencia. —Murmuró Zamasu enojado.

—La próxima vez no escaparán —susurró Black arrastrando las palabras, haciendo que el kaio se estremeciera ante el tono grueso y extrañamente atractivo de su voz—. Ahora te serviré un poco de té para que te olvides de esos mortales por un momento.

Black quería dejar el tema atrás y tener un momento para ambos.

—Esto es solo un permitido —dijo Zamasu con seriedad.

El sayajin lo miró incomprensible, no sabía lo que decía Zamasu.

—Este es otro de sus pecados, imitar la infusión de los dioses.

Black sonrió y le llevó el té a su compañero, se lo entregó. En el instante en que el sayajin decidió irse, Zamasu lo detuvo; ya había puesto la taza sobre la mesa.

El moreno volteó y miró a los ojos grises del kaio, quien se humedeció los labios.

—Black, yo... quería... volver a experimentar aquello para lo que no estaba preparado. Quiero decir, quiero sentir esa sensación de...

—¿Placer? —preguntó, interrumpiendo—. Los mortales lo hacen, y por los deseos insaciables de este nuevo cuerpo que pertenecía a un ser de raza reproductiva y guerrera, he descubierto una forma de otorgar, brindar y sentir placer.

Zamasu y Black están muy unidos, a pesar de que eran dioses, no pudieron resistir la tentación de besarse y disfrutar de la sensación de placer.

Zamasu se puso de pie, cara a cara con Black, quien fijó una sonrisa y lo besó con fuerza, Zamasu lo siguió, agarrándolo por la cara y sintiendo los brazos del sayajin alrededor de su cintura. Se besaron moviendo sus rostros de un lado a otro, sus labios humedecidos con la saliva del otro, Black jadeó lentamente y apoyó una mano sobre la mesa.

Zamasu besaba demasiado bien, se sentía como una nueva experiencia, sus labios eran ágiles y expertos, Black trataba de seguirle el ritmo pero se sentía como si estuviera sin aliento. El kaioshin hizo que Black moviera un poco la cabeza hacia atrás por el frenesí de su beso, estaba calentando su cuerpo con el roce de sus labios.

Zamasu bajó su mano derecha para agarrar el cuello del do-gi de Black, lo estaba besando con demasiada fuerza y deseo. Black lo sujetó brutalmente, hasta que se separaron.

—Este acto mortal es digno de los dioses —murmuró Black sin apartar la vista de los labios de Zamasu.

—Es magnífico.

Zamasu volvió a colocar sus manos a ambos lados del rostro de Black, inclinando su cabeza hacia atrás para poder besarlo una vez más. Black respondió con una pasión ardiente que reavivó su lujuria aún más feroz que antes.

El sayajin sintió la entrepierna del kaioshin un poco apretada, y sintió que había crecido desde que comenzaron a besarse.

Black empujó al kaioshin con su cuerpo para darle la vuelta y lo puso de espaldas contra la mesa, Zamasu lo miró un poco sorprendido.

—¿A donde quieres llegar? —preguntó Zamasu en un murmullo, mordiéndose el labio mientras levantaba la barbilla.

❝ SEAMOS DIOSES: Black x Zamasu ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora