Capítulo 3: Conóceme.

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POV María José:

Después de acompañar a Daniela a su habitación, me quedé en el marco de la puerta mientras que ella me miraba fijamente sin hablar. Mi corazón estaba eufórico, esos ojos color avellana eran capaces de entrar en tu mente y hacerte revolotear. Trataba de analizar cada cambio que había en su rostro, sus cejas, sus labios, la pequeña linea en su entrecejo y su cuerpo en general. Nos quedamos así, en silencio aproximadamente unos dos o tres minutos, comenzaba a asustarme, parecía fuera de sí. Chasqueé mis dedos frente a ella y levanté una ceja. Le pregunté si todo iba bien y su estado natural volvió en instantes, ladeo un poco la cabeza y asintió con esta misma. Había sido muy extraño todo eso. ¿Que estaría pasando por su mente? Me encogí de hombros y me despedí.

Después de recibir el cheque a manos del señor Germán, salí sin saber porqué casi huyendo de aquella casa, me despedí del vigilante y subí a mi auto dejando mis cosas en el asiento del acompañante. Esto no se sentía bien, no se sentía normal, no era como las típicas reuniones en las que iba, trabajaba y me iba a casa para compartir una copa de vino con mi soledad, ésta vez tenía el anhelo de quedarme, de disfrutar y vivir un poco lo que me había propuesto aquella castaña de ojos preciosos, pero no, no iba a ser así. Si algo había heredado de mis padres era lo testaruda. Podía llamarme mucho la atención, pero no iba a ceder tan fácil, así no son las cosas con María José Garzón, así que simplemente encendí el motor del auto y lo arranqué de vuelta a casa.


22 de diciembre.


Había pasado todo el día acomodando las fotos de aquella noche, las veía una y otra vez, no podía creer lo hermosa que era esa chica, en una salía mejor que la otra, era increíble. Hace dos días que había impreso el material y hace dos días que no dejaba de ver las primeras planas que había capturado de ella, de Daniela. Me sentía idiota por no haberme quedado en la fiesta pero me sentía mas idiota todavía al saber que ni siquiera tenía su numero telefónico. Suspiré y guardé las fotos en su respectivo sobre que enviaría el día de hoy a la residencia Calle. Me levanté del escritorio y fui directo a mi habitación, Daniela, Daniela, Daniela, tengo que hacer algo para sacarte de mi mente, esto no es normal.

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POV Daniela:

¿Papi? — Pregunté entrando a su oficina después de tocar la puerta.

Levantó la mirada hacía mi y soltó el lapicero con el que firmaba algunos documentos, me acerqué hacía donde estaba el y con tono descuidado pregunté sobre las fotos de mi cumpleaños. No era que moría por tenerlas en la mano, miles de ellas ya estaban por las redes sociales con un cientos de comentarios de mis amigos, simplemente quería saber sobre ella, de aquella fotógrafa protagonista de la fantasía más extraña y excitante de mi vida.

Dime princesa.

¿De casualidad no tendrás el número de la chica que tomó las fotos el día de mi cumpleaños? ¿Cómo es que se llamaba...? — Daniela por dios, sabes perfectamente su nombre. María José. Y estás loca por volverla a ver. — Es que necesito hacerle unas preguntas sobre su trabajo.

Ah sí, Garzón. Si mal no recuerdo tengo por aquí su tarjeta. — Dijo buscando en el gabinete de su escritorio. Después de unos segundos sacó aquel papel y me lo entregó.

No era la gran cosa, la verdad solo decía su nombre y apellido acompañado de las palabras "fotógrafa profesional" con su número y correo electrónico. Mi corazón dio saltos acrobáticos dentro de mi pecho, pero simplemente le sonreí a mi papá y agradecí antes de salir de la oficina.

TENÍAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora