Capítulo 21: ¿Otra vez tú?

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POV Daniela:

La mañana siguiente me levanté gracias a la luz que entraba por la ventana, miré a mi lado y Poché seguía abrazada a mi cuerpo, sonreí levemente y me zafé de sus brazos cuidadosamente para no despertarla, caminé de puntillas hacía el baño y al cerrar la puerta solté un bostezo, miré mi cuerpo desnudo en el reflejo del espejo y ladee una pequeña sonrisa antes de entrar a la ducha. Al salir me envolví en mi toalla y antes de volver al cuarto cepillé mis dientes y peiné un poco mi cabello. Minutos más tarde estuve lista, el día de hoy había optado por un vestido blanco, muy parecido al de ayer con unos zapatos de tacón rojos, combiné mi maquillaje y al terminar, volteé hacía la cama, ella aún seguía dormida. Debía estar agotada, solté una risita ante mi pensamiento y tomé mis cosas para salir de la habitación con sumo cuidado. Al llegar a la sala de estar, busqué papel y un lápiz para comenzar a escribir una nota. Odiaba no poder escuchar su voz al despertar y odiaba el hecho de tener que esperar ocho horas y media para volver a verla. 

"Amor, estabas dormida y no quise despertarte, eres preciosa cuando duermes... Y siempre, en realidad. Me haces la mujer más feliz del mundo. Anoche fue maravilloso. Nos vemos más tarde. Te extrañaré. Te ama muchísimo, Calle."  

Acerqué mis labios a aquel pedazo de papel y dejé una marca con mi labial, al terminar tomé mi cartera y me dirigí a la puerta. Encendí el auto y emprendí camino hacia la oficina no sin antes detenerme en una cafetería y pedir un latte grande y un bagel, al tener ambas cosas volví a subir al auto y desayuné segundos antes de aparcar en aquel estacionamiento. Tomé mis cosas bajando del auto y comencé a caminar hacía la oficina, había llegado un poco más temprano que ayer. Al entrar en aquel ascensor pulsé el último piso y antes de cerrarse las puertas escuché cómo alguien corría y entraba obstaculizando el cierre, solté una risa al notar que se trataba de Michelle y negué con la cabeza.

Uy, casi no llego. — Dijo mientras acomodaba un poco su cabello. Asentí con la cabeza y ambas quedamos solas en aquel lugar. — Heyy, buenos días, chica nueva. 

Buenos días, Michelle. — Respondí riendo un poco por su expresión. Lucía igual que ayer, me preguntaba si en algún momento también me darían un "uniforme", que era básicamente un conjunto negro. El día de hoy traía el cabello suelto y no usaba sus gafas. 

¿Cómo te fue ayer? ¿Entendiste todo? — Fijó su mirada en mí, aquello me intimidaba, sus ojos tenían un color hermoso. 

Sí, la verdad me pareció fácil... — Respondí mientras apartaba el contacto visual y lo fijaba en el indicador de pisos. — Alba es una excelente persona, me tiene sorprendida todo lo que logró siendo tan jóven. 

Ja, ja, ja. Sí, y está buenísima la desgraciada. — Aquello me hizo levantar una ceja. No opiné al respecto y simplemente esbocé una sonrisa. — ¿O me dirás que no?  

Pues sí, es bastante linda. — Acepté mientras esperaba que se abrieran las puertas, me sentía un poco incómoda hablando de esa manera con alguien que apenas conocía.  

Negó con la cabeza y no volvió a emitir palabra hasta que las puertas se abrieron y salimos hacia nuestros lugares de trabajo. Al llegar a la oficina toqué la puerta y nadie contestó, recordé que el día de ayer Alba me había comentado que habían ocasiones en las que se retrasaba un poco y debía comenzar yo. Entré a la oficina y dejé mis cosas en uno de los sofá, encendí su computador y el teléfono fijo, me alejé para sentarme donde estaban mis cosas y comencé a repasar la agenda del día de hoy. No habían citas, simplemente habría que responder llamadas y hacer un par de renovaciones de pólizas, podría con ello. 

TENÍAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora