Capítulo 29: Declaración.

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POV Daniela: 

Aquella mañana el trabajo en oficina se hacía cada vez más tedioso, había terminado de confirmar un par de juntas para mi jefa antes de dar el medio día, no había mucho que hacer, comenzaba a creer que lo que quedaba de día sería solo cumplir horario. Alba se encontraba en la computadora y yo, recostada en el sofá terminando de organizar unos papeles cuando escuché mi celular dentro del bolso, levanté una ceja y observé a aquella mujer detrás del escritorio, me dedicó una sonrisa y asintió con la cabeza haciéndome saber que estaba bien si quería revisarlo. Acerqué mi mano y lo saqué, lo primero que leí fue el nombre de Poché, levanté una ceja y al abrir el mensaje vi que me había compartido una locación en tiempo real, ¿por qué? Presioné su nombre y esperé que contestara, nada. Volví a intentar, nada. Así hice un par de veces antes que mi corazón comenzara a latir frenéticamente dentro de mi pecho, maldije en voz baja y fui observando en la pantalla de mi celular como aquel círculo azul se movía rápidamente por el mapa, ¿a dónde estaba yendo? Después de intentar un par de veces más, llamé a mi padre, quién gracias a la seguridad, confirmó qué Poché había salido hace un rato de la casa, sin decir a dónde había ido. Joder. 

Alba... Discúlpame. Tengo que irme, hay una emergencia. — Dije mientras me levantaba rápidamente y tomaba mi bolso. Ella también se levantó, su rostro estaba preocupado. 

¿Puedo ayudar en algo, Daniela? No te ves nada bien... — Y se acercó a mí, no sabía lo que pasaba, pero sabía que algo no estaba bien. 

Mi novia me mandó su ubicación real y se detuvo en un lugar remoto... No contesta las llamadas ni los mensajes, ella nunca hace eso. — Y me di cuenta que por primera vez había mencionado a Poché. Alba no cambió el semblante, se mantuvo interesada, un poco preocupada.  — Han estado ocurriendo cosas raras y me avisaron que salió de casa sin decir a dónde, no lo sé, no quiero sonar como loca pero no me da buena espina. 

Debes llamar a la policía, es lo primero en éstos casos. — Me aconsejó, ya eso estaba listo, mi padre había dado anuncio después de mi llamada.  

Sí... Ya eso está resuelto... Pero debo irme, por favor discúlpame, si no fuera una emergencia...

No es para menos, ve tranquila por favor. Cualquier cosa, avisas. 

Le di un abrazo y salí de aquel lugar casi corriendo, ni siquiera me despedí de las demás personas, escuché a Michelle antes de entrar al ascensor, pero no le di importancia. Marqué de nuevo el celular de mi padre y le dije que estaba saliendo. No entendía como tenía tantos contactos en todos lados, pero lo agradecia. Al llegar a mi auto, lo encendí rápidamente e intenté volver a llamar a Poché, nada. Joder, esperaba que estuviese bien. Sabía que los oficiales a cargo de nuestra seguridad ya habían comenzado el operativo hacía la ubicación en la que se suponía estaba ella, mi corazón latía a mil a medida que conducía por aquellas avenidas, tenía un mal presentimiento, y quería que solo fuera eso. Al llegar al lugar, estacioné el auto y bajé solo con el celular en la mano, parecía el portón de un estacionamiento. Quise entrar, pero uno de los oficiales me tomó del brazo diciéndome que no era seguro. Maldije un par de veces, la angustia estaba matándome.

Minutos más tarde, recostada en mi auto escuché un par de voces, distinguí entre aquellas la de Poché y me acerqué a la puerta, mis manos temblaban. Divisé como salían de aquel lugar y mi corazón se rompió al verla en aquel estado, tenía un poco de sangre en el labio, nada muy grave, su pequeño cuerpo temblaba con cada paso que daba, sus mejillas rojas y de sus ojos brotaban lágrimas, ¿qué demonios había sucedido? Me acerqué corriendo a ella, y al verme, saltó sobre mi, abrazándome fuertemente, la rodee con mis brazos y automáticamente, comencé a llorar también. 

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