XVIII. ¿Me extrañaste?

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-Callie, ¡Levántate! Vas a llegar tarde al colegio!- Arrastrando los pies mi madre entró a la habitación, su voz aguda provocaba un zumbido y notaba como un tambor en mis oídos

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-Callie, ¡Levántate! Vas a llegar tarde al colegio!- Arrastrando los pies mi madre entró a la habitación, su voz aguda provocaba un zumbido y notaba como un tambor en mis oídos.

Gemí, pasando a mi lado.

-No- murmuré, clavando mi cabeza en mi almohada, con la esperanza de que se callara.

Yo no estaba de humor para hacer frente a los chicos de mi colegio, las preguntas de Julissa o los profesores aburridos. Solo quería dormir, ni siquiera tenía ganas en absoluto de mis encuentros con Danger.

-Callie- gritó ella, tirando de la manta por mi cuerpo, revelándome el aire frío que rodeaba mi habitación.

Eso no funcionó demasiado.

-Cinco minutos más, por favor.-Dije, tomando mi almohada y poniéndola en la parte superior de mi cabeza.

Tal vez ahora me deje en paz.

-Callie - Ella tiró la almohada, golpeándome con ella.

O no...

-¡Jesús, mamá!- Levanté mi cuerpo hacia arriba, molesta, y cansada como el infierno. -¡Estoy arriba!- Escupí, frotándome los ojos.

-¡No te atrevas a usar el nombre de Jesús en vano!- Ella gritó con un tono de voz alto.

Yo simplemente rodé los ojos. Todo depende de mí para predicar el nombre de Jesús y permanecer fiel a mi religión, pero maldita sea, mi madre puede llevarlo a otro nivel.

-Deberías de estar avergonzada de ti misma, Callie Anne Marie Jobs. - Ella continuó su sermón, mientras sacudía la cabeza, murmurando palabras incoherentes en voz baja. - Vístete y date prisa, no tenemos todo el día.

-Tengo que tomar una ducha primero, mamà.- Me quedé de pie, lista para ir al baño cuando ella me paró sin dejarme caminar más lejos.

-No, no lo harás. Dennis y yo no tenemos tiempo para que tomes una ducha de una hora. Tendemos que irnos, o todos vamos a llegar tarde solo porque tu no tienes la responsabilidad de irte a la cama a tiempo.- Ella me señaló con su dedo hacia mí.- Lava tu cara, cepíllate los dientes, vístete y bajas las escaleras.

-Pero mama, no tomo una ducha desde la noche.

-¿Te atraparon a escondidas en la casa?- Ella fingió una sonrisa. -Si, bueno, eso no es culpa mía. Nadie te dijo que te olvidaras o te descuidaras.- Ella comenzó a caminar. -Ah, y no pienses que no estas castigada ya, señorita. Quiero que vuelvas a casa después del colegio. ¿Lo tienes?

-Si, lo que sea- Murmuré, mirando a otro lado.

Ella suspiró, no quería empezar otra discusión.

P E L I G R O |TERMINADA| [N 1 Trilogía Abtuction ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora