P E L I G R O |TERMINADA| [N 1 Trilogía Abtuction ]

XXIV. Te preocupa ella ¿Verdad?

¿Esta loca esta perra?

¿Cómo diablos puede ella acabar de entrar en el coche de un extraño de mierda?

¿Es estupida?

Mi deducción es que si lo es.

Empecé a caminar por la plaza de estacionamiento, tratando de mantenerme en mi sano juicio, antes de que perdiera los papeles oficialmente. Si pensabas que los
perdí antes, todavía no has visto la forma en la que estoy ahora.

Estoy tan cerca de asesinar a alguien solo por el placer de hacerlo gracias a
todo este estrés que se esta construyendo en mi interior.

¿Dónde diablos estaba Kayla cuando la necesitabas?

Concéntrate Dean, concéntrate. Me regañe mentalmente mientras frotaba la base de mi cuello.

Ella ni siquiera sabía quien era. Quiero decir, si lo supiera, ella se hubiera metido en el coche nada mas verlo pero ella se quedó parada como unos cinco minutos. Demonios, incluso si ella lo conociera, no debería de haberse ido corriendo así.

El tiene que haberle dicho algo a ella...

Quiero decir, no hay otra explicación de porque ella acaba de huir con un tipo desconocido.

Maldita sea. ¿Cómo de descuidada podría ser?

Le di una patada al neumático un coche que no me pertenecía, mientras
interiormente gemía. Probablemente parecía un sicópata mental, pero en este momento no me importaba una mierda. Callie se fue en un coche con alguien a quien yo no conocía.

El coche ni siquiera me era familiar y no podía ver nada debido a las ventanas tintadas

Oh, mierda.

Maldije mi vida al máximo cuando comencé a caminar hacia el lugar donde estaba estacionado mi coche. No había manera de que yo la dejara subir a un coche de algún extraño y no corriera tras ella.

Sería un tonto si no lo hiciera.

Una vez que encontré mi Range Rover, abrí la puerta, me metí dentro e inmediatamente lo encendí.

Algo dentro de mi me dijo que Call no estaba en buenas manos y no iba a esperar para ver que pasaba.

La voy a encontrar. Aunque sea lo ultimo que haga.

Tirando de la llave a la ranura, dejé la zona de aparcamiento y me dirigí por la calle en la misma dirección en la que el coche en el que Callie se metió, se fue.

No fue hasta que llegué al final de la calle, cuando me di cuenta de que
exactamente no vi por donde se había ido ese maldito coche.

Lancé una cadena de malas palabras en tono profundo, hice una rápida vuelta en U y comencé a conducir de vuelta a mi casa.