P E L I G R O |TERMINADA| [N 1 Trilogía Abtuction ]

XLIII- Estabas con ella ¿Verdad?

- ¡Callie! ¡Cariño, abre! - Gemí atontada, estirando los brazos hacia arriba antes de moverme a mi lado, acurrucándome a lo que fuera que estaba a mi lado.-¡Callie! ¿Aun no estas despierta? Abre la puerta ahora mismo jovencita- La voz de mi madre traspasó mis tímpanos.

Gimiendo, agité mis ojos abriéndolos, estregándolos con el dorso de mis manos para quitarme el sueño que todavía tenía antes de sentarme y mirar a mí alrededor cuando mis ojos se posaron en un pacífico Dean a mi lado.

-Callie Anne- Mi madre gritó de nuevo, cada vez más irritada.

Mis ojos se abrieron mientras la realización me golpeaba. A toda prisa, empujé el lado de Dean

-¡Dean!- Susurré, moviéndolo. - Dean, despierta.

-Mmm- El volvió la cabeza hacia el otro lado, poniéndose de espaldas hacia mi.

Rodando mis ojos, lo empujé una vez más, esta vez, mas fuerte.

-¡Dean!

-¿Que?- Murmuró.

-Despierta, ¡Mi madre esta justo detrás de la puerta!

-Callie Anne Marie Jobs, ¿Que demonios esta pasando ahí?

-¡Ya voy mamá!- Respondí rápidamente antes de volverme hacia Dean con la esperanza de verlo despierto, pero para mi sorpresa, él todavía estaba durmiendo.

-Dean- Espeté en voz baja pero lo suficientemente alto para que el me
escuchara -Despierta antes de que te golpee!

-Jesucristo nena, ¿Que coño te pasa?- El gimió, agitando sus ojos abriéndolos.

-¿Que me pasa?- Enfaticé -¿Que te pasa?- Le empujé en el hombro. - ¡Vete al infierno y escóndete! Mi madre esta justo detrás de la puerta.

Sus ojos se abrieron ante la mención de mi madre.

-Mierda, ¿Estas hablando en serio?

- ¡ Callie ! - Mi madre escupió de nuevo. -Abre esta puerta antes de que tu padre la tire!

-Joder- Dean se sentó en la cama, poniéndose de pie mientras pasaba sus dedos a través de su pelo para domarlo a la vez que miraba alrededor buscando algún lugar para esconderse.

Miré a mí alrededor como él para ayudarle cuando mis ojos se posaron en el armario.

-¡Rápido! Escóndete ahí dentro- Lo empujé hacia la puerta.

-¿Que demonios, nena? Deja de empujarme- Siseó mientras hacia su camino hacia el armario.

-Solo entra dentro y no digas una palabra- Le advertí, mirando como el rodaba los ojos y caminaba dentro del armario, cerrando la puerta detrás de él.