Regalos De La Vida

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Estoy acostumbrado a que cosas tan buenas que llegan a mi vida, normalmente son con el propósito de venir y dejarme algo, porque luego simplemente se van. Ya sea aprendizaje y algunas hasta duelen, pero de todo, eso, aprendizaje. Y no es que simplemente veo que se marchan y les dejo ir como si nada, hago mis intentos pero a veces solamente las cosas pasan.
Entonces, tengo esta nueva amiga, Simone, con la que estoy bastante encariñado, se podría decir que ya es parte de mi vida, y que cuando algo sucede lo primero que quiero hacer es contárselo, incluso esas cosas absurdas que me pasan por la mente pero que ella perfectamente entiende. Y sé que le pasa lo mismo, pues no hay detalle que pase por alto. Ella ha estado un poco rota, ha venido de relaciones totalmente conflictivas, así que el querer una pareja nuevamente es una posibilidad que se aprecia algo lejana. Aunque me ha dejado bastante claro que quiere querer a alguien y que la quieran de la misma forma, que no sea efímero y que no la quiebre de nuevo. Y yo pienso que quizá entre ella y yo podría pasar algo lindo, tenemos una conexión muy bonita y sé también que ella lo ha pensado, pues a veces pasados de tragos me ha revelado varias cosas que me dejan claro, podría verme como más que un amigo.

Aquí se torna complicado, porque nuestra amistad ha sido una de las mejores que en años, me ha pasado, y el que llegase a mi vida fue un regalo, entonces, al cruzar la línea que nos lleva a algo más que amigos, siempre todo se vuelve extraño. No quiero cruzar dicha línea, que no funcione y perder a esta persona en la que en tan poco tiempo he encontrado tanta armonía.

Pero somos humanos y no aprendemos hasta llevarnos el muro de contención completo. Lo vemos en frente y aceleramos para saber si nos estrellamos de una vez o que carajos va a pasar. Así que nosotros decidimos ignorar este muro, y simplemente aceleramos y nos embarcamos en toda esta situación. Ya sabiendo que todo lo bueno de ese tipo no dura mucho en mi vida, pensaba que entonces iba a disfrutar de su compañía el tiempo que me diera el placer de tenerla.

Llega diciembre y los días son distintos, el ambiente cambia por completo, las personas, las calles, las luces y casas adornadas. Era tiempo de ir con mis padres, y tiempo de ella irse con los suyos, no podría pasar mi cumpleaños conmigo, pero salimos a celebrarlo unos días antes de irme. Me dio una agenda de hojas completamente blancas, lápices de madera de distintos tonos y un Casette con un Playlist que solíamos escuchar juntos todo el tiempo. ¿Por qué un Casette? Ella sabía que yo sentía un apego distinto y veía más especial, las cosas que me recordaban a una época en la que me hubiese gustado existir, y tener este tipo de cosas me llevaban a ella. Su regalo para mi fue perfecto, pues en mis tiempos libres donde mi única compañía era yo, me gustaba poner música, dibujar o escribir pensamientos, entre otras cosas.
Nos tocó despedirnos pensando que en año nuevo regresariamos y volveríamos a vernos.

Llego a casa de mis padres y todo es igual, nunca nada cambia, están mis tíos, mis abuelas, mis padres, mis hermanos, todos siempre juntos, conversando, pasando las tardes. Me gusta que sea así, extrañaba este ambiente, esta tranquilidad y a la vez el desorden que estando juntos siempre, hacen. Hay muchas cosas que organizar, que comprar, que arreglar, pues se acercan las fiestas. Me distraigo bastante de meses de mucho cambio, de personas que fueron y vinieron, pero inevitablemente y sin saber porqué, solamente llega a mi mente Verónica, así nada más. En eso llega mi padre, y agradezco que así fuera y me sacara de mis pensamientos. Es un hombre muy alto, y a pesar de que crecí y podría decirse que yo también soy alto, siempre parezco un niño a su lado. Dicen por ahí, soy idéntico a él tanto en personalidad como físico. Aunque si tenemos muchas diferencias en ambas cosas, por ejemplo su cabello negro y grueso, unos ojos azules intensos, tan blanco como un papel y su contextura mucho más fuerte que la mía. Mientras que yo aún teniendo muchos rasgos de él tengo cabello fino y castaño, ojos grandes con un color que mezcla el verde y el café. Blanco pero no como un papel. Y eso se debe a que mi madre es una mujer un poco morena, de cabello fino y largo, castaño oscuro con una gran sonrisa.

Pensé que no pasarías estos días por aquí, como conociste a esta nueva chica con la que pasas la mayoría del tiempo, te hacia con ella de vacaciones, hijo. -Me dijo mi padre, con el que ahora me llevo mucho mejor, aunque si tenemos nuestras discusiones, entiendo mejor algunas cosas y la relación se ha fortalecido mucho.

-Ella debía pasar tiempo con su familia y yo ya extrañaba estar en casa y pasar tiempo con ustedes, papá. -Le dije dándole la mano, que estrecha y sonríe de esa forma cariñosa que me llevo tiempo descubrir en él y poniendo mi otra mano en su hombro.

Tu mamá no dice nada, pero está muy feliz de que estés aquí, solo mirala, ya está queriendo preparar solo la comida que te gusta, ya sabes como es, esa es su manera de decir que le importas, así ha sido siempre. De palabras pocas, pero de gestos muchos. -Me dijo mientras caminamos hasta la cocina a ver que preparaba mi mamá para cenar. Yo solo sonreí, me acerqué a ella, y la abrace por la espalda. Ella no es tan alta y es delgada, así que mi abrazo la cobija por completo. Solo sonríe y sigue cocinando. Me alejo un poco y veo como mi papá se acerca a ella y poniendo sus manos en su hombro la besa y se va a colocar algo de música. Siempre me ha gustado ver los gestos que tiene mi padre con mi madre, creo que es un hombre con defectos si, como todos, pero del que he aprendido tanto y hasta como tratar a una mujer, más, a la mujer de tu vida. Él y yo compartimos mucho la música pues gracias a él siento tanto respeto y admiración por los clásicos del rock, así que para nada me disgusta las canciones que coloca, más bien me llevan a años de mi niñez donde juntos salíamos a andar en carro escuchando música y solamente paseando por ahí.

Para el día de mi cumpleaños planifique salir con mis amigos luego de pasar un rato con mis padres. Llega el día y mi hermana menor me despierta muy alegre, gritona, así es ella normalmente así que no me sorprende, me dice que salga, que me han traído algo. Me levanto como rayo porque soy un niño con los regalos, me regalan una piedra y ya para mi es importante, así de especial considero lo que me dan. Mi padre me abraza y se une mi mamá, veo a mi hermano afuera y a mi hermana queriendo salir. Me entregan una cajita, muy pequeña, no tenia ni idea de que podía ser. Al abrirla eran las llaves de un carro, y conozco esas llaves, salimos y no, no era un carro último modelo, descapotable, eléctrico y con mil caballos de fuerza. Era el carro de mi mamá, habían decidido darmelo a mi de regalo, obviamente no podía estar más feliz. Así que entré rápido, me di una ducha, me arregle y me monte en el carro, llevé conmigo a mis hermanos. Pusimos música divertida y salimos a dar unas vueltas al centro. Llegamos a casa para la hora de almorzar. En la tarde llegan mis tíos y abuelas, todos muy contentos, comparten conmigo, me abrazan y cantan cumpleaños. Me quedé unas horas ahí con ellos hasta que debo alistarme para salir con mis amigos, los que ya desde un principio sabían que me obsequiarian el carro, así que me dicen al lugar adonde debo llegar.

Para eso de las 11pm llego a lo que parece un bar, tiene mesas de Pool, barriles de cerveza, música, y un ambiente rústico. Me agrada. Allí están, frente a una mesa, me saludan con todo el cariño del mundo, parezco ser el centro de atención, me entregan una cerveza fría, la que me hacen tomar de un solo golpe para entrar en ambiente. Y en realidad ya lo estaba, pero no dije que no y lo hice.

Una de mis amigas al pasar al cabo de una hora me aleja del grupo y me pregunta por Verónica, yo a ella le había contado lo sucedido, así que no le respondí mucho sino más de lo que ella sabía, y era que había perdido contacto con ella, pero que aún todo el tiempo pensaba en ella, aunque estuviese saliendo con Simone, ya que hasta a Simone le hablé de ella. Pero era solo algo que bueno, si así debió ser, pues tocó...

PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora