La Fiesta

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—¿Esta de moda eso de comprometerse? ¿O yo soy el portal por donde tienen que pasar las que quieren casarse? -Le dije a Damián mientras íbamos de camino a tomarnos unos tragos al departamento de Barbara. Una especie de celebración por su compromiso.

Si lo piensas bien, simplemente estamos en esa edad horrenda en que empiezan todos a comprometerse, a tener hijos, a ser realmente adultos responsables, y que Dios nos aleje todo eso un tiempo más. -Terminó diciendo y ambos reímos.

Pues que mal, porque Carla quiere comprometerse, amigo, algo estás haciendo bien... O mal para tan horrible destino. -Bromeandole sobre el tema.

Oye, ¿hablas en serio? No jodas con ese tipo de cosas, que ya me lanzo del carro.

Okey, creo que Carla es la mujer mas anti matrimonio que conozco, pero para que estes alerta igual, con ellas nunca se sabe.

Lo más trágico sería si terminó queriendo casarme yo con ella y ella es quien termina rechazándome.

Creo que esa versión me gustaría verla, así no soy el único del grupo sin alguien a su lado, ya seríamos dos pero tú estarías peor porque estás bien horroroso hermano.

—¿Y tú qué has conseguido? A ver, a ver.

Es un golpe bajo ese, espero que Carla te deje en el altar.

Tú concéntrate hoy a conseguir una mujer que me das pena... ¿Oye no será que eres gay? -Suelta una carcajada que se escuchó en la embajada.

Wao, wao... pues no quería que lo supieras así. Ahora baja tus nalgas asquerosas de mi carro -Le dije en tono brusco, para darle un puñetazo- que está es la dirección así que debe ser aquí.

Por un minuto pensé que me parterías la cara, dude, pero más miedo me dio que fueses gay y no te pareciera yo atractivo y me sacarás así de tu carro.

Eso es muy homosexual de tu parte, creo que tienes un problema, creo que Carla tiene un problema, amigo.
Terminamos las bromas y llegamos al edificio.

Ya estamos en el piso frente a la puerta del departamento de Barbara. Carla nos abre.

Creo que tu novio es gay, adiós. -Les deje allí, Carla me vio sorprendida y seguí caminando por el lugar buscando a Barbara.

Paul, amigo, oye ven, ven, antes de que vayas a hacer alguna estupidez, es mejor que te advierta que no lo hagas, ¿Bien? Creo que a veces hablas de más, y eso no me agrada. -Me ordena Christian rodeándome con su brazo fingiendo abrazarme pero amenazándome, eso me deja sorprendido, creí que habíamos hecho las pases.

Escúchame algo, Gorila de Ciudad, y escúchame bien, la única razón por la que hace tiempo intento tolerarte es por Barbara, mantén tu distancia, evitemos conflictos. -Le dije frente a frente y ya viendo a Barbara acercarse.

—¿Qué tal todo chicos? Hola Paul, qué gusto que vinieras.

Le decía a Paul, lo difícil que fue conseguir este departamento, habían otros interesados y tuvimos que ser elegidos. Entonces Paul, ¿que te parece?

No podía perderme algo tan importante Barbara querida -dije abrazándola y mirando fijamente a Christian, que entienda el mensaje.—y si que bueno que consiguieron este departamento porque está genial, te lo mereces, Barbara. -Barbara me acaricia el rostro-
Sabes también quien merece ser feliz? -Me pregunta.—Tú, deberías ya intentarlo.

PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora