El hombre capítulo 7

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Sigo recordando aquellos días en que podía dormir tranquilo, sigo deseando cada noche despertar siendo un niño otra vez y poder evitar muchas cosas, todo ocurre por algo, dicen las personas, pero sigo preguntándome por qué nosotros debíamos cargar la cruz de los pecados cometidos por alguien más.

Con Javi en el equipo muchas cosas serían más sencillas, él como había mencionado, era mayor que nosotros, por lo tanto tenía más libertades, podíamos salir con más facilidad que antes y desde la llegada del tío Santiago, parecía que el abuelo estaba más tranquilo.

Esa noche en que Javier enfrentó al hombre, había salido junto a Alex, se dirigieron al pozo, Javi no creía nuestra historia, pero siempre estaba envuelto en problemas y por su edad, estar junto a un grupo de niños en ese lugar sin hacer cosas interesantes lo orillaban a intentar cualquier cosa con tal de entretenerse, motivo por el cual aceptó creer nuestra historia.

Se dirigían rumbo al pozo por el camino de terracería, la oscuridad era total y no llevaban siquiera una linterna para alumbrar, era lógico que mientras caminaban llevaban consigo sensaciones de ser perseguidos u observados, al menos Alex estaba un poco paranoico, pues sabía lo que podían encontrar en cualquier momento, por otro lado Javier estaba de lo más tranquilo, después de todo lo que vivía en la ciudad, para él nada de lo que había visto representaba peligro.

Luego de varios minutos pudieron llegar a la choza, Javier se asomó al pozo y lanzó una roca, al escuchar el ruido que generó al llegar al fondo pudo percatarse que estaba totalmente seco, eso era algo que ya sabíamos, Alex le pedía que se alejara de ahí, ya habíamos pasado por malas experiencias en ese lugar, no quería que se repitiera. Después entraron a la choza, pero lo de siempre, un montón de muebles viejos y destruidos en el suelo, un ambiente húmedo y cada rincón cubierto de suciedad y polvo. Javier tomó un barrote y comenzó a golpear los muebles, destruyéndolos, Alex estaba nervioso, sabía que en cualquier momento podría aparecer el monstruo y no era precisamente lo que él quería.

-Inténtalo, golpea algo- Dijo Javier.

-Mejor vámonos de aquí- Respondió Alex.

Javier se negaba a irse, no hasta ver a ese hombre del que tanto hablábamos, así que siguió golpeando los muebles, hasta llegar a un estante que aún seguía en pie, Javi no dudó en tomarlo con todas sus fuerzas y jalarlo hacia él para que cayera, apenas hizo impacto con el suelo y el mueble se destrozó por completo. Luego de que el polvo se disipó Alex pudo ver entre los restos del estante algunos utensilios cubiertos con periódico.

-Mira Javi, son herramientas- Dijo Alex.

Javi rápidamente se agachó para tomarlas, eran algunos cuchillos y pequeños picos utilizados en las cosechas, donde alguna vez hubo frutos ya que poco a poco todo moría en Espinazo. Javier retiró el papel periódico pero todo estaba oxidado, incluso podrido, no servía.

-¿Aquí todo está podrido?- Preguntó Javi.

Alex no respondió, pues algo más llamó la atención en él, esos restos de papel periódico tenían información acerca del pueblo, en realidad sabíamos muy poco del lugar donde vivíamos, la gente no frecuentaba la zona rural y al parecer con el paso de los años la tierra dejaba de ser fértil, eso obligaba a las personas a irse al pueblo a buscar otro tipo de trabajo, en el peor de los casos decidían irse de Espinazo.

Javier guardó el periódico y ambos se dirigieron rumbo a casa, en el camino pudieron escuchar gritos, pero esa historia ya la conocemos, mientras Ana y yo enfrentábamos al hombre, Javi y Alex se encontraban en la choza, por suerte lograron llegar para ayudarnos a tiempo.

Una vez en casa estando todos reunidos, Javi nos mostró el periódico, esta vez se tomaba la historia en serio, ya había enfrentado a el hombre, ahora creía en nosotros.

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