Diario de una niña gorda

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Querido Diario,

Así es como se supone que debo comenzar esto, ¿cierto? Nunca he mantenido un diario antes, ni quiero hacerlo, pero el hospital dijo que tengo que hacerlo como parte de mi “plan de tratamiento”. Gracioso.

Déjenme rebobinar un poco.

Siempre he tenido sobrepeso, desde que era un infante. Asistí a una escuela cristiana estricta, y afortunadamente nunca fui víctima de bullying debido a esto (pero siempre puedes notar a los demás niños mirándote).

Empeoró a medida que crecía, simplemente parecía que me expandía hacia todas las direcciones, excepto hacia las que quería. Así que no solo soy gorda, sino que también soy muy baja. Te has de imaginar que esto no le hizo bien a mi autoestima.

Por culpa de mi peso, siempre he odiado las clases de Educación Física. Antes que nada, está el que tengas que desvestirte frente a las demás chicas bellas y delgadas que me veían de reojo. Dios, me da pena escribir esto. Podía sentir todo mi cuerpo emanar rojo cuando sentía sus ojos fijados en mí. Luego venía el ejercicio como tal. Me daban dolores de pecho terribles y no podía correr más de cien metros, y ni siquiera intentaba los deportes en equipo (nadie me elegía de todas formas).

Probé dietas. Todas las dietas que te puedas imaginar. Atkins, sopa de calabaza, 5:2… Nómbrala, y la he intentado. Pero nunca funcionan, siempre termino cediendo y subiendo de peso.

Las cosas se pusieron muy difíciles hace dos años. Empecé a tener dolores de pecho fuertes y me llevaron al hospital en un apuro. Los doctores dijeron que mi peso estaba en un nivel peligroso y que mi corazón sufría en consecuencia. Tuve que cambiar mis hábitos. Mis papás me rogaron que lo hiciera. Compraron todos los alimentos indicados e incluso me vigilaron a veces mientras comía. ¿Pero cambié? No. Aún era la glotona obesa que siempre había sido.

Aumenté de peso. Sé lo que estás pensando. Por qué. Por qué me hacía esto a mí misma. Por qué no solo me hacía sufrir a mí misma, sino que sometía a mis padres a ello también. Bueno, Diario, te lo diré. ES PORQUE TENGO CERO AUTOCONTROL, OBVIAMENTE. Joder. Me odio. Puedo sentir mis rollos de grasa. Odio ir de compras por ropa. Nada es de mi talla. A veces, me siento en mi cama y me lamento por el poco control que tengo sobre mi vida.

3/20/15

Lo siento, Diario, olvidé poner la fecha la última vez, pero han pasado casi tres semanas. Me mandaron al hospital de nuevo por mis dolores de pecho. Los doctores fueron duros, vi psicólogos sobre mis problemas de peso. Más allá de eso, no hay mucho que reportar… sigo siendo una gordita. ¡Y quizá siempre lo seré! Te actualizaré cuando haya perdido algunas libras… puede que tarde un poco.

Hola, personas de Reddit.com

Soy el padre de Eva, la autora de este diario. Mi familia está devastada y atraviesa un momento muy delicado en la actualidad, puesto que mi hija falleció la semana pasada.

Eva padeció de anorexia nerviosa por muchos años. Al final, su corazón ya no pudo lidiar con ello y se rindió.

Me es claro, al leer su diario —el cual no supe que había tenido hasta que tuve la oportunidad de revisar su habitación—, que Eva también desarrolló un trastorno dismórfico corporal severo, haciéndola creer que tenía sobrepeso.

Pesó sesenta libras, exactamente, cuando murió.

Fue una decisión difícil, pero quise publicar su diario para que otros que sufren de este trastorno, o conocen a alguien que lo haga, sepan lo que es.

A veces, los árboles no te permiten contemplar el bosque en su totalidad.

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