Una carta abierta para la mujer en Walmart

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Carta abierta para la mujer en Walmart:

Te vi cuando entré. Te veías como si hubieses estado ahí por un tiempo. Mi carrito estaba vacío salvo por una soda que metí mientras caminaba por la oferta justo al lado de la puerta. Tú ya tenías tu carrito lleno de comida.

Y un bebé llorando.

Y otro niño arrastrando sus pies mientras se preparaba para lanzar un berrinche.

Tu hijo… ¿asumo que tenía cuatro? Vi tu frustración aumentar por su conducta.

No te seguía intencionalmente. Ambos necesitábamos comidas de desayuno, supongo. Tú compraste Corn Pops. Estoy de acuerdo con tu hijo, son el peor tipo de cereal. Él llevó Cocoa Puffs. En mi caso, soy un hombre de Frosted Flakes; pero también compré Cocoa Puffs también.

Después venía el pasillo de frituras. Tú compraste pretzels miniatura. No sé, yo siempre los prefiero en palitos. La distribución de sal es mejor. Escuché que trataste de callar a tu hijo. El bebé no sabe de modales, pero Derek tendría que. Aún no habías llegado a rogarle, pero lo harías dentro de tres pasillos. Por ahora, eras estricta.

Compré ramen mientras tú comprabas Campbell’s. Comparto el desagrado de Derek por la sopa de tomate. En verdad sabe como kétchup caliente.

Su berrinche creció, estaba jalando los lados del carrito, gritando «¡terremoto!» y aterrorizando al bebé. Lo regañaste sonoramente. Yo, también, comparto su gusto por los desastres naturales, pero prefiero los huracanes. Me gusta que les demos nombres. Me conforta darle nombre a la destrucción.

Ahora los estaba siguiendo. Estaba interesado en la historia de Derek. Te veía mientras llenabas tu carrito de comida. Estaba tan distraído que casi olvido comprar mantequilla de maní crujiente. Mis hijos aman la crujiente. A mí me encanta la cremosa, pero el amor de un padre, ¿no? Todos hacemos sacrificios. Vi que Derek trató de ocultar un Capri Sun en el carrito. No es muy escurridizo aún. Le gritaste y le quitaste la caja de sus manos. Una vez que habías avanzado, tomé la caja y la puse en mi carrito.

Seré honesto, me distraje por unos minutos. Necesitaba ir al pasillo de repostería. Les prometí a mis hijos que haríamos un pastel de cumpleaños. No sé lo que pasó, pero cuando emergí, estabas en la esquina donde se mezclan la ropa de bebé y los alimentos. Derek lloraba, y tú le gritabas a punto del llanto.

Te diste la vuelta y te alejaste. Abandonaste a Derek llorando en tanto se hundía en el suelo.

Solo te irías por unos cuantos pasillos y luego volverías, esperando que él hubiese aprendido su lección. Lo he visto antes.

Lo entiendo. Pero nunca debes hacer eso.

¿Sabías que Derek tiene una apariencia muy femenina? Le dejaste crecer el cabello.

Creo que se miraría muy bien de rubio. Muchas niñas usan el corte de hada estos días.

Tengo un vestido extra de su tamaño en mi camioneta. De Anna y Elsa. A los niños les encanta Frozen.

Podría alzarlo del suelo y abrazarlo. Lo consolaría, le prometería un refresco y golosinas.

Nos habríamos ido antes de que tú llegases a tu destino.

Le gustaría mi camioneta roja. A todos mis hijos les gusta. Cuando abren la guantera, está lleno de juguetes. Creo que Chase dejó de nuevo su Nintendo DS en el asiento. Derek podría jugar con él.

Derek es un nombre muy burdo para un niño tan delicado. Me gusta Savannah.

Verás, las autoridades estarán buscando a un niño con cabello marrón desaliñado, chaqueta azul, camiseta gris de Batman, pantalones y zapatos Converse.

Savannah no concordará.

Amará a sus nuevas hermanas y hermanos. Hoy haremos pastel de cumpleaños.

Tengo demasiados niños por ahora. Es difícil alimentar a una familia de siete.

Savannah tendrá que esperar.

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