Huele a peligro

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—¿Quieres dejar de seguirme ya?— pregunté sin parar de caminar mientras empujaba el coche doble de las gemelas

Jace continuó caminando tras nosotras— Sería un mal niñero si hiciera eso y dejara solas a las niñas.

—Déjame decirte que están muy bien conmigo así que puedes irte tranquilo. 

—No seas dramática, Scarlett... no hice nada malo. 

 El muy idiota intentó besarme, aún cuando le dejé las cosas claras. Bueno, al menos yo pensé que se las había dejado claras.

 Me detuve y me di la vuelta— Claro que si,— lo miré mal— intentaste besarme, Jace.

 Se encogió de hombros como si no hubiera hecho nada malo— No encuentro el problema.

—Pensé que era imposible que existieran personas tan idiotas, hasta que te conocí. 

—¿Sabes qué?, esto es tu culpa...

 ¿Es en serio lo que dijo?

—¿Cómo que mi culpa?, ¿estás loco?

—Claro que si... no es mi culpa que seas tan linda y adorable y provoque comerte a besos... ¿o si?— se cruzó de brazos

 Tapé mi boca para ocultar la sonrisa que había causado el ridículo comentario de Jace.

 Me miró sonriente y quitó mi mano de mi boca— No es gracioso, es muy cierto...

—Eres un tonto, ¿lo sabías?— sonreí burlonamente

—Este tonto te invitará un helado, ¿lo sabías?— señaló la heladería que se encontraba frente a nosotros. La heladería en la que trabaja Aaron.  

 Hice una mueca. Huele a peligro...

 Lo miré dudosa— No lo sé...  Aunque, si hay algo que he aprendido en todos estos años de amistad con Abby es que un helado no se le niega a nadie. Así que vamos.— acepté

 Junto a las gemelas, Jace y yo entramos a la heladería y tomamos asiento en una de las mesas disponibles.

 Ambos tomamos a una de las bebés y comenzamos revisar el menú.

—Ni siquiera sé para qué miras el menú... todos sabemos que pedirás algo que tenga oreos.— dijo Jace  

 Touché

—Muy cierto...— dejé el menú a un lado   

—Muy buenas tardes, sean bienvenidos a Grom... ¿puedo tomar su orden?— la camarera nos observó con una gran sonrisa

—Hola, queremos una malteada de menta y chocolate...— dijo para después mirarme— y una mega malteada de oreo y nutella.— me guiñó el ojos

 Baia baia. 

 La chica terminó de anotar nuestra orden— Su orden estará lista en unos minutos.

 Ella estaba a punto de retirarse cuando Jace la detuvo— Que la mega malteada de oreo tenga extra oreo... que tenga más oreo que malteada, ¿bien?— dijo dramático

 La rubia lo miró extrañada— ¿Ok...?— dijo antes de irse

—Wow...— dije— ni yo soy tan dramática con respecto al tema de las oreos.

 ¿A quién intento engañar?, claro que lo soy, y todos lo saben.

 Me miró incrédulo— Claro que lo eres...  

—Tienes razón... ni yo hubiera pedido mi orden mejor.— le choqué los cinco

—Me gustaría que me lo agradecieras de otra manera pero bueno...— me miró pícaro

 Miré a mi sobrina Cassie— ¿Podrías hacerme un favor y vomitarle en el rostro?— le pregunté— así dejaría de decir idioteces.

—No, claro que no lo hará porque sólo soy sincero y eso no tiene nada de malo.— tocó la punta de su nariz, haciendo que la bebé riera

 Se me hace tan difícil odiarlo cuando actúa con tanta ternura...

 ¿Por qué, Dios?

 Al terminar de comer nuestras órdenes, Jace se levantó a pagar y decidí esperarlo sentado con las niñas. Comencé a limpiarle la cara a Sophie con una servilleta, la cual estaba llena de helado.

 Te das cuenta de que ya comenzaste a madurar cuando decides compartir tu malteada de oreo con tus sobrinas de un año.

 Soy tan madura...

—Qué adorables son tus hijas.— dijo Aaron sobresaltándome

 Coloqué una mano en mi pecho— Rayos, Aaron...— sonreí

—No sabía que estabas aquí, sino te hubiera atendido yo mismo.

 Sonreí sin mostrar los dientes— Qué dulce eres...— dije   

 Acomodó sus gafas— Yo... debo irme, ¿nos vemos mañana en la escuela?

—Hay algo que quería pedirte... ¿podrías ayudarme a estudiar para un examen de matemáticas?

—Ni siquiera tienes que preguntármelo.— hizo un gesto con sus manos

 Coloqué con cuidado a las niñas en el coche y me levanté para abrazarlo— Eres genial, Aaron. Muchas gracias.

 Aaron estaba a punto de responderme cuando fue interrumpido por un gran empujón, tan grande, que el pobre terminó en el suelo.

 Miré al culpable de todo esto como si estuviera loco— ¡¿Acaso estás demente?!— le di un empujón a Jace, lo cual no pareció afectarle para nada ya que ni se movió

 Mañana mismo empiezo el gimnasio para darle una paliza a Jace.

 Me ignoró— Aléjate de ella.— dijo mirando a Aaron, quien seguía en el piso   

—Maldito idiota...— caminé hacia los anteojos de Aaron, los cuales habían quedado en otro lugar por el golpe. Los tomé y se los di para después ayudarlo a levantar— ¿Estás bien?— pregunté preocupada

 Se colocó los anteojos— Si... nos vemos luego...— se alejó de mí

 Vi que a nuestro alrededor se encontraba la mayoría de la gente de la heladería observando la escena. Volví a fulminar a Jace— Eres un estúpido, Jace...— tomé el coche y salí de la heladería, ignorando por completo que estaba llamándome

 ¿Acaso está demente?

 Esto es como un Déjà vu para mí... reaccionó con Aaron de igual manera que con Mason aquella vez...

 No puedo creer que actúe de esa manera. 

—Por favor, espérame...— dijo al alcanzarme

—Por lo que más quieras, aléjate de mí. Después de lo que acabas de hacerle al pobre de Aaron, acabas de restarte todos los puntos que habías ganado el día de hoy. Eres terrible, Jace... déjame en paz.

 Continué caminando y noté que él dejó de perseguirme, por lo que agradecí.   

 Esa estupidez que acaba de hacer es enferma... ni siquiera lo creo. No es como si Aaron y yo nos estuviéramos besando.

 ¿Y qué si lo estuviéramos haciendo?... Él y yo ya no somos nada y no tiene el derecho para hacer tal cosa.

 Pero lo que más me molesta es que se lo hizo a Aaron. Seguramente el pobre no querrá hablarme jamás por su culpa.  

 Les dije que olía a peligro, amigos.

              

                                         

     


Mi idiota (EUN#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora