Capítulo 23| Tú

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Jung Kook miraba con algo de recelo aquel lugar. Se veía bastante decente el local, de colores oscuros y bastantes minimalistas, con varios certificados y diplomas de que aquel lugar era más que seguro para poder tatuarse.

Yoon Gi le dio un empujoncito al ver que no se movía.

— ¿Asustado?— sonrió de forma burlona el de piel nívea.

— Ja, ni de coña — hizo como si realmente no le asustara la idea de su piel siendo perforada y profanada por una aguja con tinta —. Estoy más que bien.

— Me alegra oírlo— Min se acercó al mostrador el cual era de color negro y tenía un gran ordenador, detrás de él había una chica de pelo rubio y muchos tatuajes —. Hola, buenas noches, tenía cita para hoy a las nueve y media.

— Okay — la rubia miró los datos del ordenador —, Jeon Jung Kook, ¿cierto? — Min asintió —. El tatuador os está esperando al final del pasillo.

— Gracias.

Ambos se movieron hasta llegar al lugar donde había dicho la chica, el de cabellos negros tocó la puerta y cuando oyó un "pase" entró junto al castaño. 

Una vez dentro vieron que la habitación era bastante grande, con una camilla, luces para enfocar bien los tatuajes, un escritorio con varios bocetos, la enorme aguja con tinta y unos sillones. El tatuador tenía pinta de tener unos treinta y algo años, tenía un tatuaje de una serpiente en su nuca y toco el brazo cubierto de tinta.

— Hola, ¿primera vez? — se dirigió a los dos chicos.

— Sí, bueno, la suya sí porque yo no me tatúo— señaló al más alto quien seguía callado —. Él es Jung Kook.

El castaño se acercó y de forma tímida lo saludó. 

— ¿Tienes una idea de lo que quieres?— le preguntó el tatuador a Jeon.

— Él lo va a decidir por mí — señaló a Yoon Gi.

— Quiero esto — sacó una imagen de lo que había pensado —, pero con llamas.

Lo cierto es que Jeon no sabía aún qué tatuaje iba a tener sobre su piel, tenía miedo ya que Yoon Gi había hecho bromas durante toda la semana de que había pensado en cosas como: una caca sonriente, el pato Donald, la Sirenita, la frase "baby girl" y un montón de cosas que daban risa. No sabía si realmente iba a tener algo así de penoso en su piel ya que con Yoon Gi nunca se saben por donde iban a ir los tiros. 

« La parte buena es que al menos paso más tiempo con él. »  

Una vez Yoon Gi y el tatuador habían elegido el tamaño, el de ojos gatunos se acercó a él y le dijo:

— Quítate la camiseta.

Jung Kook sintió sus mejillas calientes, la forma en la que el de cabellos oscuros lo había dicho era con seguridad y eso hizo que su corazón latiera con fuerza.

— Invítame a cenar antes — fue lo primero que salió de su boca.

El tatuador carcajeó ante la respuesta del castaño.

Jeon se sacó su camisa de algodón color verde militar y enseñó su buen trabajado cuerpo a Yoon Gi. Lo cierto es que nunca se había sentido tan orgulloso de su cuerpo como en ese momento cuando vio que las pálidas mejillas de Min empezaban a teñirse de un suave color rosado. Había ganado masa muscular  en esos años, y su pecho fuerte y seis abdominales bien marcados lo demostraban.

— Lo quiero aquí — el azabache señaló el pectoral izquierdo de Jeon —, sobre el corazón más o menos.

El tatuador ya tenía el dibujo y la medida que Min quería, se acercó al joven castaño y puso la marca del tatuaje en su pecho. Parecía una pegatina o un tatuaje que te venía de regalo en la típica comida basura que comprabas en un quiosco. Una vez le quitaron el papel transparente, miró el tatuaje y levantó una ceja.

Be the best (KookGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora