Be the best (KookGi)

Capítulo 29| ¿Confías en mí?

Yoon Gi se sentía extraño, llevaba en la bañera al menos unos cuarenta y siete minutos, mirando a la pared y pensando en los sucesos de Halloween y de su antiguo yo. Se preguntaba qué era lo que había hecho mal, qué hizo para merecer todo eso. Creía que si él no hubiera bebido esa noche quizá no se hubiesen aprovechado de él, porque fue él quien decidió beber. 

« Me he buscado esto. »  

Deslizaba sus pálidas y arrugadas manos por el agua, mirando fijamente su piel perfectamente lisa y clara. Pensó en como incluso en ese cuerpo había sido mancillado también, o por lo menos a punto de ser corrompido. Se preguntó si estaba destinado a ser el niño roto que una vez fue. Daba igual lo mucho que cambiara, lo hermoso que se volviera, el dolor volvía a su vida de una forma u otra. 

De repente, su móvil que estaba encima del lavabo, empezó a sonar. Bufó, no le gustaba que le interrumpiesen en su momento de tranquilidad. Salió de la enorme bañera y rodeó su cuerpo con una enorme toalla de color violeta que Seok Jin le había regalado hace tiempo, tenía sus iniciales grabadas en él. En un principio le pareció ridículo, pero luego lo acabó aceptando con gusto. 

Miró su móvil que no paraba de sonar, lo agarró y vio que Jeon era el que le estaba llamando. Resulta que el castaño ya había recibido las cintas, cosa que alegraba a Yoon Gi pero a la vez sentía un poco de angustia. Le preguntó si quería que se vieran ahora mismo, iría a por él y las7 verían en su departamento donde estuvieron la última vez.

—¿Qué me dices?, ¿paso a buscarte en una hora? — la voz de Jung Kook era suave y cálida.

 — Vale, ¿te acuerdas de dónde vivo? — por alguna extraña razón, sus pálidas mejillas se tornaron rosadas ante la idea de estar juntos de nuevo.

—Sí, te llamaré de nuevo cuando esté a unos cinco minutos.

Colgó y justamente después de terminar la llamada, unos mensajes de Ji Min hicieron que su alma quisiera salir de su cuerpo. Se le había olvidado por completo que hoy habían quedado para hacer una maratón de películas en el cine privado de casa del rubio. Quería chillar por haber sido tan imprudente y haberle dicho que sí a Jung Kook sin revisar si tenía otros planes. 

« Soy un estúpido, ¿qué hago? Quiero ver las cintas con Jung Kook y saber sus verdaderas intenciones, pero también he quedado con Ji Min para ver sus películas favoritas. Lo correcto sería decirle a Jeon que no venga por mí, pero de verdad que quiero que venga. Pero también le prometí a Ji Min que vería las películas con él, además que es mi novio y quedé con él antes. »  

Ante el dilema que se le planteaba, Yoon Gi tuvo que decidir rápido. Así que usó la vieja confiable, le diría a Ji Min que se encontraba mal y que sentía muchísimo el no poder ir hoy a su casa. Park le dijo que no pasaba nada, que podía pasar a verlo y cuidarlo sin problemas, pero Min le dijo que por favor no lo hiciera que no quería pegarle nada. 

Después de haber solucionado el asunto con Park, se vistió con algo cómodo pero a la vez un poco revelador. Se puso unos pantalones de algodón color blanco y un suéter con bastante escote el cual enseñaba sus clavículas de manera sensual. Peinó su cabello para que se viera de la mejor forma posible y por último se puso perfume. Por alguna razón quería verse lindo pero sin que se notase que había puesto esfuerzo. Se lavó los dientes y esperó pacientemente a Jeon.

Por otro lado, mientras Min esperaba, Jung Kook conducía con tranquilidad mirando el paisaje nublado. Su cabeza se movía al son de la música que sonaba por su radio y sus pensamientos viajaban hacia Yoon Gi por enésima vez en lo que iba de día. 

« Esta es la excusa perfecta para vernos de nuevo y a solas, sin interrupciones. » 

No disfrutaba del todo la situación debido a que las escenas que iban a ver próximamente no eran agradables, pero en el fondo de su corazón quería que el azabache supiera que él iba a estar de su parte. Necesitaba estar más cerca de Yoon Gi, pero siempre que sentía que había dado un paso en la dirección correcta, de repente sucedía algo que arrasaba con todo lo que habían conseguido juntos. Es como si el destino no quisiera que él supiera algo.